Marco Rubio
Marco Rubio en Ecuador: narcotráfico, inmigración y comercio marcan la agenda
El secretario de Estado de Estados Unidos llega a Quito en un momento de sintonía entre Estados Unidos y Ecuador, con el presidente Daniel Noboa como uno de los principales aliados en la región en la lucha contra el crimen organizado.CIUDAD DE MÉXICO (France24).- Tras su visita a México, el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, ya se encuentra en Quito, donde tiene programado un encuentro con el presidente Daniel Noboa, y otras autoridades, con los asuntos de seguridad como parte central de la agenda. El viaje oficial coincide con la campaña del Gobierno de Donald Trump contra los grupos de narcotráfico con conexiones transnacionales, que incluye el reciente ataque a un barco en el Caribe, cerca a aguas venezolanas.
Marco Rubio llega a Quito en un momento de sintonía entre Estados Unidos y Ecuador, con el presidente Daniel Noboa como uno de los principales aliados en la región en la lucha contra el crimen organizado.
El máximo representante de la diplomacia estadunidense tiene pautada este jueves 4 de septiembre una reunión con el mandatario ecuatoriano en Carondelet y posteriormente con varios ministros de su gabinete. Tras los encuentros ofrecerá una rueda de prensa.
Está previsto que las partes discutan medidas contundentes contra los carteles de droga, el tráfico de fentanilo y la inmigración irregular.
De hecho, el ministro del Interior de Ecuador, John Reimberg, anticipó en una entrevista con la prensa local que, en la visita de Rubio esperan nuevos acuerdos en materia de seguridad, en concreto para reforzar la lucha contra el crimen organizado.
La primera visita de Rubio a Ecuador desde que el pasado enero asumió el liderazgo de la diplomacia estadounidense llega en un momento de sintonía entre ambos países, con el Gobierno del presidente Daniel Noboa posicionado como uno de los principales aliados en Latinoamérica para la Administración de Donald Trump.
El Gobierno de Noboa sigue tomando medidas para renovar su lucha contra el crimen organizado. La más reciente decisión al respecto llegó el pasado 1 de septiembre cuando renovó la cúpula de las Fuerzas Armadas del país.
Noboa argumenta esos movimientos como parte de una estrategia para desmantelar las organizaciones de narcotráfico, cuyos crímenes azotan a la población, mientras en el país escalan los índices de violencia.
En medio de su política para combatir la violencia vinculada a las bandas delictivas y transnacionales, Noboa también impulsa el retorno de bases militares extrajeras, para lo cual promueve una consulta popular.
Sin embargo, la oposición del correísmo sostiene que ese paso implicaría la pérdida “irreversible” de la soberanía ecuatoriana.
El contexto de Ecuador en torno al crimen organizado
La política de mano dura de Noboa contra ese flagelo fue instaurada con la declaración del "conflicto armado interno", en enero de 2024.
Ese paso fue dado en medio de una significativa escalada de la violencia sin precedentes en un país que por años se encontró entre los más pacíficos de la región, pero la penetración de grupos de narcotráfico por distintos países han hecho que la vida tranquila sea ahora parte del pasado, con el surgimiento incluso de cabecillas del crimen de origen ecuatoriano.
Entre ellos, José Adolfo Macías, alias ‘Fito’, quien el pasado julio se convirtió en el primer ciudadano ecuatoriano extraditado a Estados Unidos por cargos de narcotráfico.
Pero su extradición no significa el fin de su banda delictiva ‘Los Choneros’, que ha instaurado el terror entre la población por sus crímenes. Es considerada una de las bandas más temidas del país, y no la única, que ha sostenido vínculos con el mexicano Cartel de Sinaloa y el Frente Oliver Sinisterra, un grupo de las disidencias de las FARC en Colombia, para el tráfico marítimo de drogas hacia México y EE. UU., según el centro de investigación del crimen Insight Crime.
Ahora, la visita de Rubio también coincide con la campaña de EE. UU. contra las bandas con conexiones transnacionales, que incluye el ataque del pasado 2 de enero en el Caribe, contra lo que Washington aseguró que era una embarcación procedente de Venezuela, que transportaba drogas. En la embestida, según Trump, murieron “11 terroristas” del Tren de Aragua.