Diccionario del Español en México
El Diccionario del Español en México no busca establecer normas: Francisco Segovia
El DEM es resultado de un conjunto de investigaciones del vocabulario utilizado en la República Mexicana, desde 1921. Su base es el “Corpus del español mexicano (1921-1974)” y datos que se han incorporado desde los años setenta a la fecha.CIUDAD DE MÉXICO (apro).-Fundado hace 50 años por el economista, escritor, jurista y diplomático Antonio Carillo Flores (1909-1986), el Diccionario del Español en México (DEM) se distingue del de la Real Academia de la Lengua Española porque no pretende establecer un dogma lingüístico.
Porque esa norma, no sólo no es exactamente la que se sigue en México y tampoco la construyen los hablantes mismos de cada país o región, sino un grupo de notables o sabios:
“No nos parecía que el diccionario de la Academia reflejara el español que se habla efectivamente en México… Nosotros partimos del español que de verdad se habla, no del que se debiera hablar, eso cambia un poco el foco”.
Así describe el poeta y ensayista Francisco Segovia el DEM, realizado por El Colegio de México (Colmex) y del cual ha sido lexicógrafo, como lo ha sido también de la Enciclopedia Británica y el Oxford Spanish Dictionary. En entrevista con Proceso, el también traductor relata la historia de esta obra disponible en Internet (https://dem.colmex.mx/), en donde se puede consultar el significado de infinidad de palabras:
Cuenta que siendo director del Fondo de Cultura Económica, Carrillo Flores, quien fue también secretario de Educación Pública y de Relaciones Exteriores, planteó al entonces presidente del Colmex, Víctor L. Urquidi, hacer un diccionario equivalente al Webster, que “era piedra fundacional en Estados Unidos, frente al Oxford Dictionary, es decir un diccionario que reflejara el inglés estadunidense, no dependiente del inglés de Inglaterra”.
Urquidi le respondió que consultaría con “los que saben” y lo hizo con el entonces director del Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios del propio Colegio, el filólogo Antonio Alatorre, quien a su vez, preguntó a un “joven y recién graduado” Luis Fernando Lara, “quien sin saber en la que se metía, le dijo que sí y comenzaron los trabajos”. El lingüista dirige desde entonces el monumental proyecto.
Carrillo Flores --sigue Segovia-- consiguió que el gobierno creara un fideicomiso para la realización del proyecto , pero “como suele suceder en México, terminó con el sexenio” y el Colegio decidió financiar el proyecto, en tanto que ha sido importante para ellos, y producirlo en sus instalaciones.
De acuerdo con información del Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios, el DEM es resultado de un conjunto de investigaciones del vocabulario utilizado en la República Mexicana, desde 1921. Su base es el “Corpus del español mexicano (1921-1974)” y datos que se han incorporado desde los años setenta a la fecha.
“Se trata de una obra original, de carácter descriptivo, hecha con criterios exclusivamente lingüísticos. Todo el vocabulario que incluye ha sido usado o se usa en México, al menos desde 1921”.
Un siglo
Segovia explica en la entrevista que el corpus del cual se partió inicialmente tuvo su origen en 1921, al final de la Revolución Mexicana, pues en esa época se dieron cambios muy importantes en el español de México, pues hubo movilizaciones grandes de gente por todo el país. Poco después se fundó la radiodifusora XEW donde se difundía el español” a nivel nacional.
Las investigaciones para el Diccionario iniciaron en 1973, a través de documentos y grabaciones para enriquecer el corpus, introduciendo palabras en la computadora para que hiciera un análisis estadístico de qué tanto es utilizada.
La última actualización de la obra se realizó en 2022 y se agregaron 341 palabras y 533 acepciones. En la actualidad cuenta con 34 mil entradas, y recibe alrededor de 911 mil 947 consultas mensualmente.
Segovia pone énfasis en que prácticamente se tienen ya documentados cien años del español en México, un siglo. Y tienen “el sueño” de conformar el corpus del siglo XIX, pero se empezó en 1921.
Comenta también que este DEM se distingue del de la Academia Mexicana de la Lengua, porque el de ésta se centra en mexicanismos, pero este tipo de diccionarios se ocupan más de las diferencias. Quizá, el de la Academia Española es un diccionario más rico, y desde luego con un corpus más grande, pero no necesariamente más eficiente para todos los modos como el español de México:
El poeta agrega que se acude al Diccionario de la Real Academia Española porque es un diccionario integral que incluye el español de México, sea que se trate de mexicanismos y/o de palabras que compartimos los hispanohablantes, los de México y Centroamérica. Como ejemplo menciona que se incluye una palabra como tlapalería.
Basten unas breves búsquedas y se encuentran palabras como chairo, chismoso, metiche, chamagoso, rascuache… Se puede consultar el uso de los tiempos verbales, los modelos de conjugación regular e irregular, reglas de ortografía, acentuación y puntuación, escritura de números, gentilicios, prefijos y sufijos.
Para finalizar, se le pregunta a Segovia sobre el lenguaje llamado inclusivo (que alude a femeninos y otros géneros no binarios), si el DEM ya está registrando algunas palabras o piensa que se podrá hacer en un futuro cercano.
Destaca que no son los realizadores del diccionario quienes deciden cómo debe hablar nadie, pero se va registrando cómo se habla, en esos registros no han aparecido aún estas palabras. Son cambios que tardan mucho tiempo en darse y no obedecen ni a ideologías, clase social, o nivel de educación.
En su opinión estos cambios no son naturales de la lengua, sino que precisamente los está realizando una cierta clase social, no es la inmensa mayoría, entonces será hasta que se imponga su uso de manera más general cuando pueda reflejarse el cambio en una obra como el DEM.