Reforma constitucional
Límites a la reelección y al nepotismo (I)
Las reformas inciden negativamente, por igual, tanto en los clanes políticos que Morena heredó del PRI: los Monreal, López y Yunes, como en los que se formaron al amparo de AMLO: Nahle, Sánchez Cordero, Alcalde y otros.De todas las reformas constitucionales que se han realizado durante la presidencia de la señora Sheinbaum, que no son pocas, las más importantes, desde el punto de vista político, son las publicadas el día primero de abril del año en curso en el Diario Oficial de la Federación. Por virtud de ellas se pretende limitar el nepotismo y prohibir la reelección de un número crecido de servidores públicos: legisladores, federales y locales, concejales y autoridades de la Ciudad de México.
Las reformas son balazos en la frente que reciben los miembros de los clanes, familiares y políticos: los Amlos, los Salgado Macedonio, Monreal, Batres, Nahle, Yunes, Sánchez Cordero, Murat, Adán Augusto López y otros.
En México, aun en estos tiempos, a esta altura del sexenio de la señora Sheinbaum, ninguna hoja del árbol político mexicano se mueve sin contar con la anuencia de AMLO. Por ello es de suponerse que fue éste, y no el equipo de la presidenta en turno, el autor de la idea y de la reforma.

Si bien AMLO es perverso, su maldad no llega al grado de meterse un autogol. Las reformas debilitan y perjudican, por igual, a sus familiares, aliados y a quienes se le mostraron insumisos. Ante ese panorama caben dos posibilidades: una, que el expresidente está perdiendo su olfato político y que no es el mismo que nos engañó para llegar a la presidencia; la otra, que su odio a los Monreal y otros llega al extremo de que no le importa que, al golpearlos, también sufra la mano con la que lo hace.
Las reformas inciden negativamente, por igual, tanto en los clanes políticos que Morena heredó del PRI: los Monreal, López y Yunes, como en los que se formaron al amparo de AMLO: Nahle, Sánchez Cordero, Alcalde y otros.
Si AMLO no fue el autor de la idea y de la reforma, otra hipótesis a considerar es suponer que alguien dentro del gobierno de la señora Sheinbaum está previendo a futuro y pretende afianzarla en el poder junto con su grupo. Los autores de la idea y de la reforma no fueron el grueso de los que integran su gabinete; la mayoría de ellos, en el mejor de los casos, sólo sirven para hacer montón; son albóndigas con ojos.
El número de entes cien por ciento políticos, los que prevén a distancia, los que pudieran haber aconsejado hacerlo, se pueden contar con los dedos de una mano, y sobran. Sólo veo a tres que pudieran haberlo instrumentado jurídicamente.

Quienes, en principio, tienen capacidad política para haber aconsejado la reforma, en orden decreciente, son Marcelo Ebrard Causaubón, Ricardo Monreal y Arturo Zaldívar Lelo de la Rea. Quienes pudieron haberla instrumentado jurídicamente sólo alcanzo a entrever a tres: Alejandro Gertz Manero, Arturo Zaldívar y Sergio Gutiérrez Luna. En este caso la consejera Jurídica presidencial se limitó a dar su visto bueno y de decirle a su jefa: Nihil obstat.
Por razones obvias, aunque tiene capacidad para aconsejarlo e inteligencia para haber instrumentado la reforma, debemos dispensar de la autoría de la idea y de la elaboración del proyecto de reformas a Ricardo Monreal; éste, estando acostumbrado a vivir del presupuesto y siendo la cabeza de un clan que ama el poder, nunca lo iba a sugerir. Es imposible pensar que le iba a dar patadas al pesebre. En su momento se rebeló contra la reforma, pero lo hicieron “entrar en razón”.

José Murat, Roberto Madrazo, Manuel Bartlett y Manlio Fabio Beltrones son políticos lo suficientemente conocedores del sistema y hasta perversos como para haberlo aconsejado, pero no tienen el ascendiente para ser escuchados por los oídos presidenciales ni la capacidad para elaborar la iniciativa.
Marcelo Ebrard tiene inteligencia para haber aconsejado la reforma, la previsión política para dimensionar sus efectos, el ascendiente para ser tomada en cuenta y el equipo jurídico para instrumentarla.
Alejandro Gertz Manero y Arturo Zaldívar Lelo de Larrea tienen previsión política para aconsejar la adopción de la reforma, el ascendiente para hacerse escuchar y la capacidad para elaborarla.
Sergio Gutiérrez Luna tiene la capacidad para elaborarla y maniobrar con vista a su adopción por parte de la Cámara de Diputados. No para insinuarla o sugerirla a los oídos presidenciales.
La reforma, en apariencia, es anodina: con ella únicamente se volvió al sistema prevaleciente hasta antes de la reforma constitucional publicada con fecha 10 de febrero de 2014, que permitió la reelección limitada de los legisladores. La que limita el nepotismo sí es una reforma novedosa y agresiva.
La reforma no impide que los servidores públicos, aquellos que en otros tiempos se llamaban altos funcionarios, repitan en sus cargos en la administración pública federal. En el caso, la voluntad divina va hacer sentir sus efectos únicamente en los bueyes del vecino: en los miembros de los otros poderes y autoridades: congresos, ayuntamientos y autoridades de la Ciudad de México.