Revista Proceso
Un dinosaurio a prueba de cataclismos
Personificación del viejo régimen priista, el actual director general de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett Díaz, ha sobrevivido durante siete sexenios sorteando los más tenaces señalamientos de autoritarismo, represión y fraudes electorales.PUEBLA, Pue.– Desde su designación como director general de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Manuel Bartlett Díaz ha sido el funcionario más cuestionado y controvertido del sexenio de Andrés Manuel López Obrador que está por concluir.
Y no es para menos: el gobierno que llegó con la promesa de “transformar la vida pública” de México colocó al frente de una de las paraestatales más estratégicas para el país a uno de los políticos que, por su trayectoria política previa a su incorporación al equipo de López Obrador y a la 4T, es la personificación misma del viejo régimen.
Nacido en Puebla el 23 de febrero de 1936, Bartlett Díaz tiene 88 años y ha estado vigente en el sistema político mexicano por siete sexenios. Inició su carrera a los 26, en 1962; fue militante del PRI por 55 años, donde era considerado uno de los llamados “dinosaurios”.
Durante décadas, Proceso ha dado cuenta de su polémica trayectoria y contrastante en la vida pública y política del país.
Dos veces buscó ser candidato presidencial, en los comicios de 1988 y de 2000.
Fue secretario general del Revolucionario Institucional, de 1981 a 1982; titular de Gobernación en el sexenio de Miguel de la Madrid Hurtado, de 1982 a 1988; secretario de Educación en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, de 1988 a 1992; gobernador de Puebla, de 1993 a 1999, y senador priista, de 2000 a 2006.
A finales de los noventa, Bartlett se asumió como una voz crítica que demandaba la democratización del PRI, aunque cargaba con un pasado que lo relacionaba con fraudes electorales, en particular en 1988, con la histórica “caída del sistema” que posibilitó la llegada de Carlos Salinas de Gortari a la Presidencia.
En 1999, cuando buscó por segunda ocasión ser candidato presidencial, denunció falta de equidad y uso de recursos públicos en el proceso interno del tricolor. Sin embargo, fue el primero en ir a levantarle el brazo a Francisco Labastida Ochoa. Luego de esto, obtuvo la candidatura a senador.
En el sexenio de Vicente Fox, Bartlett tomó la bandera del antineoliberalismo, pese a que formó parte de los dos gobiernos –con De la Madrid y Salinas– en los cuales se aplicó ese sistema económico en el país.
Incluso en 2003, el entonces senador estuvo en una rueda de prensa con Cuauhtémoc Cárdenas, para rechazar la privatización del petróleo y de la energía.
En los comicios de 2006 llamó a los priistas a ejercer el voto útil en favor de Andrés Manuel López Obrador y a partir de entonces tuvo acercamientos con el tabasqueño, aunque luchadores de izquierda le siguen endilgando su pasado autoritario y represor.
Hay que recordar que en 1994, cuando López Obrador contendió contra Roberto Madrazo Pintado por la gubernatura de Tabasco y procedieron sus denuncias por fraude electoral, Bartlett, entonces gobernador de Puebla, fue uno de los que respaldaron al priista para que se mantuviera en el gobierno.
Aunque no tuvo cargos públicos durante el calderonismo, se mantuvo vigente mediante la publicación de los libros El petróleo y Pemex, despojo a la nación y El país a debate. Entonces se acabó de acercar al movimiento lopezobradorista hasta ser postulado en 2012 por el PT, aliado de López Obrador, de nueva cuenta al Senado.
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Fragmento del texto publicado en la edición 0014 de la revista Proceso, correspondiente a agosto de 2024, cuyo ejemplar digital puede adquirirse en este enlace.