Guillermo Arriaga
“A cielo abierto”, un largometraje sobre la venganza y el duelo
Con este filme, basado en un relato de Guillermo Arriaga que se había extraviado, sus hijos Mariana y Santiago lanzan su ópera prima, a estrenarse el día 17.CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).– Conocido por los guiones de cine Amores perros, 21 gramos, Babel, Los tres entierros de Melquiades Estrada y Camino a la redención, filmados por Alejandro G. Iñárritu, Guillermo Arriaga escribió hace más de 30 años A cielo abierto (2023), que ya llega a cines dirigido por sus hijos Mariana y Santiago.
Este último fue quien encontró el texto original hace 9 años “y como posee la nostangía del México donde crecimos” -rememoran los jóvenes realizadores, quienes decidieron filmarlo. La historia se convirtió en su primer largometraje.
Se estrenó el año pasado en el Festival Internacional de Cine de Venecia, en la sección de Horizontes, luego fue parte del Festival Internacional de Cine de Morelia 2023, y el jueves 17 de este mes podrá verse en las salas mexicanas. Arriaga dice de ellos:
“Poseen un sentido del cine mucho más profundo que el mío, y fue un placer dialogar con ellos sobre lo que yo había escrito. Le dieron un sentido infinitamente más humanista de lo que yo escribí. Tienen un enorme sentido de la interiorización de los personajes, yo aún no sé cómo lo hicieron, pero lograron entrar en la mente de los personajes y eso es sumamente difícil. Cualquier director sabe que interiorizar en lo que pasa en los sentimientos de los personajes es lo más complicado.
“Me encanta el humor que le pusieron y la colaboración entre los dos. Les escuché una respuesta que me pareció brillante, y que nunca se me hubiera ocurrido, cuando les mencionaron: ‘Si hay un desacuerdo ¿qué hacen?’, y respondieron: ‘Volteamos hacia la historia’, y eso me pareció una brillante respuesta”.
A cielo abierto, de 117 minutos, surgió tras un accidente automovilístico que Guillermo tuvo el 26 de diciembre de 1985 a las 6:30 de la mañana. Rememora que vendió los derechos de este guion por 20 años, y lo iba a dirigir él, pero los productores querían a otro director. Después el guion se mandó a un taller, donde le efectaron cambios con los que no estuvo de acuerdo. Cuando recuperó los derechos les mencionó a sus hijos que le gustaría que ellos lo dirigeran, pero no hallaban la versión original, y Santiago la encontró en una caja.
Se les pregunta a Mariana y Santiago cómo fue que conocieron el relato, y éste relata:
“Estoy muy agradecido de que tenemos un papá escritor, y que más allá de conocerlo como papá, lo podemos conocer como persona a través de sus obras, y muchas de ellas, cuando las está escribiendo y pensando, nos las va contando. Nosotros crecimos con esta historia, y como que son cosas que se te van quedando grabadas”.
Mariana continúa:
“Hace siete u ocho años que Santiago reencontró el manuscrito original. Tras leerlo, se conmovió mucho, y acabábamos de hacer un cortometraje juntos. Me dijo que ‘A cielo abierto’ debía ser nuestro primer largometraje, y ahí se mantuvo la idea, desde ahí traíamos la espina. Éramos jóvenes recién graduados de la universidad y es una película con muchos retos complicados, pero bueno, todo el tiempo estuvimos hablando de eso y nunca cambió esa intención y esas ganas de realizarla”.
Santiago detalla:
“Es una historia que sucede en el entorno en el que nosotros crecimos, en los viajes en carretera en el norte del país. Como que todo lo que leíamos en el guion de alguna manera reflejaba quiénes hemos sido en la vida y cómo es nuestra dinámica familiar”.
–El tema central es la venganza, ¿qué opinan de ese tópico?
De nuevo Santiago se adelanta:
Es una película de duelo y de liberación, y los personajes necesitan salvación. Es ¿cómo se puede seguir con la vida después del duelo?, y cada uno está motivado por diferentes cosas. El personaje Fernando es la fantasía de venganza, pero en realidad son otros contextos que hay ahí dentro.
