Teatro
"Entre los rotos"
La novela de la escritora Alaíde Ventura, originaria de Veracruz, es llevada al escenario por Hugo Arrevillaga e Ingrid Cebada; ella la adapta y él la dirige.CIUDAD DE MÉXICO (apro).-Dos hermanos viven la violencia de un padre que trastoca y destruye sus vidas. El impacto en la infancia donde los niños no pueden protegerse, donde el padre se impone como la máxima autoridad ante la incapacidad de levantar la voz, de poner un alto o salir huyendo, hace que al interior de las familias se reproduzcan, de una u otra forma, más evidente o menos, estas formas de relación difícilmente soportables.
La estructura patriarcal familiar otorga un poder, que parece absoluto, al pater familias. La madre queda silenciada y paralizada frente a la figura gigantesca del padre, y los hijos lo viven ya sea rindiéndole pleitesía o sufriendo sus violencias.
La novela de Entre los rotos de la escritora Alaíde Ventura, originaria de Veracruz, es llevada al escenario por Hugo Arrevillaga e Ingrid Cebada; ella la adapta y él la dirige.Patricia Lorranca es la actriz que interpreta este unipersonal con gran profundidad, recorriendo distintos niveles de dolor del personaje, transmitidos en una narración a partir de fotografías.
Su trabajo no exacerba las emociones ni intenta ponerlas a flor de piel. Su trabajo interior le permite matizar y vivir en silencio esa herida que dejaron su padre y su hermano ausente, que aún no ha cicatrizado. El problema surge al ser una adaptación con una narración poco dramatizada, que habla generalmente en pasado, diluyendo el presente escénico. El texto se alarga innecesariamente, reforzándolo con canciones interpretadas doloridamente por la actriz, pero cuyo exceso (sobre todo en el cierre de la obra) hace que la propuesta pierda fuerza.
La novela de Ventura, que obtuvo el Premio Mauricio Ashar/Literatura Random House 2019, cuenta la historia de Julián y su hermana, siendo ésta la voz que enuncia a partir de las fotos guardadas por su hermano. Con esas fotografías ella recuerda, y recuerda dónde y cómo se las tomaron, y rememora aquel tiempo, aquel lugar o aquel objeto. Su voz es segura, descriptiva, sin que los adjetivos o los lamentos pinten de rojo lo que cuenta; pero lo que cuenta es tan doloroso que pintado de rojo está cuando impacta en el espectador. La violencia y la autoridad del padre van determinando el rumbo de la historia, pues sus actos han dejado sin palabras al hermano. Él dejó de hablar y ella dejó de saber de sus sentimientos y sus pensamientos. Ahora que ya no está se hace las preguntas relacionándolas con su vida sin él, pero reproduciendo esa violencia con las parejas que vive.
Entre los rotos se presenta los lunes en el Círculo Teatral. El espacio escénico, diseñado por Aurelio Palomino, está conformado por un pequeño cuadrado de madera en el que las puertitas esconden unos cuantos objetos que la actriz utiliza en distintos momentos, a la manera del dispositivo escénico de aquel Incendios. El director y la actriz proponen un trazo escénico limpio y diverso. El espacio, iluminado por Palomino y Abigael Cinco, se multiplica a partir de los lugares donde ella se coloca. Las esquinas interiores y exteriores se resignifican, y el estar afuera o adentro, arriba o abajo, dan perspectiva y movimiento a la puesta en escena.
La violencia al interior de la familia deja huellas que destruyen o trastocan el desarrollo de las personas, se reproducen como si fuera una dinámica inamovible, pero en el momento en que se hace visible, ya sea a través de las palabras o de la escena, la conciencia posibilita el cambio.