Derechos Humanos

“No quiero ser un feminicidio más”, clama joven a una sorda Secretaría de la Mujeres

Claudia ha recurrido a todas la instancias gubernamentales pidiendo justicia y reparación del daño desde 2018, cuando fue abusada por un elemento de la Marina; la última en desentenderse de su caso es la secretaria Citalli Hernández.
martes, 14 de octubre de 2025 · 05:00

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Hace un año, cuando Claudia Sheinbaum Pardo tomó posesión como presidenta de México, una joven que en 2018 fue víctima de violencia sexual a manos de un cabo de la Secretaría de Marina (Semar), cuyo contralor general era José Rafael Ojeda Durán, se llenó de esperanza al pensar que, bajo el lema de “llegamos todas”, también llegaría la justicia para ella y el castigo contra su agresor y todos los funcionarios que han violado sus derechos humanos.

El optimismo de Claudia, como pide ser identificada por seguridad, se alimentó con la creación de la Secretaría de las Mujeres, cuya titular, Citlalli Hernández Mora, ofreció combatir la violencia de género y la impunidad. Su ilusión fue mayor cuando fue nombrada subsecretaria Ingrid Gómez Saracibar, quien conoce bien su caso, pues el 28 de agosto de 2019 Sheinbaum, entonces jefa de Gobierno, le ordenó atenderla, pues era secretaria de las mujeres local. Sin embargo, en la nueva secretaría federal sólo le han “dado la espalda”.

Hace un mes, cuando el 16 de septiembre el almirante Raymundo Pedro Morales Ángeles, actual titular de la Semar, reconoció la existencia de una red de corrupción vinculada al “huachicol fiscal” dentro de la dependencia y ofreció un “golpe de timón” para combatir ese delito “con honor y transparencia”, Claudia pensó que la intención del nuevo secretario debe aplicarse también en su caso y el de todas las mujeres violentadas en la Semar.

Ojeda Durán. Desechó el caso. Foto: Montserrat López.

Sin embargo, pese a la Recomendación 60/22022 de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), a amparos interpuestos contra la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) de la Secretaría de Gobernación (Segob); varias cartas enviadas hasta a la Presidencia de la República y mensajes vía WhatsApp a las funcionarias, Claudia sigue siendo revictimizada e ignorada por el gobierno de la primera presidenta de México ante su exigencia de justicia, reparación integral del daño y garantía de no repetición. Peor aún, corre peligro de feminicidio.

Por si fuera poco, el juicio por la denuncia que la víctima interpuso contra su agresor Aarón “N” en la Fiscalía General de Justicia capitalina (FGJCDMX) no se ha judicializado por presunta negligencia. Tampoco existe una orden de aprehensión pese a que la sigue amenazando directa e indirectamente. Y la denuncia que interpuso en la Fiscalía Especializada para los Delitos de Violencia Contra las Mujeres y Trata de Personas (Fevimtra) de la Fiscalía General de la República (FGR) contra la Marina va a paso lento.

Todo ello, mientras su vida corre peligro, pues él está libre y ella no tiene medidas de seguridad eficaces. “No quiero convertirme en un feminicidio más en este país”, escribió en una carta enviada a la Secretaría de las Mujeres, sin respuesta. “Nadie quiere meterse con la Marina”, acusa.

 

El delito y las denuncias

En sus ediciones 2252 y 2372, Proceso documentó la pesadilla que ha vivido Claudia, que comenzó a mediados de 2018, cuando era maestra de inglés en el Centro de Estudios Superiores Navales (Cesnav) de la Semar en la CDMX. Un alumno con grado de cabo-albañil la acosó dentro y fuera del plantel y por teléfono. Ella lo denunció y el sujeto fue dado de baja del grupo y enviado de comisión a Sonora, pero antes de irse fue a casa de la joven y la agredió física y sexualmente.

Claudia denunció el delito en las instancias internas de la Semar y, en septiembre de ese mismo año, el caso llegó al escritorio del contralor Ojeda Durán, quien sin investigar la revictimización y la violencia psicológica, laboral e institucional que cometieron otros funcionarios de la dependencia en su contra, aseguró que la Semar “no era competente” y lo dio “por concluido”. Ya como secretario, el almirante volvió a toparse con el caso cuando la víctima y su madre lo denunciaron en una reunión con legisladores. Y aunque prometió resolverlo, no cumplió.

Indignada, Claudia escaló en su búsqueda de justicia en otras instancias federales: la Segob y su CEAV, y la CNDH. Esta última emitió la Recomendación 60/2022 contra la Semar al señalar que, “en vez de proteger a la víctima y garantizar la no repetición de esos hechos, incurrió en omisiones, simulaciones y violaciones a otros derechos de la profesora”. Pero Ojeda Durán no admitió la Recomendación. Y el nuevo titular, Morales Ángeles, tampoco lo ha hecho.

“Yo esperaba otra postura del nuevo secretario del gobierno de Sheinbaum, pero sigue en la misma de no darme justicia y de negar lo que sucedió, sin reconocer mi Recomendación”, dice en entrevista con Proceso.

Y menciona un hecho que le llamó la atención de su caso por la similitud con los dos presuntos “suicidios” de mandos en el contexto del reciente escándalo de huachicol fiscal en la Semar: el 15 de junio de 2021, el comandante de la Segunda Región Naval en Ensenada, Hilario Durán Tiburcio, la única autoridad en la Semar que tuvo una perspectiva a su favor cuando fue titular de la Unidad de Protección y Promoción de los Derechos Humanos, perdió la vida, por “suicidio”.

