Altos Hornos de México
Altos Hornos de México: incertidumbre, negociaciones y crisis regional
Como no ocurría en unos 15 años, las puertas de Altos Hornos de México (AHMSA) fueron escenario de quema de llantas, consignas y amagos de conflicto laboral en el contexto de una crisis económica regional que tiene en la incertidumbre a más de 70 mil trabajadores.Con el contrato colectivo de la Sección 147 a punto de vencer, surgieron protestas en Altos Hornos de México entre los trabajadores sindicalizados y una facción simpatizante de Napoleón Gómez Urrutia; además se manifestaron empleados de confianza, luego de que se habían sumado exesposas de obreros que demandan el pago de la pensión alimenticia. A esta crisis en la acerera se añade que desde enero hay retraso en el pago de nómina y el incumplimiento de prestaciones. Se trata, pues, de un conflicto que tiene el potencial de impactar negativamente a las familias de la región.
MONCLOVA, Coah. (Proceso).– Las protestas se radicalizaron en la última semana de abril y, como no ocurría en unos 15 años, las puertas de Altos Hornos de México (AHMSA) fueron escenario de quema de llantas, consignas y amagos de conflicto laboral en el contexto de una crisis económica regional, que tiene en la incertidumbre a más de 70 mil trabajadores.
Además, a punto de fenecer el contrato colectivo de la Sección 147, que junto con la 288 agrupan a los trabajadores sindicalizados, una facción simpatizante de Napoleón Gómez Urrutia intentaba infructuosamente reagruparse y retomar el control gremial.
El 25 y 26 de abril último, además de cientos de trabajadores directos de la acerera (de unos 17 mil que forman la planta laboral), por las principales avenidas de esta ciudad también marcharon en protesta los empleados de confianza luego de que, desde principios de mes, se habían sumado exesposas de obreros que demandan el pago de la pensión alimenticia.
Si bien el 27 de abril pasado la empresa realizó un depósito, la crisis acumula desasosiegos, pues desde enero el retraso en el pago de nómina y el incumplimiento de prestaciones, liquidadas una y otra vez pero con semanas de retraso, abonan a la inestabilidad a la que, por ahora, no se han sumado las históricas secciones 147 y 288, que en el pasado fueron parte del sindicato minero.
Las redes sociales, principalmente Facebook, desbordaban en comentarios de trabajadores y familias desesperadas, mientras que las principales publicaciones y las secciones especializadas de negocios planteaban un panorama incierto:
Alonso Ancira Elizondo renunció a la presidencia del consejo de administración el 31 de marzo último, para hacer efectiva la dimisión apenas se vendiera el paquete accionario que ostentaban él, Javier Autrey Maza y otros socios históricos. La venta de acciones había sido presionada por el gobierno federal, como un asunto que el propio presidente, Andrés Manuel López Obrador, había promovido y declarado simpatía en numerosas mañaneras.
En las semanas precedentes el gobierno se había radicalizado con la exigencia de cumplimiento de pagos que adeudaba la empresa y que se comprometió a liquidar a cambio de liberar a Alonso Ancira, quien enfrentaba un proceso penal por la venta a sobreprecio de la planta de Agronitrogenados durante el sexenio pasado y que significaba una de las acciones emblemáticas del caso contra Emilio Lozoya.
Además, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) le había cortado la luz a AHMSA y Pemex dejó de abastecerle gas. Desde el 28 de febrero pasado la siderúrgica estaba inoperante, así como sus subsidiarias y toda la cadena productiva.
El 20 de abril último, en un comunicado se informó que el fondo de inversión estadunidense Argentem Creek Partners, que dirige Daniel Chapman, había alcanzado una serie de compromisos de compra de acciones, además de la inyección de 200 millones de dólares para la reactivación.
Las primeras señales sobre la negociación ocurrieron el 27 de abril, cuando se liquidó la mayor parte de los adeudos de nómina, mientras que la CFE reconectó la electricidad (en aparente cumplimiento de un amparo que se le había concedido a la empresa) hasta el lunes 1. Pero ni así fue posible que volviera a operar, pues aún faltaba la reconexión del abasto de gas.
Altibajos en AHMSA
Para entonces, la empresa acumulaba una historia de tres décadas de altibajos y cuando menos cuatro años de una crisis que se fue profundizando por diferentes factores desde que, a finales de mayo de 2019, fue detenido en España el presidente del consejo de administración de la empresa, Alonso Ancira.
