MeToo

Sentencian a Ximena Peredo a pagar terapias por columna sobre presunto abusador en el ITESM

El escritor Felipe Montes le demandó el pago de 20 millones de pesos “para subsanar sus quebrantos mentales, físicos, materiales, espirituales, familiares y hasta dermatológicos”. 
sábado, 3 de mayo de 2025 · 11:37

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Ximena Peredo fue condenada a pagar la terapia psicológica de Felipe Montes, el escritor que en el contexto de la cascada de denuncias #MeToo resultó denunciado públicamente por acoso en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM). 

El caso fue un escándalo regional, pues varias exalumnas crearon un blog en 2017, Acoso en la U, poco antes del #MeToo. En dicho blog se dieron a conocer denuncias contra el escritor y, tras una investigación interna en el ITESM, se anunció su despido. 

Luego, en 2018, durante la realización de la Feria Internacional del Libro de Monterrey, las jóvenes denunciantes se dieron cuenta de que el mismo ITESM había programado alguna actividad con Montes, por lo que se movilizaron y lograron que la institución educativa cancelara el evento. 

Ximena Peredo ha tenido una trayectoria muy ligada a la participación ciudadana, a los grupos de derechos humanos y a diferentes problemáticas ambientales, sobre asuntos de corrupción y democracia. Siendo estudiante en el ITESM, ganó un concurso del periódico El Norte, de Grupo Reforma, para convertirse en columnista y desde entonces se mantuvo en las páginas de opinión del mencionado diario hasta 2021, año en el que interrumpió su colaboración al aceptar un cargo en la administración pública. 

Para entonces, Ximena Peredo había publicado un artículo titulado “El regreso de un depredador”, en el que desarrolló, a partir de ese caso, la reflexión sobre “justicia posible”, es decir, el concepto referido a la búsqueda de justicia por las víctimas cuando no tienen acceso a la justicia. Para Ximena Peredo, el caso de las jóvenes era un ejemplo de eso, al haber conseguido la destitución del excatedrático. 

Cinco años después, explica Ximena Peredo fue notificada de una demanda por difamación por parte del escritor señalado, cuyo nombre completo es Felipe Montes Espino Barros. En la demanda, exigía el pago de 20 millones de pesos “para subsanar sus quebrantos mentales, físicos, materiales, espirituales, familiares y hasta dermatológicos”. 

Por entonces, ella era secretaria de Participación Ciudadana del gobierno del estado, por lo que consideró que la defensa de Montes tenía un propósito político y no quiso hacer pública su postura respecto al asunto. 

En primera instancia, Ximena Peredo consiguió una sentencia favorable al considerar que no se acreditaba malicia ni dolo en una opinión que había ofrecido a partir de lo publicado en un blog popular, además de que el caso estaba acreditado por varias entrevistas que el diario El Norte consiguió con denunciantes. 

En el juicio, Felipe Montes no pudo acreditar que Ximena le hubiese causado un daño psicológico con su columna. 

El asunto llegó a segunda instancia, es decir, a la Sala Civil del Tribunal Superior de Justicia del Estado. El magistrado Juan José Tamez Galarza condenó a Ximena Peredo a pagar la terapia de Montes con un criterio peculiar: tomó en cuenta el Código Penal que establece una prescripción de 10 años cuando el Código Civil sólo establece dos años. 

Además, interpretó el concepto de “real malicia” de manera subjetiva y dio por buenos los dictámenes psicológicos sin establecer la relación entre eso y la columna. 

Para Ximena Peredo, la sentencia del magistrado Juan José Tamez Galarza contiene graves errores judiciales. 

“Es una sentencia con graves errores judiciales que me genera una profunda desconfianza en el sistema de justicia y me hace entender por qué tantas mujeres víctimas prefieren procurarse justicia a través de la denuncia pública antes que asistir a instancias judiciales”. 

Además expresó: 

“Reconozco que yo no soy víctima de Felipe Montes, afortunadamente nunca fue mi maestro, nunca le ofrecí mi confianza, nunca entablé el tipo de relación de admiración que vulnera a tantas jóvenes frene a profesores super rockstar, ni me dobla, ni me triplica la edad. Tampoco le tengo miedo”. 

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