Argentina

Maradona: juicio revela las decisiones médicas que pudieron llevar a su muerte

Diego Armando Maradona no fue sometido a exámenes preoperatorios antes de la cirugía craneal, su informe médico fue falsificado y la intervención de un equipo médico independiente fue bloqueada por uno de los acusados.
sábado, 3 de mayo de 2025 · 09:27

Diego Armando Maradona no fue sometido a exámenes preoperatorios antes de la cirugía craneal que se le practicó en la clínica Los Olivos 22 antes de su muerte, su informe médico fue falsificado y la intervención de un equipo médico independiente fue bloqueada por uno de los acusados, de acuerdo con las declaraciones de varios testigos en el juicio que se sigue en un tribunal de San Isidro.

Las audiencias de las últimas dos semanas han arrojado luz sobre las decisiones médicas tomadas luego de que a Maradona se le detectara un hematoma subdural.

Una de las más sorprendentes revelaciones fue que Leopoldo Luque, uno de los imputados por homicidio simple con dolo eventual y médico de cabecera del ‘Pelusa’, no efectuó la cirugía, aunque su nombre aparece en el informe.

Además, testimonios recientes han revelado los intentos de los principales miembros del equipo médico, Luque y la psiquiatra Agustina Cosachov, por asegurarse de que sus nombres quedaran excluidos de los informes sobre la decisión de que Maradona completara la recuperación en su casa.

Luque y Cosachov están acusados junto a otros seis miembros del equipo que atendió a Maradona en sus últimos días. Cinco de ellos están respondiendo al mismo juicio en el tribunal de San Isidro, y otra más, la enfermera Dahiana Madrid, será encausada a partir del julio en un proceso con jurado.

Mensajes contradictorios sobre los últimos minutos

Una serie de mensajes en el grupo de WhatsApp del equipo médico revelada durante el juicio mostró inconsistencias en los reportes de los responsables en las últimas horas de vida del ‘Pelusa’.

A las 8:01 am del 25 de noviembre de 2020, día de la muerte, el enfermero Ricardo Almirón, uno de los imputados, reportó que el paciente descansaba “en buena forma”, y que se había rehusado “a la ingesta de sólidos”. Dos minutos después informaba “diuresis + catarsis-”, en referencia a la excreción de orina del paciente.

A las 8:52, el grupo registra un nuevo mensaje, esta vez emitido por Madrid, en el que informa que “el paciente sigue descansando”.

La siguiente publicación en la mensajería es de Nancy Forlini, coordinadora médica de la empresa Swiss Medical, responsable de la atención durante la internación domiciliaria. A las 12:42 pm, Forlini escribe “por favor, novedades del domicilio. Está yendo un móvil en código rojo”.

Ante esto, Pedro Di Spagna, médico clínico y también imputado, pide más detalles, a lo que Forlini responde “refieren que lo están reanimando, no tengo más información”.

El chat no es consistente con el dictamen de Carlos Mauricio Cassinelli, perito a cargo de la autopsia, quien en su informe final refirió que el corazón de Maradona “pesaba 503 gramos, el doble de un peso normal”, y que habían encontrado “coágulos cruóricos”, que reflejan que el paciente pasó por un estado de agonía.

Según la opinión médica de Cassinelli, Maradona pudo haber pasado una larga agonía de hasta 12 horas, aunque la duración exacta es imposible de precisar, de modo que los reportes de los responsables de su cuidado no son consistentes con lo revelado por los hallazgos forenses, y podrían indicar fallas en el monitoreo.

Operación innecesaria y recuperación mal llevada

La décima audiencia tuvo como testigos a cuatro médicos de la clínica Ipensa de La Plata, adonde Maradona fue trasladado luego de que se le viera en muy malas condiciones durante el homenaje que el club Gimnasia y Esgrima, del que era director técnico, le dispensó por su cumpleaños el 30 de octubre de 2020.

Flavio José Tunesi, traumatólogo del equipo, sugirió revisar a Maradona en la clínica en la que él tenía su consulta privada. Allí lo atendieron el neurocirujano Guillermo Burry, el médico clínico Marcos Correa y el neurólogo Martín Cesarini.

Una tomografía axial computarizada (TAC) detectó el hematoma subdural, pero la valoración clínica de los dos especialistas coincidió en que no era necesario operar, porque el paciente estaba “lúcido y vigil” y la acumulación de sangre entre el cráneo y el cerebro estaba ubicada en un área que no entrañaba riesgo.

Luque no estuvo de acuerdo con la opinión de sus colegas, y recomendó el traslado de Maradona a la clínica Los Olivos, donde fue operado el 3 de noviembre.

Fernando Villarejo, director de la unidad de cuidados intensivos de ese centro, declaró en la audiencia número 14, dos semanas después de los especialistas del Ipensa, y agregó detalles hasta ahora desconocidos sobre el tratamiento del ‘Pelusa’.