Al frente de AHMSA, Ancira acababa de salir apenas en 2016 de la peor suspensión de pagos que haya vivido alguna empresa en México y sus acreedores dentro y fuera del país. El origen de las crisis recurrentes se remonta a la privatización de 1991, cuando el gobierno de Carlos Salinas de Gortari aceptó la oferta que Ancira y su socio, Xavier Autrey, hicieron por 145 mil millones de pesos.
La acerera fue proyectada en el sexenio de Lázaro Cárdenas e inaugurada en 1942 en Monclova por la empresa estadunidense The American Rolling Company (ARMCO) en sociedad con el Estado, a unos 200 kilómetros de la frontera con Texas y buenas comunicaciones a los yacimientos de fierro de Cerro de Mercado Durango y, más tarde, Hércules, así como a poca distancia de la región carbonífera coahuilense.
Los vaivenes propios de las malas administraciones paraestatales y algunos conflictos sindicales, acentuados en los ochenta, la colocaron en la vorágine privatizadora del salinismo que la desincorporó por los mencionados 145 mil millones de pesos. Pero los fondos no eran propios y la dupla Ancira-Autrey contrajo una deuda, que para 1999 fue insostenible.
De por sí el saneamiento y modernización de la empresa a partir de 1991 implicó despidos laborales masivos; una mala proyección del precio internacional del acero causó la insolvencia para pagar una deuda que en 1999 se elevaba a 2 mil 300 millones de dólares. Ancira consiguió la suspensión de pagos y con ello, una profunda crisis se acentuó en las regiones centro y carbonífera de Coahuila, dependientes mayoritariamente de AHMSA, con pérdida de empleos directos e indirectos.
La situación llevó a la empresa a salir de la Bolsa Mexicana de Valores, enfrentó demandas de bancos nacionales y extranjeros, el cobro de acreedores y un adeudo fiscal que reclamó la Secretaría de Hacienda del foxismo, llevando a Ancira a refugiarse en Israel, mientras que Autrey huyó a España.
Para 2005 habían conseguido renegociar deuda, reestructurar y liquidar, de manera que las condiciones se iban resolviendo y Ancira regresó a México, sólo para enfrentar las convulsiones del sindicato minero detonadas durante los gobiernos panistas a partir de febrero de 2006; no obstante, en este periodo le favoreció el precio internacional del acero.
Otra crisis en la acerera se presentó en el gobierno de Vicente Fox, quien retiró la toma de nota a Napoleón Gómez Urrutia otorgándosela a un antiguo aliado de su padre, Elías Morales. El 17 de febrero de 2006 una irrupción violenta de la sede sindical inició una serie de movimientos que convulsionaron las regiones mineras y siderúrgicas del país, en paralelo al infructuoso rescate de mineros de Pasta de Conchos, ocurrida el 19 de febrero, y finalmente, la liberación de órdenes de aprehensión sobre el dirigente sindical el 25 de ese mes, que lo obligó a exiliarse en Canadá hasta 2018.
Los choques de trabajadores que apoyaban a Napoleón Gómez con el gobierno tuvieron su momento más álgido aquel año en Lázaro Cárdenas, Michoacán, con saldo de dos muertos; en otras zonas, incluida Monclova, los enfrentamientos entre los propios mineros llegaron a las calles años después, con la exclusión de los napistas y las secciones a modo del propio Ancira, quien presuntamente había ayudado a Gómez Urrutia a abandonar el país.
Mancha negra
La carretera federal 57 México-Piedras Negras cruza la llamada “capital del acero”, y a través del bulevar Harold R. Pape, que es la vía principal de comunicación de Monclova y que lleva el nombre del ingeniero estadunidense, a quien se considera artífice de la acerera y otras empresas de la región, al procedente del sur un paso a desnivel le anuncia el arribo a la ciudad, pues desde lo alto es posible ver brevemente el tamaño de la siderúrgica iluminada desde 1942.
Pero desde febrero y hasta el 1 de mayo, por primera vez en su historia, una enorme mancha negra se observó entre las urbanizaciones de los municipios conurbados de Monclova y Frontera. El motivo: la CFE le cortó a AHMSA el suministro de luz por el adeudo por 178 millones de pesos, mientras que a Pemex le debe 108 millones de dólares, además en enero dijo el presidente López Obrador, que esa industria tiene adeudos con el SAT y con el IMSS.
