CONTRAPLANO

“Juegos inocentes”: maldad infantil

Lo que inicia como una aventura de entretenimientos paranormales para cuatro niños, se transforma en una conducta peligrosa que pondrá en riesgo a todo el vecindario.
jueves, 4 de mayo de 2023 · 12:53

MONTERREY, N.L. (apro).– En el verano, cuatro vecinos se conocen y forman una pandilla feliz infantil, alejados de los adultos. Pronto descubren que comparten poderes inusuales, relacionados con la telequinesis y la telepatía.

Pero lo que inicia como una aventura de entretenimientos paranormales, se transforma en una conducta peligrosa que los pondrá en riesgo a ellos y a todo el vecindario.

En “Juegos inocentes” (The innocents, 2021), de estreno en cines, Eskil Vogt escribe y dirige un aterrador drama paranormal que pone a prueba los nervios más resistentes. Con un magnífico manejo de la tensión, crea una atmósfera de lo cotidiano, en lugares públicos, en un bosque, la intimidad del hogar donde se percibe que nadie está a salvo de la maldad sin razón, que pueden generar los niños.

Inaccesible para menores, por su elevado nivel de violencia, imágenes extremadamente perturbadoras y situaciones de público adulto, el drama se va transformando de un thriller sicológico, mediante un aterrador incidente que provoca inquietud entre estos pequeños de edad escolar, ante el desconocimiento de sus padres, que, como es costumbre, parecen alejados de todo.

Ida es una chica que atormenta a su hermana autista, Ana, a la que lastima perversamente y en secreto. Cuando se mudan a un conjunto de bloques de departamentos se hacen amigas de Aisha y Ben, chicos que parecen migrantes y con quienes comparten caminatas entre arboledas.

Cuando descubren sus habilidades para comunicarse mentalmente, o influir en el comportamiento de otras personas, se dan cuenta de que tienen un poder inusual que pueden utilizar para su conveniencia. Mientras algunos de ellos hacen el bien con sus habilidades, otro emprende acciones para desquitarse con quienes lo han lastimado. Pero sus intenciones se salen de control y se convierte en una peligrosa competencia mental de resultados insospechados.

Aunque la trama va hacia las vertientes del horror y el suspenso, hay una lectura política sobre la venganza de los desposeídos. Estos niños con súper poderes son marginados, con afectaciones físicas o estigmas raciales. Son evidentemente resentidos sociales y pueden asumir conductas impropias con el control que tienen sobre la vida, como pequeños dioses, que pueden ser generosos o malévolos.

Son como pequeños X-Men, pero restándoles todo el glamour de Marvel e insertándolos en la vida cotidiana, con numerosos problemas al interior del hogar.

Sus intenciones se potencian porque son inocentes y desconocen el alcance real de las consecuencias que traerán sus acciones descontroladas. Con escalofriante precisión, se muestra cómo desde la libertad que les da el albedrío y el criterio en formación, desdeñan el remordimiento.

Vogts rebasa, en una impactante escena, la tolerancia que puede tener el espectador ante algunas situaciones que debieran ser impresentables, pues las muestra con claridad casi aborrecible. Hay momentos en que su exhibición de violencia se torna pornográfica, y alguna imagen homicida se vuelve obscena. Depende del nivel individual de tolerancia.

“Juegos inocentes” es una inteligente e inusual propuesta de cine mundial que, por su crudeza y temática, estruja el corazón y también el estómago.

Comentarios