Opinión

Lluvias y desastres: la información oportuna no es opcional, es obligación

De nada servirá emitir alertas, evacuar zonas de riesgo o activar protocolos de emergencia si, al final del día, las ciudades siguen siendo vulnerables por la falta de infraestructura hidráulica adecuada.
jueves, 16 de octubre de 2025 · 05:00

Las direcciones de Protección Civil de los estados deben reforzar su compromiso con la prevención y la comunicación efectiva ante los fenómenos meteorológicos extremos que, cada vez con mayor frecuencia, afectan a nuestras entidades.

No estamos simplemente frente a un cambio climático pasajero; enfrentamos situaciones que pueden poner en riesgo las viviendas, los medios de vida y, sobre todo, las vidas humanas.

No basta con tener la información, también es crucial que ésta se traduzca en acciones concretas de prevención y en una comunicación clara, constante y empática hacia la población.

Debemos informar con oportunidad, claridad y responsabilidad. La gente tiene derecho a saber qué se avecina, qué medidas debe tomar, dónde están las zonas seguras y cuáles son los riesgos en su localidad. Porque, como lo demuestra la experiencia, el acceso oportuno a la información puede salvar vidas.

Las direcciones de Protección Civil deben contar con protocolos de actuación claros y conocidos por toda la población. De nada sirve tener planes de emergencia si éstos no son compartidos ni comprendidos por quienes más los necesitan.

Debe existir un sistema de alertas tempranas efectivo, accesible y adaptado a las condiciones regionales, que permita a las comunidades actuar con anticipación, resguardarse y proteger a sus familias.

La coordinación entre autoridades estatales, municipales y federales es igualmente indispensable. Los fenómenos naturales no respetan límites administrativos, por lo que la prevención debe ser una tarea compartida. Invertir en capacitación, equipamiento y canales de comunicación interinstitucional es tan importante como fortalecer la cultura de la autoprotección en la ciudadanía. Sólo con un esfuerzo conjunto podremos reducir los riesgos y responder con eficacia ante las emergencias.

El acceso a la información no es un lujo, es un derecho, y en contextos de emergencia se convierte en una herramienta vital que puede marcar la diferencia entre la seguridad y la tragedia.

Además de las lluvias extraordinarias es importante señalar que muchas de las inundaciones que hoy enfrentamos también son consecuencia de un deficiente sistema de drenaje y de los problemas estructurales en la gestión del agua que arrastran nuestras ciudades desde hace años. No podemos seguir atribuyendo únicamente a la naturaleza lo que también deriva de la falta de planeación y mantenimiento urbano.

Mientras no se invierta de manera decidida y estratégica en la modernización de los sistemas de drenaje, captación y manejo de aguas pluviales, cualquier esfuerzo de prevención será insuficiente. De nada servirá emitir alertas, evacuar zonas de riesgo o activar protocolos de emergencia si, al final del día, las ciudades siguen siendo vulnerables por la falta de infraestructura hidráulica adecuada.

De acuerdo con datos del INEGI, el 44.3% de la población mayor de 18 años considera que las deficiencias en la red pública de drenaje (como drenajes tapados, colapsados o con fugas) son uno de los principales problemas de su ciudad.

Porque prevenir, comunicar e informar... también es salvar vidas.

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