Teatro

Karina Gidi y su monólogo “Instrucciones para volar”

La pieza, dirigida por José Antonio Cordero y que es presentada en el Foro la Gruta del Centro Cultural Helénico, narra la historia de una actriz desempleada y adicta al internet.
viernes, 31 de octubre de 2025 · 19:26

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La actriz Karina Gidi dice en entrevista que el monólogo “Instrucciones para volar”, que se presenta en el Foro la Gruta del Centro Cultural Helénico, “tiene un poquito de todo lo que me gusta en el teatro”. 

Sigue: 

“Es un espacio para explorar emociones universales, como historias de amor y de tener miedo a vivirlo. Luego está el juego, porque es una obra que permite una cosa muy vertiginosa, pasar de un momento de tensión a un momento totalmente lúdico, de un momento de suspiros a un momento de miedo a sentir cosas más entrañables. Además, corporalmente es retador, tengo que ir y venir, subir y bajar de la silla, cambiar de un personaje a otro. Se vuelve muy divertido de interpretar”. 

La pieza, dirigida por José Antonio Cordero, narra la historia de una actriz desempleada y adicta al internet, además, radica en un país caluroso. Se enamora de un hombre que vive en una nación fría, todo a través de una aplicación en línea. Paralelamente, una sobrecargo comparte con el público una lección sobre el vuelo. 

Además, destaca que el monólogo posee una carga de comedia: 

“Es un humor muy juguetón, hasta cierto punto muy blanco, por eso creo que la obra es para toda la familia. No es un montaje para niños, pero la han llegado a ver niños incluso. Tiene una cosa como muy honesta y casi ingenua”. 

Luego se refiere a la dosis de romance que ofrece: 

“Casi diría que de cursilería, pero lo digo con una sonrisa porque, insisto, creo que las historias de amor le vienen bien en general a todo el mundo, sobre todo pensando que vimos enfrentados todo el tiempo con una 

realidad muy cínica y una realidad muy violenta. Si la gente se da el espacio por una hora de ir a disfrutar un trabajo teatral que tiene esta esencia, pues creo que es como una especie de brisa, como una bocanada de aire fresco”. 

Gidi no deja de lado la música: 

“Se escogió pensando en la facilidad de la guitarra, de moverse con la guitarra por el escenario. El músico aparece en varios momentos acompañándome en escena y lo que hace es generar atmósferas que tienen que ver con este universo del internet que se vuelve una especie de universo onírico. Al final hay una interacción donde compartimos la música en escena, el guitarrista y yo”. 

A decir suyo, “es muy divertido representar a actores y actrices, porque me parece que los actores y actrices tenemos la libertad de poder burlarnos un poco de nuestro oficio. Esta obra la escribí cuando era muy joven, entonces era muy fácil reírme de una actriz joven desempleada”. Continúa: 

“Ahora adquiere otros matices porque es una actriz madura desempleada, pero la broma, la burla y un poco de carrilla, siempre es divertido en escena”. 

Sobre las relaciones amorosas en línea, añade: 

“A diferencia de cuando escribimos José Antonio Cordero y yo este monólogo, hoy es muy fácil enterarte de historias que surgen a través de las distintas aplicaciones que hay para justo conocer a personas con las que puedas salir y comenzar una relación. Antes era una completa rareza, era algo totalmente extraordinario. Es interesante y que creo que debemos seguir buscando la manera de conectar emocionalmente. Mira, siento que tiene algo de decimonónico también, porque antes la gente se escribía cartas y se enamoraba a través de la palabra escrita. 

“Y creo que ahora puede suceder algo similar. Cuando tú intercambias mensajes con una persona para empezar a conocerla, es muy sorprendente 

todo lo que puedes percibir de una persona a través de sus mensajes, por la forma en que los escribe, su inteligencia o su sensibilidad, por cómo narra las cosas, por las preguntas que te hace, por la frecuencia con que te escribe, por la forma en que te escucha y te lee. Es una alternativa totalmente válida y bonita para conocer gente y enamorarse”. 

Refuerza: 

“Es una obra hecha con todo el compromiso y con muchos retos a nivel actoral en cuanto a maleabilidad, en cuanto a lo vertiginosas que son algunas de las escenas, voy y vengo de un espacio y de un personaje al otro. Tiene un alma ligera, un alma entrañable, y eso es lo que aporta, en medio de un mundo caótico y cínico. Aporta un granito de arena muy amoroso”. 

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