Mariana refuerza:
“Si, en la película nos damos cuenta de que todos los personajes están atravesando por un duelo, y como seres humanos no tenemos un manual de cómo atravesar el duelo. No hay un estándar del duelo, de ‘se quita en tanto tiempo o el duelo se pasa de esta forma’, y cada personaje posee su propio mecanismo para enfrentarlo. En el caso de Fernando es la rabia y una constante necesidad de venganza que al final va mutando, pero el caso de Salvador es reprimir un poco lo que pasó y bloquear todo el accidente y tratar de seguir con un intento de normalidad. Paula perdió a su mamá desde niña. Cada personaje está de alguna forma viviendo un duelo y tratando de superar ese dolor, y tratando de retomar una vida”.
Se les menciona que en la película destaca la mirada de los jóvenes. Santiago ataja:
“Es una película impulsiva, no creo que sea una película racional, y creo que es una de las características de los adolescentes, reaccionar. Queríamos que se sintiera un espíritu joven, que se sintiera la energía de estos adolescentes, que fuera la mirada de ellos y no la de los adultos, porque siento que la película no tendría sentido”.
En el elenco participan Theo Goldin, Máximo Hollander, Federica García, Julio César Cedillo, Sergio Meyer Mori, Cecilia Suárez e Manol Cardona. Santiago recuerda que efectuaron un casting de entre 600 y 700 adolescentes:
“El personaje de Paula ya lo teníamos escogido desde antes de que empezara la preproducción, a Federica la pensamos siempre, y en el caso de Máximo y Theo, desde que los conocimos nos cautivaron. Hubo una intuición de que ellos deberían ser los personajes, reflejaban las caracterizaciones”.
–¿Ustedes siempre pensaron en ser cineastas?
Santiago irrumpe, jubiloso:
“Mariana más que yo”.
Enseguida ella externa:
“Yo siempre lo pensé, desde que fui a mi primer set en la vida. Contábamos con ocho y seis años. Fue en Amores perros, y nunca nos habíamos enfrentado a un set. No entendiamos ni qué era eso, ni qué hacía tanta gente trabajando alrededor de un lugar para construir una escena, y nos tocó un momento bastante impactante: el accidente de Amores perros, y desde ese momento me llamó la atención. Yo sí desde niña dije: ‘¡Quiero entrarle al cine!...”.
Pero Santiago confiesa que cada año deseaba profesiones diferentes:
“De cuando iba creciendo a adolescente, quería ser mago, otro año quería ser boxeador, otro año quería ser biólogo, en fin. Yo siento que eso pasa con el cine. Te obsesionas con un proyecto y lo terminas, y ya estás en otra etapa de tu vida y te vas a dedicar a otro proyecto, y después a otro proyecto”.
–¿Cómo fue dirigir entre los dos su primer largometraje de ficción?
Santiago:
–Habíamos hecho cortos antes y tuvimos una casa productora juntos. Todo eso ayudó a preparar el terreno para la película, que igual fue como aventarnos al vacío y ver qué iba a pasar. Siempre da un poco de miedo en hacer la la ópera prima. Para mí dirigir puede ser muy solitario, en la preproducción convives con un equipo, lo mismo en la edición. En la dirección yo encuentro en Mariana un acompañamiento que me ayuda a crecer, dialogar, entender otras perspectivas, y yo espero que tenga el mismo efecto en ella”.
Mariana:
“Nunca en la vida hubiera creído que iba a terminar trabajando con Santiago. De niños peleábamos muchísimo, como cualquier relación de hermanos. Luego fuimos creciendo y fuimos encontrando el cine e historias en común, y empezamos a explorar esta dinámica. Nos dimos cuenta, como dice él, que nos acompañamos más y se enriquece la conversación alrededor de lo que realizamos. Quizás en algunos momentos yo tengo un punto de vista y él otro, y debemos dialogar sobre eso y debatirlo, y siempre el resultado hace que sea algo más”.
Por último se les cuestiona:
–¿Se enojaron alguna vez por no ponerse de auerdo?
Mariana enfatiza:
–El cine es estresante, y aunque tengas cincuenta películas hechas, nunca estás preparada paa la siguiente, porque la cantidad de imprevistos y situaciones son diferentes.
Santiago cierra:
“Pero no te enojas, te ocupas. Es decir, de repente hay un problema, tu acción es resolver la película, y está todo el equipo tratando de resolver, entonces debes con todos caminar para remediar”.