Internacional
Ecuador: Noboa copia guerra contra el narco de Calderón... y también fracasa
Ecuador enfrenta una ola de violencia récord, con tasas de homicidios que superan a las de México y Colombia, pese a la retórica de “mano dura” y la estrategia militarizada del presidente Noboa contra el narcotráfico.BOGOTÁ (Proceso).– Lejos de ser un hecho aislado, la masacre de 12 personas ocurrida el 17 de abril último en una gallera (palenque) de la occidental provincia ecuatoriana de Manabí es una muestra más de la incontrolable ola de violencia que padece Ecuador, donde la declaratoria de guerra militarizada contra el narcotráfico del presidente Daniel Noboa no está funcionando.
Ecuador cerró el año anterior como el país más peligroso de América Latina, con 38.8 homicidios por cada 100 mil habitantes, y el primer semestre de este año ha sido el más violento de la historia de esa nación sudamericana, con dos mil 361 homicidios, un 65.3% más que los registrados en el mismo periodo de 2024.
La tasa de homicidios llegó a 51 por cada 100 mil habitantes, la cual duplica a la de países con dinámicas de violencia muy arraigadas desde hace años, como México y Colombia.
Ello, pese a que Noboa ha hecho de la guerra contra el narcotráfico el eje de su gobierno, el cual comenzó en noviembre de 2023 y se prolongará hasta 2029 tras ganar los comicios del 13 de abril último.
Igual que Felipe Calderón en México, quien como presidente declaró la guerra contra el narcotráfico en diciembre de 2006, el mandatario ecuatoriano decretó en enero de 2024, cuando aún no cumplía dos meses en el cargo, la existencia de un conflicto armado interno en su país que era necesario enfrentar con las Fuerzas Militares y con operaciones para “neutralizar” a los grupos “narcoterroristas”.
Pero, así como la guerra de Calderón en México fue un fracaso –en el sexenio del panista los homicidios crecieron 102% respecto de los registrados en el gobierno de Vicente Fox– la estrategia de Noboa está generando una mayor violencia en el país.
De acuerdo con la experta en seguridad Michelle Maffei, la estrategia de “hipermilitarización” seguida por Noboa para combatir a las bandas del narcotráfico ha llevado a una atomización de las bandas criminales y, por tanto, a una nueva espiral de violencia.
Las grandes bandas tradicionales del narcotráfico, como Los Choneros, Los Tiguerones y Los Lobos –asociadas a los cárteles mexicanos de Sinaloa y de Jalisco Nueva Generación– se han divido en varias regiones del país donde han surgido grupos más pequeños, pero más violentos, como la Mafia 18, los Tigres Fénix y Tigres Igualitos, que están enfrentadas entre sí.

Retórica sin resultados
Daniel Noboa sostuvo durante la reciente campaña por su reelección, en la que derrotó a la candidata izquierdista Luisa González, que necesita más tiempo para producir resultados en la lucha contra el crimen.
El mandatario, quien nació y se educó en Estados Unidos, alcanzó altos niveles de popularidad al inicio de su mandato, cuando declaró, en enero de 2024, la existencia de un conflicto armado interno y militarizó el combate contra las bandas del narcotráfico.
Como ocurrió en México con Calderón, en su primer año de gobierno (2024) Noboa logró reducir los homicidios, pero hoy Ecuador presenta niveles históricos de violencia y de masacres, como la perpetrada por un comando de la banda R7 la noche del jueves 17 en una gallera de El Carmen, Manabí.
El especialista en seguridad y defensa Daniel Pontón aclara que Noboa nunca ha tenido una estrategia para hacer frente al fenómeno de la inseguridad, lo cual ha compensado con una narrativa militarista y de combate implacable que no pasa de la propaganda.
Se quedó en la retórica de la mano dura contra el crimen -afirma el doctor en sociología-, contra lo que él llama el narcoterrorismo, pero no lo están acompañando los resultados.
Durante la reciente campaña electoral, por ejemplo, el presidente de 37 años y heredero de un emporio bananero valuado en más de mil millones de dólares, llevó a Ecuador, con recursos del Estado, al mercenario estadunidense Erik Prince, fundador de la empresa militar privada Blackwater, acusada de crímenes atroces en varios países.
El 6 de abril último, Prince encabezó un aparatoso operativo militar en la suroccidental Guayaquil en el que fueron capturados 68 personas que debieron ser liberadas horas después por falta de evidencias de que estuvieran involucradas en algún delito.
Ese acto sirvió para la foto ya que, pese a que el gobierno de Noboa anunció que el mercenario capacitaría a la policía ecuatoriana, tras las elecciones del 13 de abril aclaró que sólo hubo “platicas” con Prince sobre ese tema.
Disfraces verde olivo
Otras similitudes entre Noboa y Calderón son su ideología derechista y su gusto por vestirse con indumentaria militar.
Todo México recuerda el día que Calderón se enfundó en una casaca y una gorra de color verde olivo en Apatzingán, Michoacán. Eso fue el 3 de enero de 2007, en los albores de la guerra contra el narcotráfico, la cual fue comanda por su brazo derecho y secretario de Seguridad, Genaro García Luna, quien años después sería encontrado culpable en una corte de Estados Unidos de trabajar para el Cártel de Sinaloa.
Noboa también suele presentarse en actos públicos con chalecos blindados y cascos de combate del Ejército.
La especialista en seguridad y política de drogas Adriana Muro señala que los gobiernos de derecha suelen emplear el discurso de “mano dura” contra el narcotráfico porque “vende y atrae votantes”, pero esa fórmula, al llevarse a la práctica, se traduce en la militarización de las policías, en un mayor tráfico de armas, en más homicidios y en un tutelaje de Estados Unidos de esa estrategia.

Noboa planea impulsar una serie de reformas legales para que Estados Unidos vuelva a tener una base militar en Ecuador.
Adriana Muro, quien es directora de la ONG Elementa DDHH, señala que la experiencia mexicana en el sexenio de Calderón (2006-2012) indica que las guerras contra el narcotráfico suelen fracasar y dejar un saldo de violaciones masivas a los derechos humanos.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) de México señaló que durante el gobierno de Calderón se registraron 24 mil 800 personas desaparecidas, pero las autoridades judiciales sólo habían iniciado 200 averiguaciones previas por el delito de desaparición forzada.
Además, las denuncias por torturas por parte de policías y militares se multiplicaron seis veces ese sexenio.
En Ecuador, 23 personas desparecieron en 2024 en el contexto de operaciones militares en las provincias de Los Ríos, Esmeraldas y Guayas, según reportó Amnistía Internacional.
Además, el 8 de diciembre último cuatro niños que había ido a jugar futbol desaparecieron tras ser detenidos por militares en Guayaquil. Todos fueron encontrados muertos y con señales de tortura 16 días después. El gobierno de Noboa atribuyó el hecho a grupos de la delincuencia organizada.