Clara Brugada
Ximena Guzmán y José Muñoz: Ataque a las entrañas del gobierno de Clara Brugada
Hace apenas seis días, la mandataria local presumió que la comisión de homicidios dolosos en la CDMX bajó 49% de 2019 a la fecha, hoy, su secretaria particular, Ximena Guzmán, y el asesor José Muñoz, fueron asesinados en plena hora pico en la calzada de Tlalpan de esta capital.CIUDAD DE MÉXICO (apro) .- Minutos antes de las ocho de la mañana de este martes, el primer piso del Antiguo Palacio del Ayuntamiento, ahí donde desde hace ocho meses despacha la jefa de gobierno, Clara Brugada Molina, se cimbró cuando la violencia y la inseguridad, que priva en toda la capital, llamaron a su puerta.
Ximena Josefina Guzmán Cuevas, su secretaria particular, y José Muñoz Vega, integrante de su equipo de asesores, dos de los funcionarios más importantes de su primera línea de poder y decisión, fueron asesinados a balazos, en un ataque directo, en plena hora pico sobre la calzada de Tlalpan, una de las más importantes de la capital mexicana y que desemboca en el Zócalo capitalino.
Se trata del primer hecho violento de esa magnitud política que marca la gestión de Brugada y que tiene como único precedente el atentado al entonces secretario de Seguridad Ciudadana (SSC), Omar García Harfuch, –el 26 de junio del 2020, durante la gestión de la entonces mandataria local, Claudia Sheinbaum–, aunque el policía señaló de inmediato al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) como el autor intelectual y material del hecho.
Ximena Guzmán era la joven funcionaria que controlaba la agenda particular de Brugada, con quien se tenía que hablar si se quería ver a la mandataria local, prácticamente quien abría y cerraba su oficina. Vio crecer políticamente a la morenista desde 2008, cuando fue jefa delegacional en Iztapalapa; fue su secretaria particular desde 2018 cuando, por segunda ocasión gobernó Iztapalapa y se reeligió en el 2021. Luego participó en su campaña hacia la Jefatura de Gobierno de la CDMX. Era su amiga, una de las personas en quien más confiaba.
Guzmán también conocía las entrañas del poder en el gobierno capitalino, pues fue funcionaria en la Secretaría de Gobierno en 2015, cuando Miguel Ángel Mancera dirigía la ciudad, y también ocupó cargos en la gestión de Sheinbaum.
José Muñoz trabajó junto a Brugada como coordinador de asesores en Iztapalapa, de 2010 a 2012, y repitió el cargo en las dos administraciones de Brugada Molina como alcaldesa en esa misma demarcación, entre 2018 y 2024. Era uno de sus asesores más cercanos.
Fuentes del gobierno local dijeron a Proceso que José estaba presente en prácticamente todas las reuniones de los diferentes gabinetes de gobierno, pero en especial, en el de seguridad.
“Ximena, una mujer maravillosa, incansable, buena, muy buena. Y a Pepe lo conozco casi de niño, es una de las personas más inteligentes que he conocido y sumamente responsable”, según los describió la misma Brugada durante los cuatro minutos de mensaje que dio en el Ayuntamiento, cuatro horas después de los hechos.
La magnitud de ese doble crimen fue tal, que provocó que el hoy secretario de Seguridad y Protección Ciudadana del gobierno federal, García Harfuch, se distrajera de la conferencia “mañanera” en Palacio Nacional y le informara del ataque al oído a la presidenta Claudia Sheinbaum.
Casi con reloj sincronizado, Brugada lanzó una tarjeta informativa en sus redes sociales para anunciar el hecho y Sheinbaum interrumpió su conferencia para leerla. “No habrá impunidad, los responsables serán detenidos y deberán enfrentar a la justicia”, leyó la mandataria federal.
Luego, vino la cascada de mensajes de pésame y de solidaridad en redes sociales de funcionarios locales y federales, legisladores, y hasta de la ONU-México que condenaban el doble crimen.
El doble crimen
El reloj marcaba minutos antes de las ocho de la mañana cuando el auto Audi gris oscuro, placas C50BHK, se detuvo sobre la calzada de Tlalpan, casi esquina con la calle Napoleón, en la colonia Moderna, alcaldía Benito Juárez, a unos pasas de la estación Xola de la Línea 2 del Metro.
De acuerdo con videos filtrados en redes sociales, Ximena Guzmán manejaba y puso las luces intermitentes del vehículo. Pocos metros atrás, José Muñoz se dirigía hacia el auto. Llevaba un portafolios.
Cuando iba a subir al coche, un sujeto de chamarra blanca y casco de motociclista se volteó hacia el vehículo y disparó contra Ximena. El parabrisas quedó con cuatro orificios de bala. Tras el primer crimen, el agresor disparó contra José, cuyo cuerpo quedó tendido sobre el asfalto. Después disparó de nuevo hacia el lado del conductor. Alrededor quedaron, al menos, cinco casquillos percutidos.
De inmediato, el sicario corrió hacia atrás del auto, presuntamente a una motocicleta u otro tipo de vehículo en el que lo esperaba su cómplice para huir.
Personal de la SSC llegó en minutos para asegurar la escena del crimen, mientras que peritos de la Fiscalía General de Justicia de la CDMX llegaron a levantar los indicios del crimen con los que se abriría la carpeta de investigación en la Fiscalía de Homicidios.
