Teatro/De este lado

“La profesora”

"La profesora" es una obra que se disfruta de principio a fin, tanto por la visión esperanzadora y constructiva de su contenido, como por la interpretación de estos dos grandes actores. 
viernes, 11 de julio de 2025 · 16:24

Los colaboradores de la sección cultural de Proceso, cuya edición se volvió mensual, publican en estas páginas, semana a semana, sus columnas de crítica (Arte, Música, Teatro, Cine, Libros). 

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- La educación formal e informal constituyen un factor básico en el crecimiento de las personas, y la manera en que se aborde, tanto en la escuela como en la familia, definirá el desarrollo de los jóvenes. Así, La profesora de Eduardo Galán, de reciente estreno en el Teatro Jorge Negrete, protagonizada por Sylvia Pasquel y Alberto Estrella, ponen a la vista cómo impactan los problemas de una joven (Daniela) en su padre y la maestra responsable, y la búsqueda que emprenden para poder ayudarla. 

Si bien la historia gira en torno al personaje ausente de la chica con riesgo de reprobar el año en la preparatoria, los protagonistas de la obra son el padre, vendedor de pescados en un mercado, y la maestra que está a punto de jubilarse y sufre el distanciamiento con su hija. 

Ambos comparten sus soledades y sus preocupaciones, desde una hostilidad inicial que poco a poco se va limando a raíz de su convivencia mensual. Ella ha citado al padre en su oficina para hablar de Daniela, que acaba de ser expulsada, para encontrar la manera de que corrija su comportamiento. El padre está a la defensiva sintiéndose responsable y confundido por su proceder, y la maestra se va volviendo empática con la situación de Daniela. 

La profesora, obra dirigida por Hugo Arrevillaga, es una comedia ligera que trata temas sustanciales en la vida de las personas. La educación, los prejuicios, la inteligencia emocional, la soledad y el sentido de la vida. Nos muestra dos personajes disímiles, de contextos sociales y formaciones diferentes que, si en apariencia ella está por encima de él tanto cultural como económicamente, la realidad muestra a seres humanos con?habilidades y deficiencias, que se pueden complementar y llegar a comprender. 

Alberto Estrella, con su carisma habitual y sensibilidad al abordar a sus personajes, encarna a un hombre emotivo capaz de aprender a través de los libros y de su intuición. Le imprime una ingenuidad que nos lleva a la risa, y gracias a su interpretación el humor se vuelve el condimento esencial de la obra. Sylvia Pasquel da al suyo esa entereza frente al otro y esa tristeza en su intimidad. Comparte con el espectador distintas facetas de su personaje y nos sumerge en su verdad. 

El espacio escénico, diseñado por Aurelio Palomino, es sencillo y versátil a la vez. Con módulos pequeños que el actor mueve naturalmente, según sea necesario, amplifica las posibilidades del lugar y del movimiento escénico. El director resuelve el trazo escénico con habilidad para colocar objetos, cambiar de escena y trasladarnos en el tiempo y el espacio. Los actores nunca salen de escena, y con ligeros cambios de vestuario nos permiten acompañarlos en cada una de sus reuniones y en lo que se van transformando. 

La profesora no trata a profundidad la problemática de cada uno de los personajes, presentes y ausentes, pero sí reivindica la tolerancia y la empatía para comprender a los jóvenes y aceptar su condición. Rompe con el juicio hacia los otros y la negación de la diversidad para ofrecer una mirada amorosa hacia los demás y mejorar la convivencia. Se asume que los procesos de identidad de género no son cualquier cosa y que requieren de una atención especial. El autor se preocupa por dar un buen ejemplo a través de estos dos personajes, al igual que reivindica la importancia de la lectura. A lo largo de la obra, vemos cómo la lectura abre mundos y provee al lector de conceptos e ideas sobre la vida que lo enriquecen. Aunque es un tanto inverosímil que pudiera haber una relación amorosa entre los personajes, además de innecesaria,?resulta importante cómo la pieza demuestra la capacidad de entendimiento y colaboración entre las personas, mediante el respeto y la amistad. 

La profesora es una obra que se disfruta de principio a fin, tanto por la visión esperanzadora y constructiva de su contenido, como por la interpretación de estos dos grandes actores. 

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