Arte
La 4T y los poderes fácticos del arte
Liderados por Alejandra Frausto y Lucina Jiménez, los servicios que vinculan las distintas prácticas artísticas con los ciudadanos no sólo repiten los vicios neoliberales, también se caracterizan por una opacidad, centralismo, tribalidad y discrecionalidad que oscilan entre el descaro y el cinismo.En lo que corresponde a las artes visuales, la 4T es una gran desilusión.
Liderados por Alejandra Frausto como secretaria de Cultura Federal (SC) y Lucina Jiménez como directora del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), los servicios que vinculan las distintas prácticas artísticas con los ciudadanos no sólo repiten los vicios neoliberales de gobiernos panistas y priistas, sino que también se caracterizan por una opacidad, centralismo, tribalidad y discrecionalidad que oscilan entre el descaro y el cinismo.
Entrenada para evadir respuestas –tal como lo recomendó el Manual de Comunicación de la SC que emitió su Dirección de Comunicación Social en marzo de 2019–, Frausto enfatiza líneas de acción y metas gubernamentales sin contestar preguntas concretas. Y si alguna duda hubiera, basta con revisar el video de la reciente conferencia de prensa que sostuvo este martes 26 de enero, en la que evitó responder a los cuestionamientos sobre el proyecto Chapultepec.
Al igual que en los gobiernos prianistas de los últimos tres sexenios –los presidentes panistas Vicentes Fox y Felipe Calderón (2000-2012) y el priista Enrique Peña Nieto (2012-2018)–, el morenista Andrés Manuel López Obrador ha fomentado, aprobado o impulsado, sin ordenar, la relación entre el mercado del arte contemporáneo de alto nivel con las instituciones gubernamentales.
Y si alguna duda hubiera, basta con revisar la participación de la directora del Museo Tamayo Arte Contemporáneo, Magali Arriola, en la feria Art Basel Miami Beach. Considerada por el INBAL como una curadora independiente a pesar de estar recibiendo un salario mensual pagado por los ciudadanos desde el 16 de septiembre de 2019, Arriola colaboró en la edición de Art Basel Miami Beach que se celebró del 4 al 8 de diciembre de 2019 como curadora y, en 2020, como guía en el evento OVR: Miami Beach Selections at Casa Versalles, que tuvo lugar del 2 al 6 de diciembre en la Ciudad de México. Privado y dirigido a coleccionistas –como señala el INBAL en la solicitud de información 1116100036320–, el evento confirma el desorden y opacidad que existe entre el mercado y los sectores que administran Frausto y Jiménez.
Sin convenios o documentos que definan y transparenten la colaboración entre el INBAL y las galerías que participaron en la Casa Versalles –la solicitud de información 1116100036020 confirma su inexistencia–, el compromiso de donar 10% de las ventas feriales a los Museos Tamayo Arte Contemporáneo y Carrillo Gil que difundieron públicamente los participantes en el evento, se convierte en una información cuestionable que debe transparentar el INBAL.
Reservadas ante la solicitud de informar y comprobar con documentos la formación académica de algunos funcionarios –como la coordinadora nacional de Artes Visuales del INBAL, Mariana Munguía, y el director del Complejo Cultural Los Pinos, Homero Fernández–, las unidades de transparencia del SC y el INBA, al concentrarse y limitarse en la experiencia profesional, sugieren que en la 4T los funcionarios se contratan por su relación con ciertas tribus.
Y si bien Magali Arriola tiene la obligación de transparentar su posible vinculación con el artista Mario García Torres –actualmente en la exposición Otroxs mundos en el Museo Tamayo–, Homero Fernández debe informar sobre su formación académica. Sobre todo, porque su experiencia profesional lo relaciona directa e indirectamente con la galería que representa al cuestionable coordinador del proyecto Chapultepec, Gabriel Orozco (solicitud de información 11141).