Cine mexicano

“Radical”, con Eugenio Derbez, una historia de esperanza

El maestro de una humilde escuela de Matamoros, Tamaulipas, inspiró esta cinta (ganadora en Sundance) que desborda el entusiasmo del actor y productor en la entrevista con Proceso: Sergio Juárez Correa encontró un método de aprendizaje en un entorno de pobreza y violencia.
domingo, 8 de octubre de 2023 · 07:00

Ciudad de México (Proceso).- Con el respaldo del premio Festival Favorite Award 2023 (Película Favorita del Festival), que otorga el público del célebre encuentro fílmico de Sundance, la película “Radical”, protagonizada y producida por el mexicano Eugenio Derbez, se centra en el tema de la educación básica.

Ficción basada en hechos reales ocurridos de hace 12 años, la trama gira en torno a un maestro de primaria (Derbez), ubicada cerca de un basurero en Matamoros, Tamaulipas, quien crea un método con el cual sus alumnos, evaluados como los peores de todo el país, se convierten en los mejores a pesar de la pobreza y la violencia del crimen organizado.

Derbez (DF, 1961), en entrevista por teléfono, exalta contento, debido a que “Radical”, dirigida y escrita por Christopher Zalla (Kenia, 1974), se estrena en los cines de México el 19 de este mes, además, se proyectará en la 21 edición del Festival Internacional de Cine de Morelia y estará en las salas en Estados Unidos el 3 de noviembre:

“Es una historia que sucedió en México. Es un relato de esperanza entre tantas malas noticias que vemos todos los días. Creo que de repente está padre recibir una noticia positiva de gente como Sergio Juárez Correa, nombre real del profesor qué logra a través del humor cambiar a toda una comunidad y hacer que sus alumnos destaquen”.

El título del filme, menciona, refleja su sentido:

“Sentimos que el método de Sergio es radical, que la personalidad de Sergio es radical. Es un hombre que luchó en contra de un sistema, que luchó por cambiar la manera de educar a pesar de que tenía todas las circunstancias en contra. Por eso es que pensamos que era una palabra muy poderosa”.

Actúan con Derbez, Daniel Haddad, Jeniffer Trejo, Mía Fernanda Solís y Danilo Guardiola.

De la realidad a la ficción

Todo inició cuando la revista estadunidense “Wired” mostró hacia 2013 en su portada el rostro de Paloma Noyola Bueno, niña mexicana a la que nombró “la próxima Steve Jobs”, atrayendo hacia ella a los medios locales e internacionales. En las entrevistas mencionaba a su profesor, Sergio Juárez Correa, de la escuela José Urbina López.

El método de enseñanza de Juárez Correa no sólo hizo que Noyola Bueno lograra el primer lugar nacional en matemáticas, también otros 13 alumnos obtuvieron lugares importantes en la prueba que se efectúa a nivel nacional. En varias charlas con medios informativos, el maestro narró que antes de iniciar el curso del 2011, advirtió desde su escritorio el aburrimiento y desinterés de los niños y de las complicadas condiciones que debían pasar para llegar a un colegio en una zona rural marginada. Muchos faltaban a clases. Él les impartía cada día más de ocho materias.

Entonces empezó a buscar métodos, como los de las escuelas finlandesas y el de Sugata Mitra, experto en educación y tecnología de la Universidad de Newcastle en Reino Unido, según el cual permite a los niños aprender explorando a través de internet. Trabajar esas ideas no fue fácil, a decir suyo, “porque toda esta información que tenía era basada en experimentar, pero pedí permiso de cambiar la estrategia, el rumbo y pudimos no solamente sentarnos en el aula a hacer lo mismo de siempre, sino también innovar”.

Incluso enfrentó que la escuela no contaba con internet, y los alumnos --hijos de pepenadores, del personal del servicio de limpieza público-- no conocían una computadora. Consiguió entonces una computadora inició el experimento.

Triunfadora en Sundance. Foto: Cortesía Videocine

Derbez explica que siempre busca historias para producir en la compañía, 3Pas Studios, y un día se acercó a Joshua Davis, reportero que siempre investiga historias únicas, y quien le ha vendido un par de artículos que se han convertido en películas:

“Cuando se nos acercó con esta historia, me acordé que un día estaba en mi casa en México, en el 2013 me parece, y en un noticiero hablaban de Paloma, la niña de Matamoros, a quien le habían dado una portada en una revista de Estados Unidos donde la consideraban la siguiente Steve Jobs. Me llamó mucho la atención. Y quería saber más de su historia.

