Francia
El Ensamble Tierra Mestiza vibra en París
¡Por fin el Ensamble Tierra Mestiza se presentó en París! El grupo fundado por el maestro Gerardo Tamez lleva casi dos décadas difundiendo en México, América Latina y Estados Unidos un repertorio tan vasto como original, que borra fronteras entre géneros musicales “cultos” y populares.Compuesta en 1976 por Gerardo Tamez, la pieza instrumental de aires mexicanos “Tierra mestiza” ha brindado un sello propio al conjunto Los Folkloristas, cofundado por el músico desde mediados de los sesentas. Y justamente ese es también el nombre que identifica al cuarteto integrado por Teodoro Gálvez, Carlos García, Mercedes Gómez, y el mismo Tamez, de visita exitosa la semana pasada por la Ciudad Luz. Esta experiencia con el ensamble embajador de nuestra cultura y los ecos suscitados se narran aquí en esta crónica de la corresponsal francesa de Proceso.
PARÍS (Proceso).- ¡Por fin el Ensamble Tierra Mestiza se presentó en París!
El grupo fundado por el maestro Gerardo Tamez, guitarrista, arreglista y compositor de amplio reconocimiento nacional e internacional, lleva casi dos décadas difundiendo en México --pero también en América Latina y Estados Unidos-- un repertorio tan vasto como original, que borra fronteras entre géneros musicales “cultos” y populares.
El cuarteto toca con igual talento obras españolas y músicas folclóricas mexicanas y latinoamericanas, nutridas a la vez por el barroco, influencias africanas y árabes, y raíces indígenas. Tres conciertos dieron a conocer en la Ciudad Luz esa propuesta musical sui generis de altísima calidad, a la vez amena y didáctica. El primero se celebró el pasado 30 de marzo en la Casa de México de La Ciudad Universitaria, que festeja sus 70 años; el segundo tuvo lugar al día siguiente en el Instituto Cultural de México ante un público franco-mexicano, mientras que el tercero se realizó en el Espacio Camac el 1 de abril, con una asistencia esencialmente gala, integrada en su mayoría por arpistas sumamente exigentes.
Camac, “la meca del arpa”
Ubicado en el distrito 19, mero corazón musical de la capital, a dos pasos del Conservatorio Nacional Superior de Danza y Música de París y de la Ciudad de la Música --que alberga a la Filarmonía de París y al Museo de la Música--, dicho auditorio privado es considerado como “la meca del arpa” en Francia.
Creada hace cincuenta años, la empresa Camac es una de las cinco manufacturas de arpas que existen en el mundo. Sus cuatro competidoras se encuentran respectivamente en Italia, Estados Unidos, Japón y China. La fábrica, en la que se construyen cada año un promedio de 500 sofisticadas arpas clásicas (con pedales) y 3,000 célticas, de factura más simple, tiene sus talleres en Mouziel, un pueblo bretón de 2,000 almas con un inmenso salón de exposiciones, más una sala de conciertos en París.
Su origen data de 1972. Nació como taller familiar de flautas andinas, los instrumentos predilectos de los hermanos Joël y Gérard Garnier, sus fundadores, de mucho éxito en Europa. Se llamaba Pachacámac (pero sin acento en la “a”) en honor al dios de la creación de la mitología inca; al pasar el tiempo, el nombre quedó simplemente en Camac. Confía Jakez François, su presidente y director desde hace 23 años, también arpista de jazz:
“Me interesan de sobremanera tanto la forma en que el Ensamble Tierra Mestiza interpreta la música barroca, como todas sus demás creaciones. Sin embargo, es la integración de una arpista en ese cuarteto y el rol importante que se le atribuye lo que más me apasiona.
“Lejos de ser un instrumento de acompañamiento, el arpa tiene una participación plena en el Ensamble Tierra Mestiza. Es algo bastante excepcional y fue la razón por la cual invité al grupo al congreso internacional de arpas que organicé en Lima en 2016, en colaboración con Opus Perú Art”.
Y precisa:
“Mercedes Gómez, la mujer en el Ensamble Tierra Mestiza, toca el arpa clásica que es distinta del arpa de la música tradicional mexicana, y es gracias a ella que el cuarteto logra establecer ese puente inédito y muy rico entre el arpa occidental clásica moderna, tal como fue inventada en el siglo 19 en Francia y el arpa tradicional de América Latina”.
