La primera vez de 'La última función”
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El teatro, como lo conocemos, está en pausa. Los vestuarios, los zapatos y las maquetas, metidos en un sueño profundo, esperando ser desempolvados a la tercera llamada.
Pero los actores siguen vivos, y despiertan poco a poco ante las señales de humo de los otros. Humberto Busto convocó a Adriana Jácome, José Sanchis Sinisterra y al director y dramaturgo alemán Roland Schimmelpfennig a dar vida a ‘La última función’, en un video de 17 minutos.
Este escribió el texto ‘Die Letzte Vorstellung’, que se ha publicado ya en su país en varios medios, como un llamado de amor y fuerza a la comunidad teatral. Este ensayo audiovisual lo completa, dando a las palabras cuerpo y voz. Un retrato bello y desolador de cada una de las partículas que hacen el teatro, personas y objetos cuya misión vital es servir a la escena.
Los participantes narran el episodio de un hombre de 50 años parado en un escenario vacío. ¿Qué es el espacio teatral si nadie lo habita? Está preso ahí, encerrado en un limbo sin sentido.
Es el relato de lo que podría ser si los teatros no estuvieran cerrados. Si quienes viven de él y para él no estuvieran llenos de incertidumbre. Si no se sintieran en caída libre, sin saber qué va a ser de ellos, si van a azotar contra el asfalto o a levantar vuelo.
Las bellísimas maquetas, hechas y filmadas por Juan José Tagle Briseño, juegan con luces creando imágenes alucinantes, y conducen al espectador a los escenarios que sólo se pueden visitar enmarcados en la pantalla.
El actor y director Humberto Busto hace un llamado a hacerle frente a la situación, porque no se puede negar lo que está pasando. ¿Qué hacer con eso?
Es una resistencia a desaparecer: “La pesadilla de cualquier creador teatral se ha vuelto realidad”.
Durante el confinamiento, la necesidad de mantenerse aislado es la contraparte del encuentro que representa el teatro: “El mundo se convierte en un archipiélago de soledad”.
‘La última función’ es un aplauso virtual de pie para el teatro, que cierra con una tajante conclusión: “Un artista tiene que ser capaz de soportar todo el dolor del mundo, porque su mayor deber es convertirlo en belleza”.
El proyecto independiente fue adoptado después por Teatro UNAM, que lo mantendrá disponible en su página hasta la tercera semana de julio: https://teatrounam.com.mx/teatro/la-ultima-funcion/