Revista Proceso

Entrenadores de gimnasios: La mano que mece la cuna del dopaje

El deseo de obtener resultados rápidos y de ver compensado el esfuerzo físico ha provocado que en los gimnasios prolifere el uso de esteroides, anabolizantes y estimulantes por recomendación de los propios entrenadores.

Entre 2018 y 2023, 76 deportistas mexicanos fueron sancionados por haber dado positivo a una sustancia prohibida, de los cuales 18 practican powerlifting, otros cuatro son de fisicoculturismo y cinco más pertenecen a una modalidad llamada body building, estos datos revelan que el 35.5 por ciento de los castigados están ligados a ejercicios de fuerza como los que cualquier persona realiza en un gimnasio.

El Comité Nacional Antidopaje (CNA) dio a conocer dichas cifras en las que también hizo públicos los nombres y apellidos de los infractores —como lo marca el Código Mundial Antidopaje—, el tiempo durante el cual no podrán competir y los nombres de las sustancias que consumieron: estimulantes, esteroides anabólicos y diuréticos, que se encuentran en suplementos alimenticios y medicamentos de libre venta en farmacias, tiendas autorizadas y en línea.

De acuerdo con la información disponible en el micrositio del CNA — organismo que opera en México bajo el auspicio económico de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) y cuya responsabilidad es prevenir y luchar en contra del dopaje— 2018 fue el año con mayor número de casos positivos reportados en el powerlifting con ocho, de los cuales seis son hombres y dos mujeres; en 2019 fueron dos (uno y una), en 2021 tres (dos y una), en 2022 también tres (uno y dos) y en 2023 otros dos hombres.

A estos hay que añadir los cinco positivos registrados durante 2022 en body building (tres mujeres y un hombre) y cuatro en fisicoculturismo (una mujer y tres hombres) para un total de 27 personas, 17 hombres y 10 mujeres que, si bien las disciplinas que practican están federadas, ninguno aspira a participar en competencias internacionales del ciclo olímpico, es decir, están en el deporte competitivo, pero alejados de los reflectores. Lo anterior no los exenta de cumplir con las disposiciones que marca el Código Mundial Antidopaje que se aplican a través del CNA.

La alerta que encienden estos resultados no sólo tiene que ver con no hacer trampa en competencias donde existen premios económicos para los ganadores, también está relacionada con el daño a la salud que genera el uso de las sustancias que se les detectó a estos deportistas que forman parte del sector amateur.

Los resultados de los controles antidopaje arrojaron anabólicos como el clembuterol y la trembolona, esteroides como la boldenona, el estanozolol; moduladores hormonales como el anastrozol, la ostarina y el tamoxifeno, éste es un medicamento con el que se trata el cáncer de mama.

A quienes lo usan con otros fines les sirve para bloquear la aromatasa, una enzima que el cuerpo produce por el consumo de anabólicos esteroideos que propicia en los hombres el crecimiento de las glándulas mamarias (ginecomastia).

En el cuerpo de los deportistas también hallaron diuréticos como la furosemida y la canrenona que se utilizan para perder peso, pero a la vez enmascaran el uso de otras sustancias. En cuanto a los estimulantes, el más presente es la metilhexanamina, un compuesto sintético parecido a la anfetamina.

La tentación

Quienes practican el powerlifting suelen ser personas comunes y corrientes que asisten a un gimnasio y son captados por los entrenadores para ayudarlos a conseguir sus objetivos que siempre son los mismos: perder grasa y aumentar la masa muscular. Se trata de hombres y mujeres de todas las edades que no tienen una formación sobre el uso de las sustancias para mejorar el rendimiento y que son víctimas fáciles para persuadirlos de que usen suplementos alimenticios.

Fragmento del reportaje publicado en la edición 0010 de la revista Proceso, correspondiente a abril de 2024, cuyo ejemplar digital puede adquirirse en este enlace.

Comentarios