Festival de Música de Morelia

Los aprietos para sacar adelante al Festival de Música de Morelia

Cada año es un reto mayúsculo, y este 2023 no lo fue menos para sufragar los recursos del evento. Su directora, Verónica Bernal, recurre a la iniciativa privada, ante la incertidumbre del cambio de gobierno…
domingo, 19 de noviembre de 2023 · 07:00

Ciudad de México (Proceso).- Son 35 años del Festival de Música de Morelia (FMM) “Miguel Bernal Jiménez”, pero una vez que termine el de este año, el cronómetro regresará a cero “y hay que volver a hacer labor de diálogo y convencimiento”.

Ello, aunado a que habrá cambio de gobierno, por lo cual dice la directora del evento, Verónica Bernal, “no sabemos cómo estarán los apoyos en 2024”,

Este 2023, el FMM arrancó con un concierto de gala en el Teatro Morelos de Morelia, con la participación de la Orquesta Sinfónica de Xalapa, un verdadero espectáculo musical de más de dos horas.

La orquesta más antigua de México, que se encuentra en su 95 aniversario, compartió escenario en la primera parte con el reconocido tenor inglés Mark Padmore, quien interpretó arias de Handel.

En un segundo momento, la OSX realizó un homenaje al compositor mexicano Javier Álvarez (1963-1923) con su pieza “De aquí a la veleta”, que hizo vibrar al público. Álvarez fue Premio Nacional de Ciencias y Artes 2013 y director artístico del FMM hasta esta última edición.

El prestigiado encuentro moreliano programa para estos días, hasta el 19, un total de 55 conciertos y poco más de 700 músicos en escena, extendiéndose más allá del estado de Michoacán, a ciudades como Guadalajara (Jalisco), Querétaro (Querétaro) y Culiacán (Sinaloa).

Bernal. Los preparativos, inmediatamente / Foto: Cortesía Festival de Música de Morelia

En la magna apertura, Bernal --nieta del del compositor, musicólogo y organista moreliano Manuel Bernal Jiménez (1910-1956)-- externó agradecimientos para los tres niveles de gobierno y a patrocinadores, por hacer posible una edición plena de vicisitudes, como explicó a Proceso; en principio, debido a la necesidad de renovación ante los nuevos rostros en la música --“se ha vuelto un festival muy contemporáneo”--, y por los retos y hasta los sueños buscando echar mano de la tecnología.

“Algo que le aprendí a Javier Álvarez es que hay que abrirle espacios a los músicos jóvenes, compositores… este año en especial hay muchos talentos nuevos: los chicos de la Camerata de Celaya, La Orquesta Juvenil Eduardo Mata, los estudiantes del Conservatorio de las Rosas, el Chaos String Quartet, Iwo y Karolina, Il Furore, Emanuel Padilla --quien estará con Lourdes Ambríz--, y la misma Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato para la clausura…

“Es decir, un 40% de la programación tiene jóvenes muy profesionales, músicos que están despegando o ya despegaron a nivel nacional e internacional, y el festival es también una plataforma para ellos.

Padmore, tenor, y Leben, director de la OSX / Foto: Cortesía Festival de Música de Morelia

“Pero el festival es para todos, parejas, familias, amigos. El día de la inauguración de los tapetes-murales de artesanos de Patamban (pueblo de la meseta purépecha ubicado a 65 kms. de Uruapan) había personas de todas las edades, y muchos de los que asistieron dijeron ‘¡ah caray, esto no es aburrido’. Se ha logrado integrar al público en general, haciendo a un lado la idea de que un festival como este no es sólo para la elite o críticos musicales, y la gente ha entendido esto”.

--¿En qué números están ahora, ya se recuperaron de la pandemia?

--E un 85%. En 2020, cuando retomé la dirección, había una crisis económica fuerte a nivel internacional por el paro de actividades, y tuvimos que apostar a la iniciativa privada, demostrar que sí se invierte en la cultura. En este festival podemos incidir en el tejido social.