El arpista Jakez, quien se autodefine como “conceptor y constructor de arpas”, añade:
“Francia es uno de los países que cuenta con más arpistas en el mundo. En pocas palabras, me sobraban razones para convidar al Ensamble Tierra Mestiza a tocar en el Espacio Camac. Me pareció importante que los arpistas franceses pudieran descubrir cómo interviene su instrumento en ese cuarteto”.
Jakez François puede sentirse satisfecho, pues no solamente los arpistas franceses conocieron al grupo mexicano, sino que muy pronto vibraron al unísono con él. Los sedujo su interpretación de “Los Imposibles” y “El Fandango”, dos piezas del compositor barroco español Santiago de Murcia (1673-1739). Encantó el arreglo para cuarteto que hizo Gerardo Tamez del famoso Danzón N°2 del no menos célebre compositor sonorense Arturo Márquez y la delicada versión de “Tierra Mestiza” (¡claro!), su propia y emblemática obra estrenada en el Palacio de Bellas Artes en 1976.
Sonido envolvente
Fue divertido observar cómo los espectadores, pero sobre todo las espectadoras empezaban a moverse en sus sillas al ritmo irresistible de “Festejando en son”, composición de Carlos García, el dinámico percusionista, flautista y cantante del Ensamble; o percibir el placer de la audiencia, embrujada por el son huasteco y la virtuosidad del violinista Teodoro Gálvez tocando “La Petenera”.
Comenta Mercedes Gómez:
“Nos halagó la reacción de ese público de músicos y musicólogos. El repertorio francés es importante en el mundo del arpa, porque ha marcado la pauta para numerosos compositores y a muchas escuelas de técnica. Pero nosotros invitamos, de manera amable y ligera, a ese selecto público a hacer un viaje histórico desde el Barroco hasta composiciones contemporáneas mexicanas y a descubrir lo que otro tipo de repertorio permite hacer con el arpa… Su respuesta fue inmediata y muy cálida”.
Insiste el maestro Gerardo Tamez, nacido en 1948:
“Entre las características del Ensamble Tierra Mestiza destaca su sonido muy peculiar, muy envolvente. Ese sonido que nos define y distingue se debe al arpa clásica que toca Mercedes y envuelve a los demás instrumentos de cuerdas, ella hace que todos resuenen con empatía”.
Sentados en el auditorio ahora vacío, rodeados por arpas antiguas de la colección personal de Jakez François y de sus creaciones más recientes, entre las cuales destaca un arpa espectacular de azul intenso, creada para el 50 aniversario de Camac, los músicos saborean el placer recobrado de los conciertos. Llevaban casi tres años sin tocar juntos en público debido a la pandemia de covid.
“Nuestro primer concierto post-covid se dio el pasado 16 de marzo en el Conservatorio Nacional de Música de la Ciudad de México. Luego se presentó esa oportunidad en París… ¡Ya era tiempo!”, explica Carlos García con un largo y sonoro suspiro de alivio que hace reír al grupo.
De hecho, frecuentes carcajadas y bromas interrumpen la plática que la corresponsal sostiene con estos cuatro destacados artistas de trayectorias, historias y temperamentos muy distintos, si bien unidos por una amistad cómplice y un deseo inextinguible de romper moldes, sacudir prejuicios, enlazar géneros musicales y épocas, volver asequibles músicas “cultas” y dar sus letras de nobleza a músicas populares y folclóricos.
“¡Nos une también nuestra capacidad de aceptar retos!”, puntualiza divertido Teodoro Gálvez. “Antes de 2016, año en que ingresé al Ensamble Tierra Mestiza, nunca me hubiera imaginado tocar son huasteco. Lo mío era muy distinto”, reconoce provocando nuevas risas. Egresado del prestigioso y estricto Conservatorio Chaikovski de Moscú, el violinista de la Orquesta Filarmónica de la UNAM confiesa que su experiencia en el cuarteto literalmente lo sacudió:
“En la Filarmónica y en conjuntos de música de cámara siempre se toca en un marco estructurado, algo rígido, en cambio con el Ensamble Tierra Mestiza el tipo de música que interpretamos deja un cierto margen de improvisación a cada artista. Al principio esa libertad me perturbó. En nuestros conciertos las cosas pueden ir variando según el sentir del uno o del otro. Hay que estar muy pendiente y reaccionar de inmediato. El grupo además me lanzó otro desafío, pues me puso a cantar…”.
