CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El grupo de rock DLD edificó una intensa velada de pasiones desbordadas la noche de este jueves en un Auditorio Nacional lleno a reventar, agasajando a sus fieles seguidores con un extenso recorrido por su historia musical e invitados especiales.   

La buena vibra y energía caló a los primeros pasos de la agrupación integrada por Francisco Familiar, Erik Neville y Edgar “PJ” Hansen. El estallido eufórico hizo temblar al inmueble al arranque de “Némesis” y “A partir de mañana”.

A los acordes de “Sigo siendo yo”, el líder vocalista Francisco Familiar saludó, así:

 “¡No saben lo agradecidos que estamos de que estén ustedes aquí! Ésta es una fecha muy significativa por muchos niveles, es la primera del año y estamos por embarcarnos a otras latitudes, así que muchas gracias por darnos estos recuerdos para llevarlos en la maleta, denos la bendición. ¡Gracias por estar aquí!”.

El ensamble surgido en 1998 en el Estado de México velozmente hizo erupción con “Sea”. Sorprendió su primer invitado, el galante rocker Leonardo de Lozanne, de Fobia, cantando “A/C”, siendo bien recibido en clamores por los reunidos. Después tomó turno Darío Vital, de Comisario Pantera, con “Un vicio caro es el amor”, replicando aplausos entre el respetable.  

La producción brilló por las coloridas e intermitentes luces que estallaban sobre las miradas de la audiencia, formando una pantalla a telón de fondo que ilustraba el logo conceptual de DLD, al igual que las plasmas laterales acercando a la delirante ejecución de Francisco, Erik y Edgar. El formato destacó por un público de pie literalmente enloquecido frente a la tarima, además de las habituales butacas repletas hasta el último rincón.     

Los DLD rasgaron “Se va”, haciéndose acompañar en el saxofón de Missael Oseguera del célebre Panteón Rococó para “Está bien”. El ágil espectáculo voló las emociones en “Dixie”. Colaboró en “Mecánica” el joven guitarrista Gustavo, aquel “fan” quien resultó ganador hace dos años en un concurso para convivir junto a sus ídolos en el escenario.   

El candente show consideró “El mapa de tus ojos” y la rola “Reencuentro”, en la que apareció un artista plástico amigo de los DLD pintando un lienzo en vivo al estilo de los antiguos festivales rupestres. Resonó “Estaré” y “Tóxico”, esta última a dueto con la cantante Yoss Bones. Se sumó “Pagarás” y “Arsénico”, en compañía de Renee Mooi.

Sonaron los acordes de la clásica “Viernes”, avizorando el ocaso en “Hasta siempre” y “Las cruzadas”. Una breve pausa enfiló el final a los ritmos de “El accidente”, regalando unas frases extra de despedida:

“¡Gracias por la acción y el pensamiento, gracias por este cariño!”.

Entonaron entonces “Mi vida”, avanzando la inexorable conclusión en “Todo cuenta” y “Por siempre”. Todos los DLD en gratitud al filo del escenario huyeron en ensordecedores aullidos de su fanaticada tras dos horas de un show inolvidable de rock.

Como aperitivo, la banda sonorense Nunca Jamás fue la encargada de enardecer la apertura del agasajado concierto en el coloso de Chapultepec.