Música

Sigue de pie Ian Anderson, de Jethro Tull

Tras grabar en 2004 su último CD de estudio navideño denominado “The Jethro Tull Christmas Album”, este pasado 28 de enero salió otro álbum de Jethro Tull, “The Zealot Gene” acompañado de un video animado por Sam Chegini. 
viernes, 18 de febrero de 2022 · 16:04

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Formidable cómo un músico dotado de gran capacidad artística como el escocés Ian Anderson, fundador de la banda Jethro Tull en 1968, sigue tan creativo a la edad de 74 años.

Tras grabar en 2004 su último CD de estudio navideño denominado “The Jethro Tull Christmas Album”, este pasado 28 de enero salió otro álbum de Jethro Tull, “The Zealot Gene” (‘El gene zelota’, lejana referencia bíblica al supuesto gene agresivo de los intolerantes y extremistas fanáticos), acompañado de un video animado por Sam Chegini. 

“La gente en general –afirmó Ian Anderson a un diario de España, donde tocará con Jethro Tull el 16 y 18 de marzo— cada vez es más intransigente en sus posiciones, al tiempo que los debates políticos, sobre todo en redes sociales, se han radicalizado mucho y son más extremistas, cayendo los líderes políticos también en esta polarización que disgusta y me molesta.”

A decir de Luis Sánchez Herrera de rock-progresivo.com, las doce piezas de “The Zealot Gene” se inspiran en relatos bíblicos para el contenido de sus letras, “pasando por la traición de Judas a Jesús, haciendo una reinterpretación de la historia de Moisés y su relación con Dios, pero siempre haciendo paralelismos, nunca siendo directas, explorando distintos aspectos de estos relatos bíblicos”. 

En “El gene Zelota” Ian Anderson canta y toca flauta, guitarra acústica y armónica; Florian Opahle --quien ha poco dejó Jethro Tull--, aparece en los créditos debido a que grabó varias de las guitarras que se escuchan en el álbum. David Goodier (bajo) se unió en 2007, al igual que John O'Hara (teclados, voz de apoyo y acordeón). Scott Hammond (batería) se unió en 2017 y Joe Parrish (guitarra) reemplazó a Opahle en 2020.   

Ian Anderson siempre es noticia pues ofrece a la prensa comentarios sinceros sobre los hábitos malignos que corrompen las mentes de la humanidad. Publicitando la gira de Jethro Tull con su reciente disco, él ha dado entrevistas donde sus opiniones hieren susceptibilidades tradicionalistas. Afectado por una enfermedad pulmonar para la que no existe cura, el músico dijo al reportero Darren Paltrowitz, de Blabbermouth.net:

“Nadie puede tocar mis instrumentos musicales ni nadie puede estrecharme la mano, pues me contaminarían mientras estoy yendo y viniendo de mi camerino. Nadie toca mi micrófono. Yo arreglo las cosas que son fuentes potenciales de contaminación. Me cuido... La idea de tener un ‘roadie’ (asistente en giras) que desempaca tu instrumento, te cambia las cuerdas y lo afina... ¡por el amor de Dios!, ¿también quieres que te limpie el trasero? ¿Alguno que te pase el jabón para ducharte? ¿De qué se trata? ¡Vaya llorones! Deberías sentirte orgulloso de tu instrumento, así como de limpiarlo y mantenerlo afinado por ti mismo.” 

No falta los admiradores de Jethro Tull quienes se extrañan del por qué Ian Anderson no ha sido elegido aún para el Salón de la Fama del Rock & Roll; sin embargo, esta semana el propio flautista hizo ver que poco le importa ese reconocimiento, según indicó a Jeff Gaudiosi de MisplacedStraws.com:

“Bueno, hasta ahora tengo un sentimiento de hallarme a salvo por no tener que enfrentar la perspectiva de ser invitados a entrar al Salón de la Fama, ya que yo por mucho tiempo he sostenido que el Salón de la Fama del Rock & Roll es una institución basada e inspirada en la música estadunidense… Ciertamente esto checa a los Rolling Stones, por ejemplo, pues ellos le deben todo a la música americana, al tiempo que yo creo que los estilos con los que trabajamos en Jethro Tull no tienen gran cosa de música estadunidense, a excepción del primer LP “This Was”. 

Y de pasadita, criticó que Jann Wenner, cofundador y director de la popular publicación “Rolling Stone”, sea uno de los miembros del Salón de la Fama “y siempre ha sentido una gran adversidad por Jethro Tull”, lo cual para nada le afecta y, si bien “yo respeto genuina y enormemente a la institución”, no siente que sea un lugar al que deba pertenecer Jethro Tull.   

El músico va desnudo         

En una larga entrevista con Frank Mastropolo de la publicación “Rock Cellar”, Anderson (nacido el 10 de agosto de 1947 en Edimburgo) declaró: 

“Los públicos están constituidos por un vasto número de individuos de diferentes edades, antecedentes, preferencias musicales y algunos de ellos, aquellos quienes piensan que Jethro Tull es más una banda de folk-rock, van a decepcionarse con este nuevo álbum. Aunque vienen algunas canciones acústicas y quizás medio folk por el modo como están construidas musicalmente y por su sonido, habrá muy poco allí que llegue a gustarles y bastantes cosas que no. 

“Para esos que piensan que Jethro Tull es una banda de rock pesado, ellos se decepcionarán por algunas piezas musicales más tranquilas y de lírica reflexiva. Entonces no puedes llegar a satisfacer a todos todo el tiempo. Afortunadamente, llegarás a algo que abarque muchas fuentes nuestras.”

