Acapulco

“El gobierno nos ha dejado solos”: denuncian taxistas de Acapulco, la tercera ciudad más violenta de 2024

En vísperas de Semana Santa, cuando el puerto espera a vacacionistas nacionales e internacionales, se padece una crisis de seguridad que golpea principalmente a los taxistas locales.
domingo, 13 de abril de 2025 · 07:00

CHILPANCINGO, Gro. (Proceso).- Sin que autoridad alguna ponga freno, más de 25 mil taxistas y choferes de transporte público padecen a diario el acoso del crimen organizado en el puerto de Acapulco. Negarse a servir de halcones o a pagar la cuota implica la muerte en un trabajo que, mientras cada día se precariza más, se ha vuelto de alto riesgo.

—¿Sobre qué es la entrevista? —preguntó un líder transportista.

—Acerca de la inseguridad que viven los taxistas.

—Entonces no, ningún dirigente va a hablar de eso. Ése es un tema del gobierno y nos ha dejado solos.

—Y ustedes, ¿cuáles son las causas que han identificado, por qué los están matando?

—No sabemos, ni queremos conocerlas —expresó el dirigente.

Y con mucha razón. Hace dos años uno de sus hermanos que pertenecía al sector fue asesinado.

La violencia es el pan de cada día en Acapulco. Por la mañana, tarde y noche se reportan asesinatos a lo largo y ancho del puerto. En el primer trimestre las agresiones se han enfocado contra choferes de taxis y camionetas tipo Urvan.

Servicio sólo de día. Foto: Luis Daniel Nava.

Lo más lamentable, revelaron los usuarios de transporte público, es que la situación se está normalizando.

"Desde hace tres años esto no ha parado. Ya se perdió el control del gobierno. Tantito se voltean los (policías) estatales y ya mataron a otro. Lo peor es que ya se está normalizando", expresó un pasajero consultado.

En los recientes asesinatos de taxistas, el servicio se reanudó a unas horas de que los cadáveres fueron levantados por las autoridades, tan pronto se abrió la circulación.

En un recorrido el viernes 4 y sábado 5 de abril por los sitios de taxis ubicados en las esquinas de calles o avenidas de la zona centro y zona conurbada de la ciudad no se observó vigilancia especial de ninguna corporación policiaca o militar.

Los ataques contra el sector han propiciado que notablemente se haya reducido el número de unidades de transporte, lo que genera largas filas de usuarios por la mañana, al inicio de la jornada, por la tarde y al finalizar en la noche.

En algunos casos las tarifas han subido casi 50% o de plano los choferes ya no viajan a zonas peligrosas, menos por las noches.

La mecánica de los taxis ya no es formarse para hacer base, sino acercarse, cargar y salir a su destino en el menor tiempo posible.

Los usuarios también lo han entendido. Han tenido que caminar kilómetros para regresar a sus hogares. Cuando hay servicio, deben esperar mientras llega alguna unidad.

Esa espera es de una tensa calma ante el temor de que ocurra un asesinato. Entre las agresiones registradas en los últimos dos años, algunos pasajeros han sido heridos o asesinados.

“Se sube una encomendada a Dios”, expresó una ciudadana en una base de transporte.

 

Llegan en bola ya cuando se cometió el crimen

Donde sí hay presencia de efectivos de la Guardia Nacional y de la Marina es la franja turística de la avenida Costera Miguel Alemán.

Es hasta después de que se comete un crimen que la presencia de fuerzas policiacas y militares del Estado se multiplica; llegan fuertemente armados policías municipales, policías estatales, policías ministeriales, agentes de la Guardia Nacional, del Ejército y hasta de la Marina.

Guardia Nacional. Atención tardía. Foto: Luis Daniel Nava.

En 2024 Acapulco fue ubicada como la tercera ciudad más violenta del mundo con una tasa de 102.28 homicidios por cada 100 mil habitantes, de acuerdo con un estudio de la Comisión Mexicana de Derechos Humanos, el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal y Misión Rescate México. En el primer y segundo lugar del ranking están Puerto Príncipe, Haití y Colima, México, con una ligera ventaja.

