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Cine: "Loving Highsmith"

Los colaboradores de la sección cultural de la revista Proceso --cuya edición ya es mensual--, publican en estas páginas, semana a semana, sus columnas de crítica (Arte, Música, Teatro, Cine, Libros).
jueves, 24 de agosto de 2023 · 08:40

Los colaboradores de la sección cultural de la revista Proceso --cuya edición ya es mensual--, publican en estas páginas, semana a semana, sus columnas de crítica (Arte, Música, Teatro, Cine, Libros).

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Célebre y admirada por su obra, Patricia Highsmith se decía sorprendida cuando la describían como escritora de novelas policíacas, casi todas llevadas al cine, porque su propósito era explorar a fondo las zonas obscuras de sus personajes, eso que se oculta bajo las apariencias.

De Ripley, por ejemplo, su más famoso personaje, decía que se trataba de un artista de la estafa, un hombre fino y de buen gusto, que de vez en cuando cometía crímenes, además de que siempre se salía con la suya. Hiperbólico, Gore Vidal llegó a mencionarla como la escritora modernista más grande de la literatura norteamericana.

Pero la persona pública y privada de Highsmith dejó mala fama; ácida en sus comentarios, que la muestran descalificadora, antisemita, un tanto antifeminista, misógina a pesar de su homosexualidad, la hacen repelente, difícil de querer. Con “Amando a Highsmith” (Loving Highsmith, Suiza-Alemania, 2022), la realizadora suiza Eva Vitija realiza una verdadera proeza al explorar el lado vulnerable, incluso luminoso de la autora de “El talentoso Mr Ripley”, y hacerla querible. 

En dirección opuesta a la tendencia de Highsmith, Eva Vitija (entrevistada por Proceso para la sección Cultura) erige una especie de monumento de la escritora; luego de leer y estudiar a fondo los diarios, mil páginas (1941-1995) de confesiones íntimas, publicados durante la celebración del centenario de su natalicio, el documental muestra fotografías y entrevistas con amigos, examantes aún vivas; el espectador descubre en Patricia Highsmith a una persona vulnerable, de humor ácido, en lucha constante consigo misma, atormentada, sin lugar a dudas; si no tan rico y profundo como el texto original (editado en inglés por Anna von Planta, publicado en 2021), el retrato transmite la lucha de luz y sombra de una mujer que no tenía otra opción más que la de la escritura para no perder la razón. 

Si “Loving Highsmith” rehúye un tanto explorar el antisemitismo de la novelista, no relega el tema a la zona del tabú, lo menciona y lo sugiere como mancha irrefutable. Sin tratar de justificar lo injustificable, podría pensarse que todo habría comenzado como pose, pues al principio Highsmith se mostraba escandalizada cuando se enteraba que algún amigo judío había sufrido discriminación; adherida, posteriormente, a la causa palestina, su antisemitismo se volvió vitriólico, foco de proyección de todo lo que aborrecía.

La voz de Gwendoline Christie (la giganta de “Guerra de Tronos”) lo mismo narra el documental desde fuera, que encarna la palabra de la autora desde el interior de sus diarios; hechos puntuales de la vida de la autora como la publicación, bajo pseudónimo, de “El precio de la sal”, su segunda novela, revelan cautela para no provocar a la sociedad de su momento con una historia de lesbianas con final feliz; adaptada al cine bajo el título de “Carol” (Cate Blanchett y Mara Rooney), la historia tiene menos peso ahora del que tuvo en su momento, pero sí que ilustra el anhelo de la autora por vivir una vida satisfactoria con otra mujer.

La misoginia de Highsmith, pues pese a su orientación decía que no soportaba por mucho tiempo a las mujeres, hace de ella un ícono gay no fácil de aceptar, pero la investigación de la directora saca a luz el rechazo materno, la angustia de la escritora por ser aceptada, y hasta la sumisión, en ciertas etapas de su vida, por funcionar en una relación heterosexual para agradar a la madre.

A la manera de los mejores “biopics”, “Loving Highsmith” invita a descubrir su obra, a reevaluarla en toda su complejidad, más allá del género policiaco del que se valió; invita también a redescubrir las grandes adaptaciones de sus libros, como la de René Clément “A pleno sol” (1960), o la cinta de Hitchcock “Pacto siniestro” (adaptación de “Strangers on a train”, dirigida por Hitchcock), o “El amigo americano” de Wim Wenders.

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