Moenia
Moenia, travesía electrónica en el Auditorio Nacional como parte del Pixel Tour 2023
La legendaria banda de synth pop mexicana conectó al instante del aterrizaje del líder Alfonso Pichardo en compañía de sus inseparables cómplices en los sintetizadores Jorge Soto y Alejandro “Midi” Ortega.CIUDAD DE MÉXICO (APRO).- Moenia vibró en un pletórico Auditorio Nacional. La legendaria banda de synth pop mexicana conectó al instante del aterrizaje del líder Alfonso Pichardo en compañía de sus inseparables cómplices en los sintetizadores Jorge Soto y Alejandro “Midi” Ortega, como parte del Pixel Tour 2023.
Los ensueños conceptuales de Moenia brillaron a los primeros pasos en una producción fulgurante. A los integrantes del trío se le observó inicialmente ocultos en máscaras digitales, en similitud a otros artistas que han usado la fórmula como Muse o The Weeknd.
Desde plataformas elevadas los músicos iniciaron su viaje musical. A telón de fondo un par de plasmas gigantescas se cruzaron en ángulo. El escenario minimalista sumergió las miradas en una nave astral.
“Summer drive”, “Tú sabes lo que quiero” y “Déjame entrar”, emprendieron la apertura en un coloso de Reforma con localidades agotadas.
El espectáculo aderezado en acompañamientos de un sintético ensamble de músicos y coristas, hizo recorrido de clásicos y éxitos, sin faltar versiones en tributo. Honrando a los legendarios rockeros españoles Héroes del Silencio se escuchó “Maldito duende”.
Los Moenia despojados de sus cascos cósmicos y ataviados de negro, delinearon “Estabas ahí”, “Prohibido besar” y “Lo que tú digas”.
El buen Pichardo lanzó mensaje de bienvenida colmado en gratitudes:
“¡Qué cosa! ¡Qué increíble estar de vuelta aquí con ustedes!”.
Lo anterior, quizá, al recordar otros shows que han tenido en el Auditorio a lo largo de más de 30 años en los escenarios.
Conmovido por la lealtad y candente recepción, expresó:
“¡Gracias de verdad a todos ustedes, porque, aunque esto suene muy cursi, ustedes todos los que están aquí hoy, todos ustedes, hacen y están haciendo que nosotros podamos vivir nuestro sueño!”.
En extenso discurso, reconoció el foro a reventar:
“¡Cuando tienes un Auditorio Nacional lleno ya no puedes pedir nada más y lo que queremos es una noche de fans! ¡Disfruten de verdad, es nuestro regalo para ustedes!”.
El grupo de música electrónica surgido hacia 1992 en sesión acústica rasgó “Llegaste a mí” y “Regreso a casa”. Continuó “No importa que el sol se muera” y “Ni tú ni nadie” (Alaska y Dinarama).
Tras desaparecer unos segundos, Pichardo, Soto y “Midi”, emergieron inmersos en una luminosa capsula de rayos láser. Alusiones cuánticas y futuristas electrizaron “Siempre igual”, “La ecuación 1984” y “Lugares fantasmas”.
Las luminarias diseñaron atmósferas cibernéticas, entre luces neón y láser. La pantalla proyectó arte digital, esbozos robóticos y en instantes emulando el ingenio incomprendido del croata Nikola Tesla (1856-1943). Un lienzo binario derramó “Llámame, si me necesitas” (Miguel Mateos), “Contigo estaré” y “Mejor ya no”, descendiendo de la tarima el vocalista. Los afortunados al frente enloquecieron en delirantes pasiones.
Retornando a escena, el artista de 50 años comentó:
“¡Eso es lo que quisiéramos todos en este escenario poder bajar y abrazar a cada uno de ustedes! ¡Como se los dije, es una noche de fans!”.
En un halo de nostalgias añadió:
“No se nos olvida que la última vez que pisamos este escenario fue una gran fiesta y de pronto el mundo cambió para todos, muchos de los que en esas fechas estaban ahora ya no están. ¡Para ellos este concierto! Pasaron los meses, las semanas y los días… Y no podíamos tener un concierto así como hoy, pero ya estamos aquí. Por eso no dejen de tenerlo presente y lo que queda de esta noche disfrútenlo muchísimo”.
En una ola de luces de celulares inundó “Manto estelar”. El ocaso avizorado concretó “Amante bandido” (Miguel Bosé), “¿En qué momento?” y “No dices más”.
En aparente adiós y regreso veloz, se obsequió “Fotonovela” en honor al artista español Juan Carlos Ramos Vaquero, también conocido como “Iván”. Inexorable final dibujó “Morir tres veces” y “No puedo estar sin ti”.
Pichardo, Soto y “Midi”, fueron escoltados al final por sus pequeños hijos. Moenia huyó en el cobijo estruendoso de aplausos y griteríos de sus fieles.