Guerrero

Universidad privada promete lugar en la UAGro, cobra y no cumple

Padres de familia denuncian que el instituto privado Indesag pide hasta 150 mil pesos para que alumnos, después de cursar dos semestres ahí, tengan asegurado un lugar en odontología y medicina en la UAGro (cuyo rector, afirman, es dueño del instituto), pero no les cumplen.
jueves, 28 de agosto de 2025 · 05:00

CHILPANCINGO, Gro. (Proceso).- Padres de familia denunciaron afuera de Palacio Nacional que autoridades de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro) incurren en presuntas prácticas de corrupción al “canalizar” a aspirantes a las carreras de odontología y medicina a la universidad privada Instituto de Desarrollo “Salvador Allende Gossens” (Indesag), con cobros de 50 mil y 100 mil pesos, respectivamente, para asegurar posteriormente espacios en las escuelas de la institución estatal.

Ésta ha sido una denuncia recurrente de padres y madres de familia cuyos hijos han aspirado y entrado a estudiar a la máxima casa de estudios de Guerrero, quienes afirman que esas prácticas de corrupción están más vigentes que nunca y señalan al rector Javier Saldaña Almazán como propietario de la escuela privada.

Afirman que para asegurar un espacio en la escuela de medicina, sin sacar ficha, “un padrino” cobra la cantidad de 150 mil pesos. 

El 19 de agosto último, padres de familia acudieron a Palacio Nacional para pedir la intervención de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, para combatir la corrupción que se vive en la Universidad Autónoma de Guerrero bajo el rectorado, por tercera ocasión consecutiva, de Saldaña Almazán.

Javier Saldaña. Rector por tercera vez. Foto: Facebook.

En la manifestación, uno de los padres relató que fue defraudado por el Indesag, ubicado la avenida Wilfrido Massieu, en Acapulco. 

Personas allegadas a la UAGro le recomendaron inscribir a su hijo en el Indesag en la carrera de odontología, con la intención de que después de dos semestres pudiera entrar a la Universidad de Guerrero, revalidando las materias ya cursadas en la escuela privada.

“Me dijeron que lo inscribiera ese año en la Indesag, que estaba incorporada a la Universidad de Guerrero y que en un año lo pasara para allá”, dijo.

El denunciante agregó: “Me aseguraron que no había problema, porque era el mismo plan escolar de seis meses y las mismas materias, exactamente las mismas. Pero cuando quise hacer el cambio me dijeron que no se podía porque tienen una cláusula de última hora que prohíbe hacer la revalidación de estudios de esa escuela Indesag a la UAGro”, contó. 

Lo convencieron de que “hiciera el esfuerzo” por tener un año a su hijo en la escuela de paga, “que es del rector”, y que el cambio se realizaría sin ningún problema al año siguiente.

Una vez cumplido el plazo, le dijeron que su hijo sí se podía cambiar de escuela, pero pagando. Al investigar la forma de ser aceptado en la UAGro, supo que tenía que pagar 50 mil pesos.   

“Supe por otros medios que hay que pagar 50 mil pesos para que me lo acepten en la UAGRo y también supe de paso que a los alumnos que quieran entrar a medicina les piden 100 mil pesos”.

“El dueño de la escuela particular donde está mi hijo, todo mundo lo sabe, es el rector actual de la UAGro, Javier Saldaña Almazán, con prestanombres, claro”, dijo un padre.   

“Esto se sabe porque le han hecho manifestaciones enfrente de su escuela particular y en la costera durante muchos años. Estudiantes que aseguran que les venden los lugares para medicina y odontología, esto no es nuevo, ha sido durante años”.

Los padres, dijeron, acudieron a Palacio Nacional para entregar evidencias a la presidenta Sheinbaum y que su gobierno intervenga.

 

Denuncias y persecución

El Indesag obtuvo el reconocimiento oficial de la UAG (ahora UAGro) a la oferta de nivel medio y carreras de nivel superior en el año 2008, durante el rectorado de Arturo Contreras Gómez. 

En ese tiempo, el actual rector Saldaña Almazán era el director general de Planeación y Evaluación Institucional de la UAG. 

