CIUDAD DE MÉXICO (apro).- “La existencia no da tregua”, esa frase es la esencia de la vida de Yukio Mishima, uno de los grandes escritores del siglo XX y referente de la literatura japonesa. Bajo esa premisa y con el anhelo de descubrir una historia perdida, Cristian Lagunas narra el viaje a México del escritor en El lado izquierdo del sol, novela ganadora del Premio Mauricio Achar Random House 2022.

“Me gusta pensar en la historia de las cosas perdidas”, dice Lagunas en entrevista con Proceso.

Hiraoka Kimitake en Tokio en 1925, eligió llamarse Yukio Mishima; fue su nombre literario. Ante el fin del Japón tradicional, se suicidó en 1970. Como tantos japoneses de su generación, vivió el embate de dos modelos de cultura: la occidental y la propia y milenaria del Japón. Con tan solo 24 años logró su primer éxito con la publicación de Confesiones de una máscara. Lagunas advierte que, al momento de escribir, uno de los retos es encontrar la propia voz del autor, aquella que se mimetiza frente a la historia y los diálogos de sus personajes: “se fusionan las voces”.

Mishima refería la mayor parte del tiempo: “quiero hacer de mi vida un poema”. En 1968, tras una larga y prolífica carrera entregado a las letras, fue nominado al premio Nobel de Literatura. No lo ganó, pero ser considerado al galardón, lo consolidó como una de las voces fundamentales de la escritura en su país y el mundo.

Esta novela, como apunta la sinopsis, explora la “compleja figura” del joven que a los 32 años realiza un viaje a Nueva York y México para “arrojarse al universo del turismo homosexual, pero también para aniquilar su pasado”. Se encuentran aquí “los instantes que van a determinar la existencia y el oficio de su protagonista”.

El proceso creativo llevó tres años. “Quería reflejar la dificultad que tiene que hacer un escritor para abordar cada etapa de un hombre que se sabe tan poco de su vida privada, a pesar de ser un autor tan reconocido”.

Este es un pasaje del libro:

Ella responde:

-El poder de quemar cosas.

Él asiente.

-Ser criminal- agrega la neoyorquina.

-Dos vinos blancos- interrumpe el mesero.

-No, no es sobre lo criminal.

Él se bebe media copa de un trago.

-¿El señor Mishima cometería un crimen?

La cinta no registra nada.

-Otra pregunta, es sobre El color prohibido. En esta novela el protagonista es un escritor mayor, ¿es una proyección para el futuro?

-¿Por qué insiste en la lectura literal, Sofi? Yo no soy mayor, es probable que ni siquiera sea un escritor. Relájese, tome un vino, ¿no es el clima hermoso aquí?

-Insisto porque es importante. Usted es un autor importante. Me llaman la atención los kanjis que titulan la obra. Uno significa prohibición, el otro mezcla los conceptos de color y amor erótico, ¿cuál es su color favorito?

Kimitake se dobla de una carcajada.

-Mi color favorito -dice-, es el color de su labial.

Ahí está el color del título.

Lagunas reflexiona sobre su propio oficio: “me gusta escribir sobre lo que no se sabe”. Es por eso que recrea la biografía privada de un personaje adicto a la belleza, obsesionado con destruirse y volverse a crear.