El polígono de la criminalidad en Acapulco se ubica en las zonas conurbadas, el poniente, los barrios históricos, la parte alta de Costa Azul y la zona Diamante, de acuerdo con un mapeo de los crímenes cometidos en los últimos dos años.

La zona conurbada abarca desde el acceso al puerto en el poblado La Venta, pasando por las colonias Ciudad Renacimiento y Emiliano Zapata, hacia el centro.

Otra zona de alto peligro son las partes altas de la colonia fraccionamiento Costa Azul, que colinda con El Veladero.

Los barrios históricos, donde se localiza la colonia La Mira.

La zona poniente, donde está Pie de la Cuesta, Jardines, Mozimba y el Pedregoso.

En el centro, la colonia Progreso y otra parte conurbada de la zona Diamante, desde la colonia La Sabana, Colosio, Llano Largo y el Cayaco.

En el 2019, la Secretaría de Seguridad Pública de Acapulco filtró un reporte interno que indica que las extorsiones, asesinatos, secuestros y venta de droga son actividades delictivas operadas por al menos 16 células criminales.

Actualmente, de acuerdo con fuentes de seguridad, son tres organizaciones criminales las que mantienen el control de las células y el terror en el puerto: el Cártel Independiente de Acapulco, Los Rusos y el Cártel Jalisco Nueva Generación.

 

Los ataques

La mañana del lunes 31 de marzo, una escena captada con una cámara de videovigilancia volvió a estremecer a Acapulco y a la entidad.

Un sicario se le acercó a un taxista de unos 70 años y le disparó a quemarropa. El asesino huyó en un taxi amarillo que ya lo esperaba.

La serie de crímenes cometidos a plena luz del día en zonas de alta concurrencia de Acapulco no ha merecido ni un pronunciamiento de la presidenta municipal Abelina López Rodríguez ni de la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, ambas morenistas.

Los homicidios contra taxistas han continuado y muestran un patrón. Los ataques son de 8 a 10 de la mañana, de 4 a 6 de la tarde y de 9 a 12 de la noche.

Un recuento de informes de asesinatos contra taxistas y urvaneros indica que de enero al 4 de abril de 2025 se han cometido 21 asesinatos en su contra.

Entre las víctimas hay una conductora y una checadora del sitio de taxis de la ruta Antorcha Revolucionaria-Mozimba-Caleta, que fue ultimada a las 8 de la mañana, cuando iniciaba su jornada.

La mayoría de las muertes han sido por arma de fuego. En dos casos los cuerpos se han encontrado desmembrados y encajuelados.

 

Explicaciones oficiales

La gobernadora de Guerrero, la morenista, Evelyn Salgado Pineda, y el titular de la Secretaría de Seguridad Pública del estado, Josué Barrón Sevilla, sólo han mencionado un argumento sobre la violencia que padece el estado y particularmente en Acapulco: el reacomodo de los grupos delictivos.

El lunes 7 de abril la mandataria dijo, en una de sus conferencias a la que asisten periodistas seleccionados, que cuando hay un repunte de homicidios es porque su estrategia de seguridad hace un desajuste en los grupos criminales.

“Digamos que se les mueve de repente todo lo que tienen bien estructurado con golpes a las células que están operando”.

Mientras que el secretario de Seguridad estatal, en un recorrido realizado el 9 de abril por la colonia La Mira de Acapulco, epicentro de asesinatos de taxistas y comerciantes, declaró que la violencia criminal es un fenómeno social.

“(Las organizaciones criminales) se reorganizan y están buscando realizar sus actividades”, dijo.

Este recorrido por una de las zonas más violentas del puerto se hizo con un centenar de efectivos de la Guardia Nacional, Ejército, Marina, policías del estado, así como con una camioneta blindada tipo "Rinoceronte", un helicóptero de la policía estatal y embarcaciones de la Marina.

 

Extorsiones: todos saben

En Acapulco existen 4 mil 300 concesiones para taxis “colectivos” distinguidos por franjas amarillas, y 4 mil concesiones de taxis, cuyas unidades portan vivos azules, de acuerdo con datos del gobierno estatal.