“Me preguntaba cómo una niña de Matamoros, de una escuela rural, logró ser considerada eso. Pensé: ‘es una pequeña genio, ¿cuál es la historia detrás?’. Y cuando empiezo a investigar, me doy cuenta que detrás de Paloma había un maestro, Sergio Juárez Correa. Dije automáticamente: ‘¡Tenemos que hacer esta película!’, porque es justamente este tipo de historias las que me gustan hacer y sobre todo porque es un relato real”.

--¿Cómo es que se integra el cineasta Christopher Zalla al proyecto?

--Cuando ya habíamos decidido filmar, porque ya contábamos con la investigación, empezamos a buscar a un escritor y un director, y nos acordamos que Christopher Zalla ya había trabajado con nosotros en el 2007 en una película en donde mi socio producía y yo hice un pequeño papel, se llamó “Padre nuestro”, la cual ganó el Gran Premio del Jurado en el Festival de Sundance del 2007.

“Entonces dijimos: él es el director de ‘Radical’. Le mandamos el proyecto, y Christopher no había hecho nada desde entonces. Tuvo una serie de complicaciones a nivel personal y acabó viviendo en Guatemala semi-retirado, y cuando le dimos esta historia se enamoró de ella, y dijo: ‘Yo la escribo y yo la dirijo’. Lo curioso de esta cinta es que regresamos a Sundance años después, y volvimos a tener la suerte, ya que ‘Radical’ ganó el premio del público en el festival”.

Reto de actuación

Derbez conoció a Sergio Juárez Correa en persona:

“Por un lado, fue muy emocionante, y por el otro muy intrigante, sobre todo cuando interpretas a un personaje que existe. Ya de por sí es complicado cuando se interpreta a un personaje ficticio, pero es más cuando el personaje sigue vivo y además se halla en el set. Nos fue a visitar. De repente me dijeron ‘ahí está Sergio’, y yo pregunté si estaban en los monitores, y me respondieron que me estaba viendo.

“Fue muy fuerte porque te sientes visto y juzgado, porque lo estoy interpretando. Desde un principio hablé con el director de que no íbamos a hacer un retrato, ni intentaba parecerme físicamente al maestro, sino que se necesitaba capturar el espíritu de lo que era Sergio, porque además él era mucho más joven que yo. Fue difícil por tenerlo ahí, y por otro lado me llenó mucho de inspiración al escuchar de su propia boca todas las historias y cómo logró transformar a estos niños, y todas las historias y anécdotas que nos contó las integramos a la película”.

La ayuda mutua de los alumnos. Foto: Cortesía de Videocine

--¿Cómo fue recrear al maestro?

--Fue muy complicado. Cuando un comediante quiere hacer drama, te sientes un poco más observado de lo normal. Cuando hice el drama “La misma luna”, de Patricia Riggen, me acuerdo que me decían: ‘¿Por qué cada vez que sales en la pantalla antes de que hables se ríe la gente si es un personaje serio?’, Es que automáticamente la gente ve mi cara y tiende a reírse. Entonces cuando haces drama eso puede ser una desventaja, pero creo que aquí el reto era construir un personaje que fuera real. Que reflejara la esencia del verdadero Sergio, del maestro.

“Para mí, la verdad, fue un reto actoral porque además el director me dijo que me quería tal cual. Yo le proponía que me vestiría de una forma, y me señalaba: ‘¡No!, así tal cual’, ‘¡no te peines!, ‘¡no te dejes el bigote!’, ‘ni la barba’, ‘¡nada.!’. ‘…Te quiero tal cual, a cara limpia, y quiero que todo venga de adentro y no de afuera’. No quiso que tuviera un cambio físico, y para mí fue incluso más complicado como actor efectuar todo el trabajo desde adentro y sin utilizar nada de afuera, ni unos lentes, nada, nada”.

Igual conoció a Paloma Noyola Bueno, quien también visitó el set:

“Incluso la verdadera Paloma por ahí sale en unas escenas, en la biblioteca, por ahí la van a ver. Fue muy inspirador platicar con Sergio y Paloma, y a los demás alumnos reales no los conocí”.

--¿Cómo fue trabajar con los niños que actúan en la película?

