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Nueva Ley de Adquisiciones abre riesgo de falsificaciones “G5”: sector de papel moneda

La Secretaría de Hacienda, la Condusef y el Banco de México han insistido en que estas piezas carecen de todo valor legal, que su uso constituye un delito.
viernes, 3 de octubre de 2025 · 16:37

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El sector de papel moneda y tintas de seguridad se encuentra preocupado por la entrada en vigor de la nueva Ley de Adquisiciones en sectores estratégicos, ya que existe el riesgo de que se facilite la proliferación de los llamados “billetes G5”, falsificaciones sofisticadas que han circulado en plataformas digitales como si fueran auténticas. 

La inquietud surgió luego de que el pasado 10 de abril el Senado aprobó la nueva Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público, junto con reformas a la Ley de Obras Públicas.  

Con esta reforma se puso fin al sistema CompraNet, vigente desde 1996, y se abrió paso a la creación de la Plataforma Digital de Contrataciones Públicas y la Tienda Digital del Gobierno Federal. Asimismo, se redujo de 30 a 20% el límite de adjudicaciones directas. 

Empresas del sector de papel moneda y tintas de seguridad, que solicitaron no ser nombradas, explicaron a Proceso que han surgido dudas sobre los efectos que podrían tener los nuevos esquemas de contratación en áreas particularmente sensibles. 

El mayor riesgo, señalaron, es que aumente la circulación de los denominados “billetes G5”. La Secretaría de Hacienda, la Condusef y el Banco de México han insistido en que estas piezas carecen de todo valor legal, que su uso constituye un delito y que la sola posesión de billetes falsos puede derivar en sanciones de hasta 12 años de prisión. 

“Los G5 refleja lo vulnerable que puede ser la cadena de confianza en la moneda. Cada billete auténtico es resultado de un proceso de alta seguridad. Debilitarlo con criterios de corto plazo sería abrir la puerta a riesgos mayores”, dijo una de las fuentes consultadas. 

De acuerdo con las empresas, con la nueva ley existe la posibilidad de que la autoridad opte por lo barato y no por la especialización ni la calidad.  

“Las tintas de seguridad o papel moneda requieren proveedores con experiencia técnica probada, capacidad de reacción en situaciones de crisis y cumplimiento de estrictos estándares internacionales. No es lo mismo comprar papelería que adquirir insumos para imprimir billetes o emitir pasaportes. Si el criterio predominante es el precio más bajo, lo que parece un ahorro puede transformarse en un problema de confianza pública”, señalaron. 

Añadieron que mecanismos como compras consolidadas o subastas inversas podrían generar ahorros en sectores de bajo riesgo, pero aplicar esas medidas de manera uniforme en áreas críticas, como billetes, pasaportes o sistemas de pago, pondría en riesgo la seguridad nacional y la estabilidad financiera, por ello se daría la proliferación de estas falsificaciones. 

El espejo colombiano 

El sector recordó que los riesgos no son exclusivos de México. En 2025, Colombia intentó trasladar la producción de pasaportes a la Imprenta Nacional, en un esfuerzo por reducir costos y ganar autonomía.  

El ajuste, realizado sin la preparación suficiente, derivó en retrasos en citas, incertidumbre sobre la validez de los documentos y un fuerte desgaste reputacional para el gobierno. 

El episodio obligó a una rectificación y a buscar acuerdos internacionales de emergencia para garantizar la continuidad del servicio. 

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