Cadereyta

La periodista que fue expulsada del Cabildo por el alcalde de Cadereyta procederá legalmente

Ana Ronquillo denunció que fue esposada y escoltada por una agente de la policía para evitar que cuestionara al alcalde sobre la compra de 20 patrullas.
domingo, 16 de marzo de 2025 · 11:54

CIUDAD DE MÉXICO, (apro).- “Me sentí sola…sí pensé que me iban a llevar a la cárcel, aunque yo no estaba haciendo nada que fuera un delito. Fue un uso excesivo del poder y fue abrumador porque todo mundo tomaba fotos y videos; había funcionarios, integrantes del Cabildo, periodistas, gente que iba a hacer trámites, y nadie hizo nada para impedirlo, nadie quiso poner un alto sabiendo que eso no era correcto…”.

La periodista Ana Edith Ronquillo, con 16 años de ejercicio de la profesión y egresada de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma de Chihuahua, describe así los momentos vividos en el Palacio Municipal de Cadereyta, Nuevo León, donde el viernes 14 de marzo fue retenida por una agente policía, esposada y llevada hasta la puerta del edificio después de hacer preguntas incómodas al presidente municipal, el exdiputado del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y actual edil emecista Carlos Rafael Rodríguez Gómez.

“Esto no te lo enseñan en la universidad. Ayer me sentí muy sola porque vi que todo mundo estaba grabando, pero sólo viendo”, remarcó al hablar con Proceso sobre lo sucedido. 

De acuerdo con un reporte de Comunicación e Información de la Mujer (CIMAC), en el transcurso del año pasado se registraron por lo menos 204 agresiones de diversos tipos en contra de mujeres periodistas en el país. Poco más de la mitad fueron en contra de reporteras (el resto se cometieron en contra de fotoperiodistas, directoras, conductoras o columnistas, entre otras). 

Cuatro de cada 10 agresiones fueron cometidas por funcionarios; en su mayoría, autoridades municipales. “El bloqueo informativo y la agresión física fueron los atentados contra la libertad de expresión más recurrentes”, pero el 64 por ciento de dichas agresiones incluyeron violencia psicológica, además de presentarse estigmatización y descrédito de la labor en contra de las mujeres periodistas, señala el reporte de CIMAC.

Ana Ronquillo dijo que después de lo ocurrido y en diversas publicaciones hechas por otros medios y por personas que grabaron y tomaron fotos, ha recibido múltiples insultos y violencia digital, así como algunas amenazas desde perfiles falsos, algunos de los cuales, señaló, le han informado que pertenecen a funcionarias de la propia administración de Carlos Rodríguez. 

“Se vino una ola de violencia digital que yo nunca había vivido nunca”, lamentó. “Gente diciendo que me hubieran sacado de las greñas, que soy verdulera, o que donde me encuentren en la calle me van a cachetear”. 

El alcalde encabezaba una sesión del Ayuntamiento en el Salón de Cabildos el viernes 14, a la que se negaba acceso a la reportera -quien informa a través de Facebook en el perfil “Brújula Noticias”-, a pesar de que había otros periodistas adentro haciendo la cobertura de la sesión.

Ana Ronquillo logró ingresar y durante un receso en el cual el alcalde atendía a medios, le hizo preguntas sobre unas patrullas adquiridas por el gobierno de Rodríguez, el proveedor con el que se adquirieron y las características, pero el alcalde evadió responder y le dijo que preguntara a otro de sus funcionarios. 

Al final de la sesión, siguió al alcalde para insistirle en que le diera la información, y aunque en un momento fue tomada del brazo por la agente policía, se zafó y continuó tras el presidente municipal, hasta que llegó a la antesala de la oficina del mismo. Fue interceptada por el secretario particular Joaquín Bautista y empujada -según narró- por Blanca Núñez, directora de Participación Ciudadana, mientras Bautista daba la orden a la policía de que la sacaran.

La periodista refiere que previo a esta agresión, había sufrido ya el bloqueo informativo del gobierno municipal, puesto que, a pesar de que se presentó y se identificó ante dichas autoridades y solicitó ser notificada de las actividades e ingresada al chat de comunicación con los reporteros de la fuente, esto nunca se hizo.

“Yo me entero de rebote de las actividades porque no se me toma en cuenta”, dijo. 

Ha informado sobre algunas irregularidades del gobierno municipal, como la falta de pagos de personas despedidas, entre ellas una persona con una discapacidad. 

“Pero ayer me fue negada la entrada al Cabildo, alegaron que yo había llegado tarde, dicen que hay un reglamento que indica que una vez que inicia la sesión no hay acceso, pero había otros medios cubriendo, solamente me negaron la entrada a mí… cuando entro, estaba el alcalde atendiendo a medios, me dicen que me espere, cuando otro reportero termina (de entrevistarlo) yo le pregunto por qué no me dejan entrar. Yo estaba muy indignada porque me pareció un atropello. El alcalde me dice que es el reglamento y que con mucho gusto me atiende”.

La sesión se reanudó “y me piden que me salga de nuevo, yo me negué. Mi bolsa y mi tripié se quedaron afuera del salón (de cabildos) pero ya no me salí”, señala la reportera.

Fue cuando terminó la sesión que siguió al alcalde e insistió en sus preguntas y llegó hasta la antesala de la oficina del edil, para terminar esposada y escoltada a la planta baja del Palacio Municipal. Fue acusada “de alterar el orden”

Ana señala que la policía “estaba apenada, creo que ella sabía que lo que estaba pasando estaba mal, agachaba la cabeza y seguía caminando cuando le preguntaba ‘¿sí sabes que esto es un abuso de autoridad?’. Yo percibo que ella no me quería detener”.

 

 

Continúa la violencia

Tras lo sucedido, el gobierno municipal difundió un comunicado firmado por el alcalde emecista en el que éste asegura que no tuvo conocimiento del hecho porque se encontraba en su oficina atendiendo asuntos de gobierno y que “según reportes del personal de seguridad, la comunicadora tuvo un altercado verbal con terceras personas, lo que llevó a una mujer policía a trasladarla a la planta baja del edificio”.

Sobre esta postura, Ana señala “ahí están los videos, claro que él sabía lo que estaba sucediendo”.

Además, tras difundirse esta agresión, dice que recibió muchos mensajes de apoyo y solidaridad de redes de periodistas, organizaciones y autoridades estatales y federales, pero también amenazas, insultos y comentarios de personas que avalaron lo que le hicieron.

“Hay gente que cree que lo que me hicieron está bien, necesitan ser más conscientes de sus derechos, están convalidando hasta lo que dice el alcalde, hay gente que le dice que está bien que no dé explicaciones. No podemos tener esto tan normalizado”, menciona. 

También refiere que no era consciente de la gravedad de la violencia vivida y el uso excesivo de fuerza en su contra. “Nunca había enfrentado una situación así. Tengo asesoría de abogados para presentar una denuncia, y la Comisión estatal de derechos humanos abrió un expediente de queja. Ahora pienso que me puede pasar algo en la calle”, señaló.

Por ello, dice que va a proceder legalmente “para que quede un precedente, porque si yo tengo una carrera profesional que me respalda, tengo una plataforma que, si bien es chiquita, es mi medio de información, imagínate a cualquier ciudadano que no tenga eso y que lo viva solo, como yo lo viví”.

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