Hasta el cierre de edición, AHMSA seguía sin operar, aun con la aparente inyección de los primeros 50 millones de dólares de Argentem Creek Partners.
El adeudo con Pemex es superior pues no está en el cálculo el suministro de gas, los 108 millones de dólares son producto del asunto que trajo a AHMSA hasta aquí: la compra-venta de Agronitrogenados, una fábrica de fertilizantes localizada en el Complejo Pajaritos, ubicada en Coatzacoalcos, Veracruz.
Durante la privatización salinista, en 1991, Agronitrogenados fue adquirida por un consorcio en el que tenían la participación mayoritaria los hermanos Montemayor, del economista y político Rogelio Montemayor Seguy, quien fungía como senador del PRI en ese tiempo y luego se convirtió en gobernador en 1993, pero tras el escándalo detonado por el diario Reforma, vendieron a AHMSA el complejo.
Con Ancira a la cabeza, intentaron poner en marcha la producción, pero por la crisis de la acerera en 1999 la dejó inoperante y con un conflicto laboral activo; 14 años después el gobierno de Enrique Peña Nieto recompró la planta. Con la suerte y el gobierno sonriéndole, Ancira levantó la vieja suspensión de pagos en 2016.
Pero el asunto de Agronitrogenados lo alcanzó dos años después: en la campaña de 2018 López Obrador habló con frecuencia del asunto y para finales de mayo de 2019 Alonso Ancira fue detenido en Palma de Mallorca, España. Según el presidente López Obrador, así como las causales del caso penal que se siguió contra Ancira en 2019, la adquisición fue a sobreprecio por una planta chatarra que se concretó en 500 millones de dólares, cuando quizá costaba la mitad.
La empresa tuvo repercusiones por esa detención y acusó una caída de 28% en las ventas de 2019, su deuda con los acreedores regionales fue de 250 millones de pesos, hubo una pérdida de 15% de los empleos formales de la región para enero de 2020 y se presentaron los primeros registros de protesta por el retraso en la nómina. Aunado a esto siguió la pandemia y los vaivenes de los precios internacionales del acero con el inicio de la guerra Rusia-Ucrania.
Durante los primeros tres años de este sexenio el presidente López Obrador se pronunció varias veces porque Ancira vendiera la empresa y abiertamente dijo que el comprador podría ser Julio César Villarreal Guajardo, el presidente de la regiomontana Villacero.
Hace ya dos años, el 19 de abril de 2021, que Ancira consiguió un convenio para salir de prisión, mediante un acuerdo reparatorio de 216 millones 664 mil dólares a Pemex por el asunto de Agronitrogenados. Sin embargo, ya no pudo levantar el vuelo y, en el monumento al “Ave Fénix”, figura mitológica frecuentemente invocada por el otrora “rey del acero”, el deterioro fue imparable.
El pasado 18 de abril, en el Diario oficial de la Federación se formalizó la quiebra dictaminada en febrero pasado. El vocero de la empresa, Francisco Orduña, sostiene que ésta no está quebrada, sino en proceso de quiebra y que las medidas de mitigación, salvaguarda de empleos, recuperación y normalización dependen de dos factores: que el nuevo consejo de administración asuma el cargo en unos días y de las decisiones que tome el gobierno federal.
“AHMSA ha resistido cuatro años. Ahora lo que se está buscando es que haya soluciones por parte del gobierno federal”, dijo en referencia al corte de suministros, en estos días específicamente por la falta de gas debido a la deuda con Pemex cuyo monto se desconoce.
La información hasta ahora se ha manejado a cuentagotas y los ejecutivos de la empresa comentan al reportero que es así por lo delicado de las negociaciones con los inversionistas estadunidenses.
Por su parte, Orduña agrega:
“La prioridad en este momento es regresar la empresa a la operación y en eso se está trabajando. Se están buscando los acuerdos que permitan resolver esa situación.”
El vocero añade que los nuevos inversores son “muy ambiciosos” y vienen cargados de proyectos para incursionar en negocios donde AHMSA no podía entrar por falta de capital, que los nuevos jugadores sí tienen.
“Lo que estamos buscando ahora es el futuro: cómo echarla a andar de nuevo para que los trabajadores tengan su pago en las fechas que corresponde y la empresa pueda vender su producto para que tenga ingresos.”