josé gil olmos

Los primeros 100 días, el nacionalismo

Las expectativas sociales con las que llega Claudia Sheinbaum son muy altas y lo difícil será mantenerlas.
lunes, 13 de enero de 2025 · 05:00

Ante un Zócalo de la Ciudad de México repleto, replicando los informes de Andrés Manuel López Obrador, la presidenta Claudia Sheinbaum mantuvo su misión de continuar con el proyecto de la Cuarta Transformación en un mensaje político donde el nacionalismo salió a relucir en víspera del segundo mandato de Donald Trump.

Una vez más el acarreo tantas veces criticado, una vez más el reconocimiento a López Obrador y una vez más la demostración de un poder como no se había tenido en décadas, donde el presidencialismo —sin género— lució en todo su esplendor con el apoyo de sus legisladores, gobernadores y dirigentes sindicales que llenaron la Plaza de la Constitución.

La presidenta utilizó en su primer informe de gobierno usos y costumbres impuestas por López Obrador. Ante los miles que llenaron el Zócalo dándole “un respaldo histórico” como le llamó Morena, aseguró que desde el “segundo piso de la transformación” se están viviendo tiempos excepcionales, únicos de cambio y de mujeres.

En esta primera etapa política de su gobierno Sheinbaum llega con 70 y hasta 80 por ciento de aprobación ciudadana y con ese respaldo social y político hizo un pronunciamiento nacionalista ante los embates anunciados por Trump.

Nacionalismo ante Trump. Foto: Evan Vucci/AP.

“México es y será siempre un país con la frente en alto”, enfatizó en su mensaje por sus primeros 100 días de gobierno, un gobierno que apenas empieza y que tiene un horizonte de incertidumbre marcado por la violencia, la falta de crecimiento económico y la llegada de Trump, que quizá sea su mayor reto a enfrentar.

Poco más de una hora duró el mensaje de la primera presidenta en la historia política del país. Durante esos minutos reiteró las metas sociales de controlar la inflación, dar vivienda popular, contar con un Poder Judicial autónomo, garantizar los derechos de salud y educación. Pero sobre todo, destacó que nadie estaría por encima de la Constitución y no se toleraría la corrupción.

Claudia Sheinbaum con su discurso hizo evidente su propósito de seguir con el legado de López Obrador de la Cuarta Transformación, y aunque dio visos de dar su propio sello en los aspectos de ciencia y tecnología, queda pendiente para los siguientes años dar su propia marca a un gobierno que apenas empieza.

“Eligieron continuidad, no que regrese decadencia”, dijo de manera clara Sheinbaum ante los suyos que llegaron o fueron llevados al Zócalo capitalino en una muestra de la fuerza social que tiene en el arranque de su sexenio.

Alto capital político. Foto: Eduardo Miranda.

Las expectativas sociales con las que llega Claudia Sheinbaum son muy altas y lo difícil será mantenerlas. Su perfil no es el carismático de López Obrador y su carrera política no tiene las mismas características de su antecesor. Las divisiones internas que ya se han manifestado en su partido y en la estructura política del Poder Legislativo señalan las dificultades que tiene de mantener un liderazgo fuerte que repare cualquier fractura.

De ahí la importancia de que en su primer informe público de gobierno señalara la necesidad de la unidad, una unidad que a veces se ve difícil de mantener por los intereses particulares de muchos de sus integrantes, aunque en esta ocasión fuera bajo el pretexto de la llegada de Donald Trump.

Por cierto… uno de los contingentes más numerosos que llenó una parte del Zócalo fue el grupo sindical encabezado por el diputado Pedro Haces, un personaje que ha sido cuestionado por sus negocios y relaciones con grupos fuera de la ley.

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