Flautas y gaitas   

ROCK CELLAR.-- Su tañer de la flauta traversa predomina en el nuevo álbum. ¿Lo han influenciado otros flautistas?

Ian ANDERSON.-- Yo nunca escucho a otros tañedores de flauta porque cuando yo comencé a tocarla ya era un guitarrista en retiro. Toqué guitarra eléctrica cuando yo era adolescente y así fue que a los 19 años oí a Eric Clapton tocar con los Bluesbreakers de John Mayall y me di cuenta cuán superior era él a lo que yo podía hacer.

“Había escuchado a gente como Jeff Beck, Ritchie Blackmore y Jimmy Page, quien eran los más candentes chavos de sesiones de grabación en Londres y pensé que este era un mundo altamente competitivo y yo con mi carrera como un guitarrista probablemente no iba a estar apto para competir con esos chavos, así que me busqué otra cosa que tocar.

“Sin ningún motivo en especial fui a dar con una flauta que colgaba en la pared de una tienda de música cerca de donde yo vivía y por mero impulso cambié mi blanca lira Fender ‘Stratocaster’ por una flauta modelo estudiantil. Esa ‘Strat’ valdría unos 30 mil dólares hoy para algún coleccionista, pues era una genuina ‘Strat’ de época. Antes de que fuera mía, perteneció a Lemmy Kilmister, entonces de la banda Reverend Black & the Rockin’ Vicars y luego de Motörhead. Algunos recuerdos habrá dentro de esa guitarra. Pudo haber valido mucho dinero, pero hice el trueque por una flauta de 50 dólares y fue la mejor inversión que hice. Resultó ser algo así como un pasaporte.

“Aprendí a tocar la flauta solamente suspirando y pujando hasta que logré sacar una nota. Y una vez que saqué una nota, pude sacar tres y cinco y conseguí la escala de blues. Así que cuando pude tocar ese tipo de ondas que hacía como si fueran solos de guitarra, logré improvisar en la flauta. 

“Y un par de semanas después ya estaba tocando en vivo en el Marquee Club y la gente decía: ‘¡Oh, guau, una banda de blues con un tipo que se para en una sola pierna tocando la flauta!’, así esto le ofreció un sello de identificación inmediata a Jethro Tull diferenciándose de Savoy Brown y Fleetwood Mac u otras bandas de aquel tiempo (ver sitio oficial).   

“Pero no era el único flautista en la ciudad. Ahí estaba Ray Thomas de los Moody Blues. De Traffic, Chris Wood tocaba saxofón pero también un poquito de flauta. Yo me daba cuenta de su existencia, pero no atendía a lo que tocaban. Sólo quería encontrar mi propio sendero y competir con el requinto en la banda. Fue entonces que desarrollé una forma de tocar la flauta, que era muy aguerrida y llena de fuerza. Esto es más o menos el principio y final de todo este rollo, aunque a lo largo del camino he debido intentar y aprender a tocar de una manera convencional al mismo tiempo. 

“Nunca voy a ser considerado un flautista clásico; pero muy a menudo toco ondas con el tipo de calidad tonal y la pureza de un flautista profesional con muy buenos estudios. Puede que ande cerca... No es mi fuerte, pero podría darme una buena oportunidad de ser alguien así de grande.” 

--¿De no haber formado Jethro Tull, ¿qué tipo de banda le hubiese gustado liderar?

--Una que no necesitara de una voz cantante, porque de hecho nunca me he sentido a mí mismo realmente como un vocalista. Yo terminé cantando en una banda porque mis colegas no podían cantar nada, o fingían no poderlo hacer, así que finalicé siendo el cantante ‘por default’. Supongo que siendo el líder tendría que ser un músico instrumentalista, en cuyo caso probablemente yo estaría relacionado a la música folk aunque fuese lejanamente.”     

--¿Qué tipo de música le provoca dolores de cabeza?

--Puedo contestar muy pero muy fácil y de una forma muy directa. Hay dos tipos de cosas que de veras, que de verdad me sacan de onda. Una son los desgraciados tambores metálicos de acero (Steel Drums) del Caribe. Por su frecuencia y el volumen. Me ataranta a lo bestia oír esas cosas. Y por ser yo un visitador frecuente del Caribe, acompañado de mi esposa, durante la temporada anual cuando nos sumergimos bajo el sol en el mar y por la arena, suceden ciertos períodos donde suele afligirme un desesperado deseo de causar destrozos y de agredir a alguna banda caribeña de tambos metálicos que echan a perder mi noche, o que me provoca problemas a la hora de dormir. Esa es una.

“La otra, las guitarras hawaianas. Esta suerte de avalancha de los pedales de acero (Steel Pedal) en verdad que me saca de onda. No es tanto por el contenido musical de cualesquiera de ambas músicas, son las frecuencias y la manera en que son tocadas la que simplemente me ponen al borde de arrancarme los dientes.     

“Habrá personas que digan lo mismo acerca de las gaitas escocesas, las emblemáticas gaitas de Escocia. Para mí, es completamente lo opuesto. Para mí ellas me agitan el corazón, mi alma se eleva al oír las gaitas; pero mucha otra gente descubre que son como el llamado de las sirenas que proviene del demonio, apenas comienzan a escuchar el soplido de las gaitas escocesas.”

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