CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La vida de un migrante mexicano es contada de ida y vuelta por el Grupo Granma en una propuesta que reivindica el teatro popular y hace homenaje al gran pachuco, actor y cantante Tin Tan, al que el cine proyectó como uno de los grandes cómicos del siglo XX.

“El Mojado”, de José Ruiz Mercado, dirigida y actuada por Jorge Domínguez, y el actor Cuauhtémoc Duque, nos hace reír y colocar nuestro imaginario en la época de los cincuenta, cuando se les llamaba mojados a los inmigrantes que cruzaban la frontera por el río Bravo sobre una cámara de neumático, tal y como sigue sucediendo en nuestras fronteras del norte y del sur.

El tema de los inmigrantes en nuestro país toma distintos matices según la época y las circunstancias a considerar, pero es un hecho que la problemática se inmiscuye hasta la intimidad de las familias y de los individuos de una manera definitiva, afectando, trastornando y modificando sus vidas. Hablan del pasado para referirse en realidad a nuestro presente, donde la migración y sus formas involucran hasta el crimen organizado.

“El Mojado James” –título original del texto dramático–, escrita por el dramaturgo y poeta jalisciense José Ruiz Mercado, fue llevada a escena desde el 2007, y todavía sigue viva representándose una y mil veces en diferentes espacios. Ha estado en diversos foros independientes, en el programa de Teatro en Plazas Públicas, y ahora se presenta en el Foro A Poco No.

La obra retoma los recursos del teatro de carpa y el teatro de revista que fue de donde emergieron grandes cómicos como Palillo, Cantinflas y por supuesto Tin Tan. Un teatro posrevolucionario que comentaba las noticias del momento, que se llevaba a cabo en carpas o jacalones para la población de bajos recursos que era analfabeta, aunque también asistían diversos generales del momento. En aquellos tiempos el teatro de carpa estaba influenciado por el vaudeville, la zarzuela, los sainetes, y otras formas españolas que se fueron combinando con la música tradicional mexicana y los personajes propios de nuestro país hasta lograr desplazar a la herencia ibera. En el teatro de carpa surgieron los personajes tipo como el payo, el charro, la vendedora, el borrachito, la mariguana o la criada, que después se incorporaron a la época de oro del cine mexicano.

En la estructura de El Mojado, como en el teatro de carpa, hay baile, música y cuadros humorísticos. Aquí, son sólo dos actores los que nos cuentan la historia. El protagonista es un migrante que deja a su novia y a su madre para cruzar al otro lado y conseguir dinero para regresar, casarse y levantar un negocio. Los planes no resultan ser como él los esperaba, y del otro lado vive la marginación de los gringos y la de sus mismos compatriotas. Tiene que regresar, pero su vida ha dado un vuelco; no sabe a dónde pertenece y tiene que enfrentarse a las deudas que contrajo para poder salir del país. En la obra hay un giro original en el que el mojado regresa a los EUA y recibe la protección de la migra y sus agentes, quienes lo obligan a convertirse en un soplón. Quieren saber quién consume y distribuye en nuestro país.

El sueño americano se convierte en la pesadilla americana que traga todos los días a miles de inmigrantes, llámense mojados, frijoleros o haitianos. La obra de El Mojado es ágil y bien armada. La interpretación de diversos sketches que Tin Tan hiciera al lado de su carnal Marcelo en las pantallas de nuestro cine, los adaptaron exitosamente en el teatro. Jorge Domínguez y Cuauhtémoc Duque logran divertirnos y entretener a la audiencia, principalmente del barrio, que aplaude entusiasmada.