 

Inacción de la Secretaría de las Mujeres

El pasado 20 de enero, esperanzada en la promesa de que la nueva Secretaría de las Mujeres apoyaría a las víctimas de violencia de género, Claudia inició el envío de varias cartas a sus autoridades, cuyas copias tiene Proceso. En ellas pidió ayuda para que la Semar acepte y cumpla la Recomendación de la CNDH y la CEAV le haga efectivos los derechos que le da la Ley General de Víctimas tras ser inscrita en el Registro Nacional de Víctimas (Renavi).

Ese día pidió a la secretaria Citlalli Hernández una reunión para informarle de su caso y recibir su apoyo. “Tengo muchas secuelas tanto psicológicas como físicas por el hecho revictimizante”, le dijo y le adjuntó recetas médicas para comprobar su delicado estado de salud.

El 11 de febrero siguiente, por la misma vía solicitó una reunión a Ingrid Gómez, subsecretaría del Derecho a una Vida Libre de Violencia. “Usted conoce muy bien mi caso”, le recordó. Ese mismo día, en otro escrito le pidió a Hernández Mora ayuda para tener una mesa de trabajo con personal de la CEAV y la Semar.

Un mes después, el 11 de marzo, la madre de Claudia le mandó vía WhatsApp un escrito a la secretaria un resumen y cronología del caso. “Mi hija está amenazada de muerte por denunciar violencia de género. Le ruego una audiencia. No nos dejen en la indefensión, por piedad”, le suplicó.

El 9 de abril, en una nueva carta, la víctima apeló a Gómez Saracibar: “Le ruego por favor me reciba. Llevo meses suplicando se me brinde la atención y se le dé seguimiento a mi caso”. Le dieron dos citas, mismas que le cancelaron. El 8 de mayo, en otra misiva le pidió reponer el encuentro:

Es la única de las instituciones a las que me he acercado rogando ayuda que me ha dado la espalda, a pesar de que es la institución de quien yo debería recibir más apoyo, pues están enfocadas a combatir la violencia a la mujer. Saben que cada día que continúan ignorando mis súplicas de ayuda puedo ser víctima de feminicidio.

La única respuesta “oficial” que ha tenido fue el pasado 30 de abril vía WhatsApp de parte de la Coordinación de Orientación a Mujeres: “La subsecretaria Ingrid tiene muy en cuenta tu caso y que tenemos pendiente una reunión, por eso, ella misma dio instrucciones para poder atenderte personalmente en la próxima ocasión. Las razones por las que aún no tenemos la nueva fecha tienen que ver con las cargas de trabajo y son completamente ajenas a una ponderación particular sobre tu situación”.

Después le respondieron que no estaba “entre sus facultades” coordinar la mesa de trabajo interinstitucional. Por eso, el pasado 3 de octubre, Claudia inició el juicio de amparo 1171/2025 contra la Secretaría de las Mujeres “por su omisión y negativa” de ayuda.

Al mencionarle que el pasado 8 de agosto los titulares de las secretarías de Mujeres y Marina firmaron un convenio para prevenir la violencia de género en la Semar, Claudia suelta un gesto de lamento y dice: “¿De qué sirven esos convenios si les pido acercamiento con la Marina y no quieren? Dicen que mucho apoyo a la mujer, pero con la Semar no se quieren meter”.

 

CEAV-Segob incumplen

En su búsqueda de justicia, reparación integral del daño y garantía de no repetición, en el 2023 Claudia acudió a la CEAV para exigir el cumplimiento de sus derechos como víctima y el seguimiento a la Recomendación 60/2022 de la CNDH. En el oficio CEAV/DGAJ/3532/2024 del 15 de octubre del 2024, la Dirección de Asuntos Jurídicos de la CEAV emitió a su favor diversas medidas provisionales de ayuda por alimentación y alojamiento, como acción complementaria del proceso de reparación integral del daño.

Sin embargo, en esa Comisión sólo ha recibido evasivas, por lo que también inició un amparo. Antes también acudió a la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim), pero el caso, como el de muchas víctimas, se quedó parado por la desaparición de la dependencia, cuyas funciones asumiría la Secretaría de las Mujeres.

Ante la desesperación, Claudia acudió a las mesas del “Zócalo ciudadano” del gobierno de Clara Brugada en la CDMX para pedir ayuda con un acercamiento a la Segob. Entonces llegó al área de Derechos Humanos, donde espera una respuesta afirmativa.

Mientras algo ocurre, Claudia sale a la calle siempre con miedo, está en tratamiento psiquiátrico y no tiene medidas de seguridad efectivas para proteger su vida ante las amenazas y el acoso en persona y en redes sociales que siguen en su contra.

“En el tema del huachicol, la Marina dice que va a actuar con transparencia, pero en el tema de las mujeres nos siguen violentando y se siguen encubriendo entre ellos. Ojeda Durán prometió que se me haría justicia y ahora está metido en actos ilegales. El nuevo secretario dice que va a actuar con honor, pero sigue solapando a los agresores”, reclama.

Apenas contenido el llanto, agrega:

La suprema comandanta de las fuerzas armadas es mujer, dice que ‘es tiempo de mujeres’, pero como mujer violentada les pido ayuda y sólo me dicen ‘arréglalo en la Fiscalía o vete a un refugio’. Le pido a la presidenta Sheinbaum que le dé vista a los casos de mujeres violentadas en la Marina.

Y concluye: “Quiero que muestren empatía a las que hemos sido víctimas del Estado. Quiero que me den justicia, y eso para mí significa que la Marina acepte y cumpla la Recomendación de la CNDH. No quiero convertirme en un feminicidio más en este país”.

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