--Interesante. Los niños no eran actores. Uno que otro por ahí había hecho algunos trabajos aquí y allá, pero en la escuela o en algún comercial, en realidad nunca habían realizado una película de este tamaño. Este fue su debut, y tiene sus ventajas y desventajas. Las ventajas son obviamente que no están viciados, sus reacciones son muy naturales. Las desventajas son que a veces debes saber guiarlos, y entonces entre el director y yo íbamos construyendo.

El maestro (Derbez) y su método. Foto: Cortesía Videocine

Primero construyó una relación con los pequeños fuera de escena “muy fuerte”, subraya, para especificar:

“Una de las cosas que he aprendido en los años que he rodado largometraje con niños, que me ha tocado la coincidencia de haber trabajado mucho con niños, es que no puedes llegar a construir en pie de escena una relación con el niño con el que estás actuando, tienes que construirla mucho antes dentro y fuera del set. Y fue lo que hice desde el día uno, desde el momento que los conocí, fue convertirme en un niño más.

“En el último día, si ven en algún momento en las redes sociales cuando nos despedimos de los niños y terminó la película, era una lloradera porque nos convertimos en una verdadera familia, y no solamente en escena, sino que fuera de escena éramos verdaderamente amigos. Éramos cómplices, éramos una familia”.

Sigue:

“Era muy bonito inspirar a los niños. Ellos no sabían cuándo los estaban filmando y cuando no, y sus reacciones son realmente naturales. Hubo muchas situaciones que no les avisamos, por ejemplo, los niños no sabían que yo iba a ser el maestro, entonces se les guardó. La primera escena en donde los niños me ven cuando entran al salón de clases, y me ven tirado en el piso, su reacción fue real”.

Corrupción, violencia, pobreza

Tras comentársele que “Radical”, además de abordar la educación toma tópicos como la pobreza extrema, la corrupción y la violencia, expone:

“Es una realidad que desgraciadamente tenemos que vivir, y no sólo en México, sino en muchos países. Ahora ves las noticias, y en el mundo entero es una locura. Yo siempre he comparado mi niñez, y no sé si son las redes sociales, pero siento que ahora el mundo ha cambiado dramáticamente, yo podía salir a jugar futbol con mis amigos en la calle y ahora eso es impensable, pero yo creo que a nivel mundial ha habido como un cambio.

“Más allá de hablar de México, el problema es a nivel mundial, y siento que esta historia también es muy inspiradora, porque te habla de que en una humilde primaria en Matamoros, donde los niños habían sido evaluados como los peores en todo el país, de repente llega este maestro que transforma la realidad de toda una comunidad al reimaginar la enseñanza y lograr llevar hasta su máximo potencial las posibilidades de cada uno de sus alumnos en medio de carencias y adversidades, incluso en un ambiente violento. Eso es lo hermoso de la película y es lo que da esperanza de una historia en donde a pesar de todas esas adversidades, estos niños y este maestro pudieron salir adelante, y creo que eso es muy inspirador”.

--Usted participó en el guion de alguna manera.

--Me encanta meterle mano a todo lo que actúo. Y aquí el director fue el que hizo el guion y digamos que la traducción o la tropicalización, la adaptación al español, la trabajé yo. Y sobre todo después hablar con Sergio, como que me sirvió mucho entender a dónde quería llevar a los alumnos. Y sí le metí mucha mano al guion para lograr contar la historia lo más cercano a la realidad posible.

Se le señala si en México y en el resto del mundo los niños son valorados, escuchados por los adultos, los educadores y sobre todo por los políticos.

Es definitivo:

“Yo creo que no. Honestamente creo que poseemos esta pretensión de que los niños tienen que obedecer, de que los niños todavía no piensan por sí mismos, y creo que es un error. Debemos entender que aunque sean pequeños, ya tienen curiosidad, opinión y escuchan todo lo que decimos los adultos, y creo que esta manera de educar que ha existido por años a nivel mundial, de memorizar, de aprender datos y repetir como perico, ya es obsoleto. Ya es hora de cambiar, y un poco lo que hizo Sergio fue eso, dejar de hacer que sus alumnos memorizaran”.

Derbez termina:

“Sergio no quería enseñarles a retener, sino enseñarles a pensar. Creo que ese es el secreto de la fórmula de Sergio como maestro: dejar de impulsar a los alumnos a repetir como pericos y encaminarlos a reflexionar, y eso fue la clave de todo”.