Además, hay 7 mil concesiones a microbuses, más de 2 mil para Urvan de las conocidas “rutas alimentadoras” y 4 mil de la zona conurbada cerca de la entrada del poblado de La Venta.

Otras 5 mil concesiones operan para camionetas de la zona poniente en rutas que van a las colonias y poblados como Pie de la Cuesta, Jardín Pedregoso, San Isidro y Los Bajos del Ejido.

Todos, o la mayoría, paga cuotas o extorsiones a las diferentes células criminales que operan en Acapulco.

Los más fuertes son el Cártel Independiente de Acapulco (CIDA) que, de acuerdo con fuentes de seguridad consultadas, tienen su base de operación en la colonia La Mira, en la parte alta de Acapulco, así como Los Rusos, que operan en el otro lado de la ciudad, desde la zona Costa Azul.

A reserva de su identidad, los taxistas revelaron que es un secreto a voces que tienen que pagar cobro de piso.

“En Acapulco todos saben que nos cobran”.

La extorsión y los asesinatos en contra del sector han precarizado su trabajo. Los transportistas consideran que ya no es negocio.

Esto lo confirman las fuentes del gobierno que apuntan que una concesión de taxi azul que hace unos años valía 150 mil pesos, ahora cuesta 70 mil.

Colas para tomar el taxi. Foto: Luis Daniel Nava.

Otra razón de la devaluación es que, por ejemplo, las concesiones de los taxis azules están siendo apropiadas por “la maña”, como se refieren a las organizaciones criminales.

Por esta causa muchos transportistas de taxis azules dejaron de estar adheridos a un sitio para no pagar cuota.

De acuerdo con información recabada, los asesinatos contra taxistas se deben a que hay quienes sirven, obligados o no, a los grupos delictivos como vigilantes o halcones.

También van dirigidos al azar contra integrantes de los sitios que se niegan a pagar las extorsiones.

 

Un ciclo de violencia

Desde 2006, cuando comenzó la guerra contra el narcotráfico del entonces presidente Felipe Calderón, la fractura del Cártel de Sinaloa, así como la posterior muerte de su operador en Guerrero y Morelos, Arturo Beltrán Leyva, Acapulco vive un ciclo de violencia que no ha detenido estrategias de seguridad ni tres cambios de gobierno.

Hay una disputa permanente entre los sectores legales e ilegales por el control del poder. En el puerto cohabitan las estructuras del poder formal e ilegal, considera Gabino Solano Ramírez, especialista en violencias urbanas.

El reciente episodio de violencia que se ha ensañado contra choferes de transporte público, dice el académico, tiene muchas aristas.

Una de ellas es que en Acapulco hay dos espacios públicos cooptados por las organizaciones criminales: los mercados locales y el transporte público.

"Son espacios estratégicos para la movilidad y el control del territorio y la economía de los grupos delictivos. En el caso de los taxis, el transporte público, todos o la mayoría tienen que pagar la extorsión".

Se refiere además a que utilizan a comerciantes y taxistas como vigilantes o halcones.

"El control lo ejercen a través de la extorsión. Siempre o casi siempre hay más de un grupo criminal que se aprovecha de esta situación para poder expoliar dinero y tener la información de qué es lo que pasa en cada espacio que manejan".

El control de lo legal y lo ilegal, agregado, está en permanente disputa. Cada espacio que gana la delincuencia lo pierde el aparato del Estado.

Y ahonda en la participación, forzada o no, de los trabajadores y la ciudadanía en actividades delictivas.

“Otro factor a veces es esa colusión —si bien es cierto forzada o influenciada por las aspiraciones de ganarse un recurso— por parte de quienes se involucran en ese tipo de actividades. Hay participación de la comunidad lo que, de alguna manera, obligada o no, facilita este proceso de violencia y el repliegue del control político del Estado”.

Mientras, los trabajadores y usuarios son las víctimas directas, dice el investigador, porque finalmente el control de lo ilegal a partir de la violencia deja saldos.

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