CIUDAD DE MÉXICO (apro). – La activista medioambiental y tiktoker, Elizabeth Sherr, de 24 años, de Nueva York, Estados Unidos, lanzó el reto #Trashchallenge y propuso recoger una pieza de basura por cada seguidor nuevo.

“No tenía muchas expectativas, pero el quinto video de este reto se hizo viral con más de un millón de visitas y después mucho más seguidores. Necesitaba la ayuda de todos para completar mi reto, así que la gente empezó a hacer limpiezas y a comentar cuántas recogían.

“Me sentí muy feliz porque nunca se trató de mí, sino de concientizar a la gente sobre el problema de la basura en la naturaleza”, explicó Sherr, quien es licenciada en Recursos Marinos, según La Vanguardia.

Al principio recogió 502 mil piezas de basura para fomentar la conciencia ambiental, y este 8 de junio, Día Mundial de los Océanos, anunció que logró recolectar 800 mil.

Esta joven que vive en Barcelona y publica en redes sociales su pasión por lo océanos, sus conocimientos en ciencias marinas y comparte consejos para llevar una vida más ecológica, contó que este reto lo lanzó en marzo pasado, pero no había causado impacto.

Un día, el Parlamento Europeo le envió un mensaje a su cuenta de Instagram porque querían que Elizabeth les ayudara a crear un objetivo para el Día Mundial de los Océanos.

“El Parlamento Europeo ha impulsado la campaña #transchallenge con motivo del Día Mundial de los Océanos. Hoy hemos hecho un briefing de prensa con la activista medioambiental y embajadora de la acción, Elizabeth Sherr, y la eurodiputada Catherine Chabaud @CathChabaud”, se publicó en el Twitter del Parlamento Europeo.

“Creo que la generación joven está especialmente dispuesta a hacer un cambio. Gracias a las redes sociales son muy conscientes de los problemas y movimientos mundiales y están abiertos a conversaciones más profundas”, dijo Sherr a este periódico español, con sede en Barcelona.

El reto era animar a sus seguidores viejos y nuevos a que recogieran basura y colgaran sus videos etiquetando al parlamento y a ella.

“800 millones de toneladas de plástico entran a nuestro océano cada año. El plástico no se degrada, se rompe en pequeños trozos llamados microplásticos. Se calcula que consumimos una tarjeta de crédito llena de microplásticos cada semana.

“Esto no solo incluye al marisco, las investigaciones también han demostrado que hay microplásticos en las botellas de agua, las bolsas de té, el queso, la carne, el arroz, el azúcar, el agua del grifo, la cerveza y muchos otros artículos. Recientemente, también se han encontrado microplásticos en la placenta humana. Los plásticos absorben sustancias químicas de su entorno, entonces habrá graves consecuencias para la naturaleza y también para nuestra salud”, alertó.