Sam Smith
Sam Smith, música y sensualidad en el Palacio de los Deportes
El ‘british’ de 31 años quien regresó a México después de cinco años, dio poderoso espectáculo musical y escénico para agasajar a lo grande a sus 17 mil 400 fans reunidos.CIUDAD DE MÉXICO (APRO).- Tremenda noche la de Sam Smith en el Palacio de los Deportes.
Después de haber dominado la presentación en Monterrey, Nuevo León, como parte de su gira The Gloria Tour, el británico que se hiciera famoso por el hit “Im Not The Only One”, se presentó en la primera de dos noches en el “Domo de Cobre” de esta ciudad. La segunda presentación será este 15 de septiembre.
El ‘british’ de 31 años quien regresó a México después de cinco años, dio poderoso espectáculo musical y escénico para agasajar a lo grande a sus 17 mil 400 fans reunidos.
El show abrió con una colosal musa dorada reposando sobre el tablado que encarnó alegóricamente a la divina Afrodita (en la mitología griega, la diosa de la belleza, la sensualidad y el amor). Smith sorprendió emergiendo en la monumental figura a los cantos de “Stay With Me”, “I'm Not the Only One” y “Like I Can”, tras lo cual dijo al público:
"Solo quiero decir desde el fondo de mi corazón gracias, muchas gracias México, el momento es hoy, estoy muy emocionado".
Visiblemente conmovido el londinense y ganador de cinco Grammy saludó a su gente evocando fulgorosa libertad. El pletórico inmueble replicó gritos aclamándole a los ritmos de “Too Good at Goodbyes”.
El show se dividió en tres actos, el de apertura fue intitulado “Love” (Amor), desatando las pasiones amorosas en “Perfect”.
A lo largo del concierto se acompañó de un magnífico ensamble de músicos y coristas, a la par de bailarines en una incandescente gala coreográfica. La producción adicionó una pantalla a telón de fondo dibujando el viaje conceptual, incluyendo un par de plasmas laterales para visibilizar al artista en sus relevos de atuendos. Las brillantes luminarias confabularon las atmósferas en destellos coloridos surcando el horizonte.
Smith, abiertamente gay, y símbolo de esa comunidad desbordó sensualidad.
Observándosele en una camisa en olanes, consideró “Diamonds”, “How Do You Sleep?” y “Dancing With a Stranger”, delineando coreos frenéticos de los respetables.
En la pantalla se anunció el segundo capítulo inscribiendo “Beauty” (Belleza). Sam brotaba en elegante vestido blanco al son de “Kissing You” en un océano de luces de celulares, dando continuidad en “Lay Me Down” y “Love Goes”, incluyendo a su vez “Gimme” y “Lose You”.
Removió los cuerpos en “Promises” y “I'm Not Here to Make Friends”, en la que presumió reluciente vestuario de tonalidades rosadas, para despojarse de este último luciendo un traje de piel negro. Se aderezó “Latch” y en una enloquecedora fiesta la clásica “I Feel Love”. Smith bailaba incansable, al igual que sus adeptos, canturreando a todo pulmón cada una de las rolas.
El tercer y último episodio “Sex” (Sexo), contempló “Gloria”. Ataviado en estilística sadomasoquista en calzoncillos de brillantinas negras entonó “Human Nature”. El universo de eros pululaba en apasionado jolgorio.
La celebridad portó un sombrero con cuernitos de diablito para finiquitar en “Unholy”, centellando dantescas llamaradas infernales a lo largo del escenario. Sam Smith desapareció inexorablemente cobijado del éxtasis generalizado en cerrojo a broche de oro.
Este viernes 15 de septiembre ofrece un concierto extra en el mismo inmueble de la alcaldía Iztacalco.