En el reportaje “La Universidad de Guerrero: el rector rico de una universidad pobre”, publicado en la edición de octubre de 2023 de Proceso, Román Ibarra Flores, exsecretario general de la UAG (fallecido el 22 septiembre 2023, antes de la publicación del texto), se refirió al Indesag como otro negocio de Javier Saldaña al amparo de la universidad. 

“Su testaferro es el exdirector de la Preparatoria 27 (de la UAG), Fernando Saavedra Centeno, ahora directivo de la institución privada Indesag, incorporado a la UAGro. Él recibe cada año a alumnos rechazados de medicina y enfermería”, expuso Ibarra Flores. 

Contó que desde su cargo en Planeación, Saldaña empezó a construir su “imperio” dentro de la institución al manejar programas federales de infraestructura para escuelas y otorgar a directores y académicos programas de apoyo a cambio de respaldo a su aspiración de ser rector.

Javier Saldaña, ahora promotor de Morena y de la presidenta Claudia Sheinbaum, ha ganado la rectoría en tres ocasiones, dejando a sus opositores sin la posibilidad de aparecer en la boleta mediante modificaciones normativas a modo. 

La inscripción para estudiar enfermería, odontología y médico cirujano en el Indesag cuesta 12 mil 700 pesos y las mensualidades inician en 3 mil hasta llegar a 6 mil pesos en el último grado, de acuerdo con personal de la institución. 

En agosto de 2023, integrantes del Frente por la Educación, la Democracia y la Institucionalidad Guerrerense (Freg) se manifestaron en dos ocasiones frente al Indesag para exigir una reunión con las autoridades de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG) para tratar el ingreso de jóvenes rechazados.

El Freg fue desarticulado en marzo pasado con la detención de cuatro líderes, José Abel Sánchez, Luciano Cruz, Julián Galván y Jovanny Vanegas, acusados por su probable participación en el delito de privación de la libertad agravada presuntamente contra jóvenes que participaron en sus movilizaciones.

Abel Sánchez fue detenido el 12 de marzo, al salir de una reunión con el rector Javier Saldaña en sus oficinas de rectoría de la UAG.

 

Argucias y ganancias

Testimonios recogidos en municipios de la región Centro de la entidad coinciden en que pagar por un espacio en las escuelas del área de la salud en la UAGro es una práctica común en cada ciclo escolar. 

UAGro. Carrera de medicina, saturada. Foto: Facebook.

Son los mismos padres que pagaron por el ingreso de sus hijos los que recomiendan a otros “apadrinarse” para asegurar un espacio en las carreras de enfermería, odontología o medicina de la UAGro. 

“Búscate un padrino y págale para que pueda meter a tu hijo”, le recomendaron a una madre preocupada porque a su hijo le faltaron pocos puntos para aprobar su examen de admisión para ingresar a la facultad de enfermería. La mujer dio este testimonio a Proceso bajo identidad reservada, por temor a que su hijo sufra represalias.

Hace cinco años, en el año 2020, una madre de familia le pagó 80 mil pesos a un “padrino” para que su hijo fuera incluido a una lista de espera para ingresar a la facultad de Medicina de la UAGro en Acapulco. 

Si quería que el pase fuera directo tenía que pagar 20 mil pesos más, 100 mil pesos. 

En 2024, el pago para ingresar a la misma carrera fue de 150 mil pesos, de acuerdo con el testimonio de otra pareja. El pago fue para “un maestro de Chilpancingo”. 

Los alumnos cuyos padres han cubierto la cantidad y su lugar está asegurado, también se presentan a realizar el examen de admisión, y aunque no salen seleccionados en la primera lista de septiembre, tienen que esperar una segunda publicada en octubre, explicaron.

Personal del área de Comunicación social de la Universidad dijo a Proceso que se ha tenido conocimiento de denuncias, incluso penales, pero que los denunciantes se han negado a dar sus nombres y el de las personas a las que han entregado dinero, “y tampoco dan pruebas para proceder”.

Señalaron que los presuntos “padrinos” son “gente externa que se aprovecha de la necesidad de la gente”. Sin embargo, aunque se solicitó la postura del propio rector Javier Saldaña, se ofreció informarle de la petición, pero al cierre de la entrega de esta nota no había respuesta.

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