seguridad nacional
Incidente con destructor estadunidense desnuda fragilidad de la soberanía mexicana
En entrevista con Proceso, pescadores de Chiquilá, Quintana Roo, denunciaron que un destructor de Estados Unidos los intimidó en aguas de México en abril último. El hecho evidencia la vulnerabilidad nacional frente a incursiones militares estadunidenses.NICOLÁS BRAVO, QRoo.– Chiquilá es un pueblo pesquero de Quintana Roo, que se encuentra a 437 kilómetros de distancia de Chetumal, la capital del estado. Está ubicado frente a la Isla de Holbox, uno de los atractivos turísticos más visitados de esta región. Algunos de los habitantes del puerto también se dedican al turismo y con frecuencia reciben a extranjeros.
La temporada de pesca comienza en marzo y finaliza en julio. El 16 de abril último un grupo de pescadores tomó sus cordeles, carnadas y atarrayas para alejarse del puerto e iniciar la jornada. Decidieron que estarían tres días en el mar para regresar a casa con una buena carga, que representaría el ingreso de días del hogar. Nunca se imaginaron con lo que se encontrarían en altamar.
Una de las embarcaciones que salió, como muchos otras, a buscar el sustento de sus familias se topó con un buque de guerra de Estados Unidos. El encuentro quedó grabado en un video que se difundió en redes sociales.
Aunque en una consulta a la Secretaría de Marina ésta aseguró que la grabación es falsa y que no contaba con reporte alguno, pescadores de Chiquilá narraron a Proceso los detalles de lo sucedido, en una visita realizada a la comunidad, en la que relataron cómo la presencia del buque fue advertida por tripulaciones de varias embarcaciones que, como es su rutina, suelen salir a pescar en la temporada en ese punto.
La embarcación de los mexicanos estaba en aguas nacionales, a 80 millas desde el puerto de Chiquilá, lo que equivale a 128 kilómetros.
Según datos del gobierno federal, las aguas internacionales en las que sí podía estar el buque de guerra estadunidense comienzan a las 200 millas de distancia, unos 370.4 kilómetros desde tierra o la costa mexicana.
Estados Unidos no reconoce las fronteras marítimas, ya que en sus leyes y acuerdos internacionales consideran los límites a partir de su plataforma continental.
“La mayoría de las grandes potencias navales no reconocen las 200 millas; de facto son aguas internacionales. Entonces, la Secretaría de Marina, aunque quiera, no puede hacer nada”, afirmó en entrevista para Proceso el experto en seguridad Raúl Benítez Manaut, doctor en Estudios Latinoamericanos por la UNAM e integrante del Centro de Investigaciones sobre América del Norte por esta casa de estudios.
Al ser aguas internacionales para Estados Unidos, tampoco necesitan dar aviso de su presencia o pedir permiso a México, dice.
“Supón que se encuentra con un buque de guerra de Estados Unidos, la Marina no podría hacer nada porque una cosa es la ley internacional y la de Estados Unidos y otra cosa es una parte de la Convención del Mar, que está firmada por muchos países del (llamado anteriormente) tercer mundo”, detalla.
Aun así, la presencia militar de un barco militar estadunidense sí debería alertar al gobierno federal.
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Fragmento del reportaje publicado en la edición 0025 de la revista Proceso, correspondiente a julio de 2025, cuyo ejemplar digital puede adquirirse en este enlace.