“No habrá impunidad”
Tras la confirmación del crimen, el área de Comunicación Social del gobierno local canceló las dos actividades públicas que tenía Brugada: una conferencia de prensa y la firma de un convenio con el Instituto Electoral de la CDMX (IECM) y el Instituto Nacional Electoral (INE), en el Museo de la Ciudad de México a las 10 horas.
Por la tarde, a las 16 horas, estaría en su jornada semanal de “Zócalo de Gobierno Ciudadano”, aunque, debido al plantón de maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), se haría en el Monumento a la Revolución.
Tras una breve confusión de agenda, a las 9:30 horas, la misma área convocó a la prensa a las 11 horas en el Ayuntamiento. Lo que fue anunciado como “conferencia de prensa” se redujo a un pronunciamiento de Brugada en el que no se permitieron preguntas de los reporteros.
El Salón Zarco, donde la mandataria local hace cotidianamente sus conferencias, se convirtió en la antesala para recibir el pésame de integrantes de su gabinete y de los coordinadores parlamentarios del Congreso capitalino.
Las especulaciones comenzaron a saltar: que si fue un mensaje del crimen organizado por el anuncio reciente de las próximas expropiaciones; que si fue un “ajuste de cuentas”, que si les querían robar el coche de alta gama que usaba la funcionaria del gobierno de la 4T…
A las 11:38 horas, Brugada Molina salió del mismo con un vestido negro y sandalias del mismo tono. El momento de luto, que llegó a ocho meses de comenzar a gobernar la capital mexicana, exigió dejar atrás su atuendo siempre colorido, con grandes collares y pulseras, y tenis cómodos que le permiten caminar tras su operación de cadera. Su maquillaje también bajó de tono.
“Desde el primer momento, tanto personal de la Secretaría de Seguridad Ciudadana y de la Fiscalía General de Justicia de esta Ciudad, iniciaron las investigaciones para esclarecer este lamentable hecho”, anunció.
Y agregó: “Este acontecimiento se investiga con el mismo rigor con el que las instituciones realizan su trabajo todos los días. Investigar, esclarecer y garantizar que no haya impunidad, es nuestro compromiso”.
A la derecha de Brugada, cabizbaja, estaba Ernestina Godoy, consejera jurídica de la Presidencia de la República, exfiscal capitalina y exdirectora de Gobierno en Iztapalapa, cuando Brugada era alcaldesa.
En el mensaje estuvo presente todo el gabinete de gobierno, además de la fiscal general local, Bertha Alcalde, y el presidente del Tribunal Superior de Justicia, Rafael Guerra.
Al final del mensaje, hubo un minuto de silencio en memoria de los fallecidos. Brugada juntó sus manos, apretando su muñeca izquierda y soltó una inentendible sonrisa.
Luego, abundaron los abrazos de pésame entre los integrantes del gabinete, pues en sus actividades cotidianas, todos tenían que pasar por la oficina de Ximena Guzmán o se reunían con José Muñoz.
La institución que encabeza Berta Alcalde lamentó en sus redes sociales “el fallecimiento” de ambos funcionarios y dijo que “las diligencias ministeriales y periciales están en curso. No habrá impunidad”.
El jefe de la policía, Pablo Vázquez, condenó “el ataque”, reiteró la promesa de que “no habrá impunidad” y anunció que “todas las áreas” de la SSC trabajan con la Fiscalía local y las autoridades federales “para esclarecer este caso y dar con los responsables”.
Enseguida, el hermetismo. Pese a que en redes sociales comenzaron a salir rumores de la detención de dos personas presuntamente involucradas en el crimen y del hallazgo de la supuesta motocicleta en la que huyeron los sicarios, personal del gobierno capitalino atajó al puntualizar que cualquier información o posible convocatoria de conferencia, sería anunciada solo por las vías oficiales. El silencio se alargó.
Al Ayuntamiento comenzaron a llegar arreglos florales en memoria de los dos servidores públicos ultimados, mientras adentro se vivía el luto y la incertidumbre por descifrar el mensaje político de la doble ejecución.
Hace apenas seis días, el pasado 14 de mayo en el informe mensual de seguridad, la mandataria local presumió que la comisión de homicidios dolosos en la CDMX bajó 49% de 2019 a la fecha. Agregó que ello se refleja en el promedio diario, pues en aquel año era de 4.4 casos por día; en 2024 la cifra se ubicó en 2.5, y de enero a abril de 2025 bajó a 2.2 por ciento.
“Hemos logrado avanzar en el periodo de enero a abril en continuar con la disminución de la incidencia delictiva en la ciudad, es decir, hemos logrado bajar la incidencia delictiva, menos delitos, pero con una aportación importante, una aportación más para disminuir la impunidad, es decir, mejores resultados y más detenidos”, aseguró entonces.
A las 17 horas, Clara Brugada salió del Ayuntamiento. Caminaba despacio y hablaba por teléfono. Su gobierno seguía sin dar ninguna información sobre los avances de la investigación.
Más de 15 personas, entre trabajadores de gobierno, incluida la coordinadora de Comunicación Social, Ana María Lomelí, y personal de seguridad, hombres y mujeres vestidos de civil con intercomunicadores, la rodeaban a cada paso. “No grabes, es un momento delicado”, dijo una a la reportera.
La morenista caminó dos cuadras sobre la angosta banqueta que deja el plantón de la CNTE sobre la calle 5 de febrero. A diferencia de sus actos públicos, esta vez nadie se le acercó a pedirle una fotografía o a entregarle una carta para pedir su apoyo. La funcionaria subió a un auto blanco y partió. El silencio seguía.