CONTRAPLANO
“Ascenso al límite”: peligro en la montaña
Lo que parece ser una emocionante aventura llena de camaradería internacional y romance casual se transforma pronto en una tragedia.MONTRREY, N. L. (apro).– Un grupo de amigos se involucra en la tarea intrépida de escalar una serie de cumbres nevadas en Los Alpes, una experiencia complicada y altamente riesgosa.
Lo que parece ser una emocionante aventura llena de camaradería internacional y romance casual se transforma pronto en una tragedia cuando, a la mitad de un ascenso, quedan atrapados en una infernal tormenta, a media montaña, sin posibilidades de rescate próximo.
De estreno en salas, “Ascenso al límite” (Summit Fever, 2022) es una cinta que vale la pena, principalmente, por sus vertiginosas tomas aéreas. El trabajo de los drones es magnífico, al mostrar en todas su belleza y peligro las mesetas congeladas que parecen imposibles de conquistar.
Escrita y dirigida por Julian Gilbey, la cinta es irregular, aunque con una excelente fotografía aérea, que transmite la emoción peliaguda que sienten los escaladores jugándose la vida al trepar paredes naturales. Es mortal un error entre los picachos resbaladizos.
Sin embargo, la cinta falla notablemente al construir con debilidad el drama que hay alrededor de los montañistas, pues se queda en la superficie, al mostrar únicamente a un grupo de chicos guapos y adinerados que están en un gran rave multicultural, que combinan con los ascensos.
Filmada con un enorme descuido técnico en las escenas de diálogos, se ve un presupuesto reducido. Los personajes interactúan en diálogos rígidos y mostrados con una fotografía de iluminación deficiente. Parece que no hay dirección para los actores, pues mientras hablan no transmiten emociones, por más que les broten las lágrimas.
Aunque las tomas por aire son soberbias, en los escenarios se ven muchas deficiencias de arte. Los alpinistas pasan por numerosas situaciones de peligro mortal en el hielo, pero las escenas están tan mal construidas que se evidencia el uso de un estudio. Los muchachos avanzan por la nieve, pero no se ve que, realmente, estén entumecidos, a punto del congelamiento por la exposición a la ventisca. Los relámpagos pudieron recrearse mucho mejor.
Es inevitable preguntar qué hace Ryan Phillippe, subactuado, como el resto del casting, y presentado como estrella relevante de esta producción mediana, después de haber sido atractiva presencia juvenil hace alguna década.
En el cine de desastres, quizás Gilbey debiera echar un vistazo a “Cara Norte” (North Face, 2008), donde hay un gran drama en la montaña con un angustiante detalle de la agonía de los montañistas. O, si optaba por irse a la acción pura, ahí está, para que tomara inspiración, “Límite Vertical” (Vertical Límit, 2000), que captura muy bien los problemas que pasan los deportistas intrépidos adictos a la adrenalina.
No ayuda, a la cinta, que los diálogos en francés estén sin subtítulos, lo que hace incomprensibles algunas escenas.
Entre clichés, frases pretendidamente poéticas y algunos momentos de heroísmo, se hace un pronunciamiento sobre la seriedad con la que debe tomarse este deporte extremo, que cobra muy caro a quienes le faltan al respeto, buscando lucimiento sin preparación.
Al final “Ascenso al límite” queda como una cinta divertida, pero olvidable.