CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Un catártico ritual de rock ofreció el grupo Caifanes en el Palacio de los Deportes con alucinante viaje por sus éxitos y consignas contestatarias, dando voz a la lucha feminista en contra de los feminicidios y rindiendo, además, homenaje a los periodistas asesinados.

Los 15 mil 500 asistentes regalaron de bienvenida ensordecedor alarido para la banda conformada por Saúl Hernández (voz), Alfonso André (batería), Diego Herrera (teclados y saxofón), Rodrigo Baills (guitarra) y Marco Rentería (bajo). Los primeros acordes resonaron poco después de las 20:40 horas en apertura con “Los dioses ocultos”, “Nubes” y “Para que no digas que no pienso en ti”.

Cada rincón trepidó de alegría ante las iniciales palabras de Saúl:

“Gracias, esto sigue siendo un sueño, generación tras generación hace que este sueño se haga realidad. Raza: ¡muchas gracias por estar aquí, de acompañarnos en esta aventura!”.   

El líder de los Caifanes lamentó la anunciada desaparición del Multiforo Alicia, del promotor cultural Ignacio “Nacho” Pineda:

“El Alicia ha peleado, ha hecho algo cultural, gestó algo increíble, es un semillero de bandas, es un lugar que tendríamos que estar cuidando, tendría que haber más foros Alicia en la ciudad… Necesitamos espacios, necesitamos que nuestras bandas salgan a tocar, necesitamos apoyar a nuestras bandas, tenemos que recuperar todo ese espacio libre de música, de propuestas y discursos, necesitamos que todo ese movimiento resurja. Por amor al rocanrol”.

Rasgaron velozmente “Amanece”, para avanzar a paso firme hacia “Detrás de los cerros” y estrenar “Sólo eres tú”. Seguidamente ofrecieron “Vamos a hacer un silencio”, en honor a un fan recién fallecido. La excelente producción iluminó las miradas con relucientes gráficos; la pantalla monumental a telón de fondo en cada rola dibujó historias conceptuales a las alucinantes atmósferas de la agrupación, en tanto, las plasmas laterales aceraban a cada integrante en ejecución musical. El espectáculo alcanzó uno de sus momentos conmovedores cuando el vocalista abrió un espacio de consciencia en contra de los feminicidios:

“Es deprimente, doloroso, triste, que pasan los años, pasan los sexenios, vienen presidentes y este porcentaje de mortandad hacia las mujeres es todavía más grande”.

Reconoció que la protesta “no nos corresponde a nosotros, les corresponde a ellas”. Así que cada uno de “los Caifas” abandonó sus instrumentos para honrar a las mujeres con la proyección del video “Canción sin miedo”, reconocido himno feminista de la cantautora originaria de Coahuila, Vivir Quintana. Fuertes coreos femeninos al unísono retumbaron en los corazones:

Cantamos sin miedo, pedimos justicia,

Gritamos por cada desaparecida,

Que resuene fuerte “¡nos queremos vivas!”

Que caiga con fuerza el feminicida…

La euforia masiva berreaba cada tema apasionadamente para el festín que consideró “Mariquita”, “Viento”, “Cuéntame tu vida” y “Mátenme porque me muero”. Sin faltar las entrañables “Miércoles de ceniza”, “Afuera” y “Aquí no es así”. El ocaso avizoró en aparente adiós con “Nos vamos juntos”, retornando en unos cuantos segundos para oírse “Hasta morir” y “Antes de que nos olviden”, una ofrenda audiovisual en memoria a los periodistas asesinados en México y apelar por la libertad de expresión.

“Esta canción va para todos nuestros reporteros que brutalmente han sido asesinados, coartando la libertad de expresión”, exclamó Saúl recibiendo gritos y aplausos de aceptación.

En un manto estelar de veladoras digitales en las pantallas e imágenes de protestas en las calles, enlistaron a los comunicadores Lourdes Maldonado, Margarito Martínez, Roberto Toledo, María Elena Ferral, José Luis Gamboa y Héber López, por mencionar algunos.

Antes de que nos olviden, haremos historia,

no andaremos de rodillas, el alma no tiene la culpa…

La tocada prosiguió con un tributo al “Divo de Juárez” Juan Gabriel (1950-2016) a través del corte “Te lo pido por favor”, perpetuando el éxtasis generalizado con las clásicas “No dejes que…”  y “La célula que explota”. Finalmente obsequiaron la festiva “La negra Tomasa”. Saúl, Alfonso, Diego, Rodrigo y Marco, al filo del tablado caminaron unidos en reverencias y agradecimientos. Con la bandera de México, Saúl se arrodilló alabando a su gente, para después desaparecer tras el escenario junto a sus camaradas Caifanes.