El tapete-mural de Petambam / Foto: Niza Rivera

--En términos de violencia, sobre todo, Michoacán estuvo muy duro en números…

--Hoy no sólo es un tema de Michoacán, por supuesto que es triste que ahora haya estados que están incluso peor que nosotros, hay una desconfiguración social tremenda, y dividir al país no suma. Tengo nueve años trabajando en comunidades, y hay niños que tienen gran parte de la tarde ocupada tocando música, aprendiendo música. Así es difícil que se vayan por las adicciones.

“En el sector educativo, cuando los niños salen a las doce o una de la tarde de la escuela, y tienen dos padres que trabajan, ¿qué hacen? Si les ofreces canchas deportivas habilitadas, espacios donde puedan tocar un instrumento y profesores, ¡caray!, es difícil que piensan en balas.

“Lo que tenemos que plantearnos es: ¿qué podemos hacer por una comunidad?, ¿cómo tocamos la vida de las personas? Por ejemplo, en Tiripetío (al sur de Morelia) disminuyó la toma de vías del tren por una causa tan simple como la de que los niños y sus mamás son los primeros en defender que no suceda, porque la empresa ferroviaria que pasa por ahí apoya a la comunidad con clases de música”.

Sin embargo, pese a resultados y porcentajes de audiencia que vuelve a su normalidad, cada que culmina el encuentro -- denominado “el Salzburgo de América” por deseo de Bernal Jiménez--, la tarea reinicia prácticamente desde cero…

“A veces me dicen ‘Verónica, ¿y qué haces todo el año?’. Me río: el festival termina el 19 de noviembre, y al siguiente día, el lunes 20, tengo que volver a comenzar todo.

“Primero hacer el cierre, y con ello ir a ver a los patrocinadores, ver cómo lo vieron, que me presupuesten para el siguiente año, buscar nuevos patrocinadores… piensan que es muy fácil programar diez días de música, pero no se dan cuenta lo difícil que es buscar recursos para la cultura en nuestro país. Si viviera en Canadá, Estados Unidos o Alemania, la filantropía es diferente… además, el próximo año hay cambio de gobierno”.

--¿El reto es continuarlo?

--Es un gran reto porque no sé si el próximo año habrá Profest, que es el único apoyo al interior del país, pero ¿y si no? Aunque el apoyo sea pequeño, eso suma. La incertidumbre en México está siempre, ese es el reto para los gestores culturales, y a veces es desgastante. Hoy celebramos la dicha de 35 años del FMM, antes hubo directores generales y artísticos que no claudicaron… estuvo Eduardo Mata, Luis Herrera de la Fuente, Fernando Lozano, Enrique Barrios, Sergio Vela, por ellos es que continúa. Este festival ya es un patrimonio de México, no sólo de Michoacán, hay que continuarlo y defenderlo… en este momento me toca a mí”.

Prodigio de flores y símbolos / Foto: Niza Rivera

Este año el evento costó 16 millones de pesos, más 20 millones en “especie” que incluye apoyos de iniciativa privada.

--Pese a las complejidades, ¿en qué piensa para el festival en 2024, en qué sueñan?

--Algo que me falta hacer y que quiero probar es el vínculo con otros festivales musicales, como el de Cartagena (Colombia). Alguna vez vinieron de Salzburgo (Austria) a vernos porque les llamó la atención lo que hacemos… del de Praga (República Checa). Hacer estos vínculos y explorar en ello…

“Me encantaría hacer un concierto con hologramas, aprovechar la tecnología, pero para ello debo buscar recursos”.

Este domingo 19, el trío nacional Niglos tendrá un presentación como parte de un “Concierto de extensión” del festival en Sahuayo (al noreste de Michoacán); mismo día que la agrupación Capella de Ministrers de Carles Magraner hará lo propio en el Templo de las Rosas moreliano.

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