Cultura

“No fue mi culpa. Colombia”, y la violencia de género

La serie narra un conflicto distinto en cada episodio, al tiempo que presenta una historia central, el hilo conductor que gira en torno a Ángela Iregui (Marcela Mar), una abogada determinada y audaz que se ve involucrada de distintas maneras en los casos.
miércoles, 31 de agosto de 2022 · 16:48

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Inspirada en casos reales de violencia de género, Star+ creó la serie de ficción “No fue mi culpa. Colombia”, con 10 capítulos. Primero fue la versión mexicana y seguirá con la parte brasileña, próximamente disponible.

“No fue mi culpa. Colombia” --realizada totalmente en Colombia por Vista Productions Inc-- narra un conflicto distinto en cada episodio, al tiempo que presenta una historia central, el hilo conductor que gira en torno a Ángela Iregui (Marcela Mar), una abogada determinada y audaz que se ve involucrada de distintas maneras en los casos.

Los relatos presentan protagonistas de edades, clases sociales y lugares de origen diversos, unidos bajo la idea de que todas las violencias están tejidas por una misma cuerda, invitando a la audiencia a llegar al final de la historia para entender que las piezas que parecen sueltas, en realidad son parte de una misma maquinaria.

El resto del elenco lo conforman Martina García (Juliana) y Rashed Estefenn (Roberto), Nicole Santamaría (María Vanessa), María Cecilia Sánchez (Rosario), Indhira Rosa Serrano (Giselle), Cristal Aparicio (Gracia), Ana Jaraba (Lina), Jenny Gómez (Mery), Priscilla Gómez (Valery) y Rami Herrera (Paola).

Cada programa dura 45 minutos en este proyecto dirigido por Felipe Cano y María Cecilia Vásquez, a partir de un guion de Ana María Parra, los tres colombianos.

María Cecilia Vásquez expresa en entrevista vía zoom que “está bien que las víctimas se reconozcan como víctimas, porque a veces no se saben víctimas, que es parte de la tragedia”. Anexa:

“También me gustaría que el Estado de alguna manera entienda lo que significa que haya tanto nivel de impunidad. Ojalá y esta serie genere una discusión sobre la situación de las mujeres y cómo nos vamos a relacionar con los varones. Es importante ejercer presión”.

Igual --añade--“las mujeres deben reconocer las señales de alarma que a veces parecen insignificantes, las cuales pueden evolucionar en algo más grave y grande”.

Para continuar sobre las historias que, a su entender, “están muy bien estructuradas, con personajes bien construidos”.

Esa es la base de todo, afirma:

“Ya con el elenco empezamos el trabajo muy comprometido: lecturas y conversaciones. Creo que con Felipe  partimos de que el objetivo principal era poner el tema a conversación, de cómo se sentían tanto las actrices y los actores con respecto a todo este tópico, y además cómo nos sentíamos nosotros como directores. Eso nos empujó a reflexionar, a autoanalizarnos de que nosotros éramos parte de esto, de que íbamos a contar algo que nos concierne a todos, hombres y mujeres. Eso fue muy bonito porque nos comprometió más y nos dio la responsabilidad de crear un trabajo muy honesto, transparente y respetuoso al ser las voces de estas víctimas. Fue un trabajo maravilloso”.

En tanto, Ana María Parra agrega también por zoom:

“Este es un trabajo en conjunto. Todos se comprometieron emocionalmente ante esta problemática”.

Al preguntársele a ambas cómo trabajaron para no caer en el amarillismo, la directora responde:

“Tratamos de no concentrarnos en los detalles  del crimen como tal, en el delito, de cómo fue esa parte violenta. Más bien nos concentramos en el universo de las víctimas, de las mujeres que están allí, en sus sueños que truncaron… ¿quiénes eran sus familias?, ¿sus hijos?, ¿qué profesión tenían? En fin. Conocer eso me parece que es el gran beneficio de la serie, con eso logramos no entrar en esa línea amarillista que podía generar el morbo de cómo fue el crimen, más bien nos concentrarnos en el ser humano”.

--Otro aspecto es que “No fue mi culpa” no es contra los varones, no polariza, ¿verdad?

--Correcto, no incita a crear dos bandos, uno de hombres y otros de mujeres, porque hay que impulsar una construcción de relaciones sanas, sobre eso es lo que hay que hablar. Debe existir un mundo donde los dos se comuniquen. Existen hombres que atraviesan historias donde también son víctimas de esa violencia. La ficción siempre debería estar entre lo que somos y no lo que quisiéramos ser.

Las dos anhelan que esta serie “pueda invitar a la reflexión y a la conversación sobre la violencia de generó, y pensar qué podemos hacer al respecto”.

Parra termina:

“Este proyecto me deja un cambio a nivel personal y profesional, sobre qué historias quiero trabajar: que comuniquen algo, que lleguen más al alma. Me deja muchos aprendizajes, como que esas pequeñas violencias con las que convivimos a veces las dejamos pasar, nos vuelven cómplices y no somos capaces de ponerle límites porque ni siquiera las veíamos”.

La serie forma parte de la robusta oferta de producciones de Star+, íntegramente desarrolladas en la región y alineadas con el compromiso asumido por The Walt Disney Company Latin America de realizar contenido de relevancia local para sus servicios de “streaming”, en alianza con casas productoras y sumando a talentos locales.

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