Villarejo aseguró que a Maradona se le concedían licencias incompatibles con los desafíos de salud que imponía la pandemia del covid-19, como “visitas en medio de la cuarentena”, y con la seriedad de su cuadro clínico, porque apenas tres días después de la intervención ordenaba comida no saludable, como hamburguesas.

“Todo estaba permitido dentro de la habitación. Fue vergonzoso lo que pasó allí. Asumo la responsabilidad”, declaró Villarejo.

El intensivista agregó que no hubo exámenes preoperatorios antes de la cirugía, y que días después, Luque le ordenó sedarlo para “tratar de desintoxicarlo”, porque debido a sus excesos en el consumo de drogas y alcohol se hacía cada vez más difícil de manejar.

“Lo que nos pedían era sedar al paciente, Cosachov y Luque me lo estaban pidiendo. Fue difícil esa reunión porque yo me negué específicamente”, agregó Villarejo, quien apuntó que hizo constar sus objeciones en los informes.

Villarejo también hizo saber a sus colegas que no estaba de acuerdo con la internación domiciliaria y denunció que Luque prohibió la entrada de dos médicos citados por las hijas de Maradona para una evaluación independiente: Mario Schiter (que lo había atendido durante una desintoxicación en Cuba) y una psiquiatra.

Otra autoridad de la clínica Los Olivos, el jefe de cardiología Sebastián Nani, también declaró en una audiencia anterior que había mostrado su opinión en contra de que Maradona fuera dado de alta, por considerar que “era un paciente de alto riesgo que presentaba síntomas de abstinencia y requería cuidados importantes”.

Informes falsificados: entre el ego y el resguardo

Dos testimonios han revelado la forma en Luque y Cosachov procedieron en los días previos y posteriores a la operación a la que fue sometido el 10 de la selección campeona del mundo en México ’86, y apuntarían a una posible manipulación de informes.

Uno lo ofreció el cirujano Rodolfo Benvenuti, a quien el exabogado y amigo de Maradona, Víctor Stinfale, llamó para ayudarlo a determinar si Luque era el neurocirujano indicado para practicar la cirugía, que reveló que el informe de la intervención fue falseado para incluir el nombre de Luque como responsable.

La declaración de Benvenuti convalidó la de Stinfale, que compareció en una de las audiencias anteriores. El abogado indicó que intervino a solicitud de Giannina, hija del primer matrimonio de Maradona con Claudia Villafañe, quien cuestionaba la calificación de Luque para practicar la operación.

Luque es neurocirujano experto en cirugías de espalda, pero nunca había realizado una cirugía craneal, y así se lo hizo ver Benvenuti, quien coincidió con Stinfale con que el especialista “no estaba a la altura” del desafío que representaba operar a un paciente con las características de Maradona.

Benvenuti relató la acalorada discusión que eso ocasionó entre Luque y Stinfale. El primero acusaba al abogado de quitarle “la oportunidad de su vida”, mientras Stinfali se mostraba de acuerdo con que Luque firmara los informes si era tan importante para él, pero no practicara él la cirugía.

A la postre, Benvenuti terminó formando parte del equipo médico, en un procedimiento que estuvo a cargo de Pablo Rubino y Eduardo Salas, pero Luque apareció en los informes como el responsable de ejecutar la intervención.

La otra declaración que sustenta las acusaciones de falsificación fue la de la psiquiatra Ana Marcela Waisman Campos, quien confirmó que había asesorado a Cosachov sobre la atención del exfutbolista.

Durante su comparecencia, la acusación reprodujo un audio de Cosachov dirigido a Luque, en el que esta citaba una recomendación de Waisman Campos y sugería trasladar a la familia la responsabilidad de la decisión sobre la internación domiciliaria.

“Legalmente nos convenía a nosotros hacer una última evaluación diciendo que la familia, frente a las distintas opciones terapéuticas, es quien, comprendiendo y entendiendo los riesgos de las opciones, se ponen de acuerdo y optan por la internación domiciliaria, porque legalmente nosotros así estamos más cubiertos”, apunta Cosachov en el audio.

Dos de las hijas de Maradona, así como su expareja Verónica Ojeda, coincidieron en señalar que Luque las había convencido de que la mejor alternativa era que Maradona cumpliera en casa su convalecencia, asegurándoles que se garantizaría una dotación médica completa, “lo mismo que en la clínica Los Olivos”, en palabras de Dalma, la menor de las tres hijas.

La decisión sobre cumplir el postoperatorio en casa es clave para determinar responsabilidades, porque tanto la fiscalía como las querellas privadas aseguran que esa reclusión y las condiciones en que se cumplió fueron clave en el desenlace.

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