Caifanes
El rito estival de Caifanes evoca los 43 de Ayotzinapa
La banda Caifanes unió los corazones de sus fans a través de un ritual rockero en la Curva 4 del Autódromo Hermanos Rodríguez, bajo el formato de espectáculos en palcos privados.CUIDAD DE MÉXICO (APRO).- La banda Caifanes unió los corazones de sus fans a través de un ritual rockero el pasado viernes 23 de julio en la Curva 4 del Autódromo Hermanos Rodríguez, bajo el formato de espectáculos en palcos privados.
La calidad instrumental vibró al primer acorde cuando emergió cercanas las 21 horas el ensamble comandado por Saúl Hernández, actualmente integrado por Alfonso André (batería), Diego Herrera (teclados y saxofón), Rodrigo Baills (guitarra) y Marco Rentería (bajo sustituto de Sabo Romo).
“Hasta que dejes de respirar” configuró la apertura para inmediatamente rasgar “El negro cósmico” y “Amanece”. Saúl expresó:
“Sobra decir que sin ustedes todo esto no existe, ¡gracias! Valorizamos mucho tu presencia más que nunca definitivamente, que Dios te bendiga. ¡Muchas gracias! ¡Vamos a volar!”.
Los aplausos y los gritos de correspondencia mutua retumbaron en cada rincón del foro al aire libre en noche estival. La alegría generalizada quedó enmarcada en una velada bajo un cielo despejado que descubría una inmensa luna llena en esplendor, misma que atestiguó el excelente show de arreglos sonoros por parte de los Caifanes.
A su vez, la magnífica producción ilustró en la pantalla de telón de fondo los alucinantes viajes conceptuales del grupo al ritmo de “Miedo”, “Dime Jaguar”, “La vida no es eterna” y “Ayer me dijo un ave”. Luego de “Viento”, el espigado vocalista clamó con un halo espiritual a permanecer unidos como mexicanos donde todos “somos uno”, mientras delineaba el canto de “Nunca te doblarás”. Este recital contempló en el extenso repertorio “Cuéntame tu vida”, “De noche todos los gatos son pardos”, “Mátenme porque me muero”, “Aviéntame” y “Afuera”.
“¡Muchas gracias raza, que Dios te bendiga, tu presencia levanta todo! ¡Mucha luz!”, exclamó Saúl Hernández en aparente de despedida y retirada del escenario. No obstante, los berridos clamorosos instaban a “¡otra, otra, otra!” y los músicos Caifanes se abrieron senda saltando de regreso al tablado.
El ocaso musical se iluminó con “Antes de que nos olviden”, en un desfile de gráficos y fotografías ilustrativas a pasajes históricos de protestas sociales, como el movimiento estudiantil del 68 así como el de los estudiantes normalistas de Ayotzinapa. El ritual “caifanero” quedaba consagrado así, a través “Nubes” y “La célula que explota”, para la inexorable conclusión con el bailongo de las multitudes y “La negra Tomasa”. Cuando el reloj marcaba casi las 23 horas, al filo de la tarima y con reverencias a su gente, los Caifanes partieron entre el gozoso frenesí de sus fieles.
El sábado 24 de julio la banda ofreció una segunda fecha en la Curva 4 del Autódromo Hermanos Rodríguez con todas las estrictas medidas sanitarias.