Computación

Computación: La historia del código de barras

A mediados del siglo XX, exactamente en 1948, Bernard Silver y Norman Joseph Woodland, estudiantes de la Universidad de Drexel en Filadelfia, conciben la idea de un sistema de lectura automática de productos.
miércoles, 19 de marzo de 2025 · 10:20

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El mundo moderno tiene un número enorme de inventos que usamos cotidianamente. Uno de ellos es el cárras, con el que se etiquetan un sinfín de productos y que, con lectores ópticos, las cajeras registran para que paguemos por ejemplo, en nuestras compras en el supermercado, aunque –desde luego– hay muchas aplicaciones para esta tecnología: Control de inventarios, puntos de venta, control de calidad, control de embarques y recibos, control de documentos y rastreos de los mismos, facturación y hasta usos en bibliotecas. ¿Pero cómo funcionan? ¿A quién se le ocurrió esta idea? 

A mediados del siglo XX, exactamente en 1948, Bernard Silver y Norman Joseph Woodland, estudiantes de la Universidad de Drexel en Filadelfia, conciben la idea de un sistema de lectura automática de productos. Anterior a esto las cajeras de supermercados, por ejemplo, estaban obligadas a teclear los precios de los productos. Esto era lento y tedioso, y no libre de errores. Así que inspirados en el código Morse, imaginaron un patrón de líneas y espacios que pudiera ser leído por una máquina. Al año siguiente Woodland y Silver solicitan la patente de su invención, que es concedida en 1952. Esta patente describe un sistema de código de barras circular, similar a un “ojo de buey”. 

En los años 60s del siglo pasado, los ingenieros Raymond Alexander y Frank Stietz implementan un sistema de código de barras para la identificación de vagones de ferrocarril y diez años después George Laurer, ingeniero de IBM, desarrolló el Código Universal de Producto (UPC), que no es otra cosa más que el código de barras rectangular que conocemos hoy en día. Este diseño supera las limitaciones del código circular y se convirtió en el estándar de la industria. El primer producto que usó este código de barras fue un paquete de chicles Wrigley’s, el 26 de junio de 1974. 

Cabe decir que la idea del código de barras nació del código Morse, en donde se usan dos símbolos, punto y raya. Básicamente la idea fue extender estos dos elementos en barras verticales hacia abajo. Sin embargo, este código no es simple, sino que tiene un número importante de ideas implementadas para hacerlo eficiente. Por ejemplo, ¿cómo es que los lectores pueden leer este código aunque esté de cabeza? ¿Qué pasa si el código de barras está roto o manchado y no se puede leer en su totalidad? Más aún, ¿Es posible falsificar los códigos de barra?  

Los ingenieros que crearon este sistema utilizan toda una nomenclatura. Por ejemplo, se tienen cuatro conceptos fundamentales:  

Módulo: es la unidad mínima o básica de un código. Las barras y espacios están formados por un conjunto de módulos. 

Barra: el elemento oscuro dentro del código. Se hace corresponder con el valor binario 1. 

Espacio: el elemento claro dentro del código. Se hace corresponder con el valor binario 0. 

Caracter (símbolo): formado por barras y espacios. Normalmente se corresponde con un caracter alfanumérico. 

Hay además funciones técnicas de los caracteres contenidos en un código de barras: 

Quiet Zone (izquierda y derecha). 

Carácter inicio (derecha). 

Caracteres de datos. 

Checksum (dígito verificador). 

Carácter terminación (izquierda). 

Por ejemplo, la idea de la “quiet zone” se desarrolla poniendo la mitad del código que pueda leerse a la derecha, mientras que la otra mitad se lee a la izquierda. Es decir, del centro del código `parten los símbolos a los extremos. La idea es que los lectores puedan interpretar el código, se ponga de cabeza incluso. Por otra parte, se tiene un dígito verificador, un “checksum”, el cual –a través de una fórmula– permite verificar si ese número identifica a la serie de números dados en el código, de manera que si se leyó de forma inadecuada o hubo errores, por ejemplo, por faltar una parte del código (porque se rompió, o porque se manchó (casos relativamente comunes en los productos de los supermercados), el código no pasa y no se registra. Esto impide errores al contabilizar los precios de los productos o en el caso de una fábrica, impedir que pasen registros de partes inadecuadamente.  

Los códigos de barras pueden tener billones de combinaciones y por ende, no se prevé que vayan a saturarse o que no haya más números para que puedan usarse. Sin embargo, Masahiro Hara y su grupo, inventaron el código QR en 1994, mientras trabajaban en una subsidiaria de Toyota. El objetivo era mejorar la velocidad de los códigos de barras en la producción automotriz y de hecho, sus posibilidades son infinitamente mayores, lo cual ya lo vemos en nuestra vida cotidiana. 

 

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