Esencias de una vida
Otras carcajadas. Interviene Carlos García:
“Cuando salió del grupo Ernesto Anaya, que además de tocar violín, cuatro, viola, requinto jarocho, jarana jarocha y huasteca, cantaba muy bien, pensamos que íbamos a tener que convertirnos en un cuarteto instrumental. Lo debatimos, pero nos dimos cuenta de que tocar un son veracruzano o huasteco sin voz no tenía sentido. Nos lanzamos todos a cantar, aún si no suena tan logrado como con Ernesto. Cantamos en forma natural, sin pretender más”.
Peca de modesto el percusionista de Tierra Mestiza, al asumir muy bien lo esencial de la parte vocal del repertorio del cuarteto. Cuenta:
“Mi padre era mariachi, por lo cual crecí en un ámbito de música popular. Toda mi juventud me empapé de esa música y tocaba de todo: guitarra, jarana, charango, mandolina… Me salía todo sin estudiar. Lo mismo pasó con las percusiones, especialmente las latinas. Pero la flauta me exigió una formación académica”.
Contrasta la carrera de Carlos García --músico quien además de tocar con el Ensamble Tierra Mestiza es muy solicitado como percusionista y flautista de jazz-- con la de la arpista polifacética Mercedes Gómez, de formación clásica que lució como solista en las principales orquestas mexicanas e integra el dúo de arpas SONDOS, con Janet Paulus, otra arpista, desde 1999.
Titular de la Maestría en Arpa del Conservatorio Real de Estocolmo, la concertista Gómez obtuvo el Doctorado en Musicología por la Universidad Complutense de Madrid en 2022 y se desempeña como catedrática de arpa en el Conservatorio Nacional de Música de México. Por si eso fuera poco, esta artista inagotable ha impartido clases magistrales en Madrid y Australia, fungiendo como jurado en concursos de música como el del Conservatorio Gnessis de Moscú; escribe cuentos didácticos para alumnos de arpa y estrenó en 2021 Panteón de Fiestas, una obra de teatro de marionetas, con música de Gerardo Tamez.
Al igual que Teodoro Gálvez, la arpista admite que tocar ciertos ritmos del repertorio del Ensamble sigue siendo muy exigente para una concertista de música clásica. Inclusive lo comentó con su público de arpistas en el Espacio Camac, antes de interpretar “Festejando en Son”, diciendo:
“Carlos García, nuestro percusionista y autor de esa pieza incluyó ritmos de músicas de Cuba, Perú y Paraguay --explicó en tono irónico--. A él le va muy bien porque es su especialidad, pero no es realmente la de Teodoro ni la mía. Van a ver: es un buen ejercicio…”.
La audiencia no tardó en medir el nivel de dexteridad que reclamaba tal “ejercicio” y plasmó su asombro en aplausos nutridos.
“Mercedes y Teodoro aportan el rigor de su formación académica al Ensamble Tierra Mestiza, Carlos y yo nuestra larguísima convivencia con la música tradicional y nuestro gusto por las improvisaciones. El cuarteto no toca siempre de la misma manera. Tenemos una estructura, algunas cosas escritas y nos dejamos espacio para improvisar. Somos un poco como músicos de jazz”, recalca Gerardo Tamez.
En realidad, el director del Ensamble Tierra Mestiza concilia un profundo conocimiento de la música tradicional mexicana y latinoamericana a la que se dedicó de lleno a partir de 1966, año en que fundó el famoso grupo musical Los Folkloristas, con su propia formación académica de guitarrista adquirida en el Instituto de Artes de California, el Conservatorio Nacional de Música, la Escuela Nacional de Música de la UNAM y el Centro de investigación y Estudios Musicales (CIEM).
Resulta imposible citar en esa crónica los innumerables homenajes y premios que Tamez recibió a lo largo de su carrera de casi seis décadas como intérprete, arreglista y compositor. Uno simboliza el respeto que inspiran tanto su creatividad y su talento como su persona: en 2018 fue galardonado por el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura de México con la Medalla de Bellas Artes en reconocimiento por su trayectoria y aportes a la cultura mexicana y universal.
“El Ensamble Tierra Mestiza –confía-- representa la esencia de mi vida, es como una recapitulación, una síntesis de lo que soy como músico. Pasé años en la música folclórica y también años en la música clásica, sin jamás establecer una jerarquía entre ellas. Ambas nutren mi creación. Ambas nutren nuestro cuarteto y en realidad, ambas nutren la identidad musical mestiza de México y América Latina”.
Fue ese mestizaje musical de infinita variedad y vitalidad que Mercedes Gómez, Gerardo Tamez, Carlos García y Teodoro Gálvez ofrecieron al público de sus conciertos durante su estadía, demasiado breve, en la Ciudad Luz.