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Ebrard ante Washington: Les ayudamos con el fentanilo, pero frenen el tráfico de armas

Como “una gran ingratitud” califica el canciller Marcelo Ebrard las declaraciones de legisladores de Estados Unidos que achacan a México la responsabilidad por el fenómeno de adicción masiva con fentanilo que azota a esa nación. Y es que, asegura, “somos el país que más les ayuda”.
sábado, 18 de marzo de 2023 · 12:03

Como “una gran ingratitud” califica el canciller Marcelo Ebrard las declaraciones de legisladores de Estados Unidos que achacan a México la responsabilidad por el fenómeno de adicción masiva con fentanilo que azota a esa nación. Y es que, asegura, “somos el país que más les ayuda”. Sostiene que para mantener esa ayuda debe haber “reciprocidad”: que Washington “detenga o reduzca notablemente el tráfico ilegal de armas” que empoderan a los cárteles de la droga, pues hasta ahora el gobierno de Biden no ha realizado “acciones contundentes y efectivas” para frenarlo. “Para nosotros las armas son el equivalente del fentanilo”, afirma.

WASHINGTON (Proceso). – “Es una gran ingratitud, somos el país que más los ayuda”, dice el canciller Marcelo Ebrard en referencia a las quejas y señalamientos que algunos legisladores de Estados Unidos lanzan contra México por la pandemia de consumo de fentanilo y drogas sintéticas que padece ese país.

“En los últimos cuatro años, de 2018 a 2022, México ha incautado 6.4 toneladas de fentanilo”, explica Ebrard en entrevista con Proceso.

El secretario de Relaciones Exteriores anota que por ello no se entiende que un grupo “insignificante” de legisladores republicanos del Congreso federal estadunidense denuncien a México como responsable del problema de la adicción en su sociedad al fentanilo y psicotrópicos.

Es una gran ingratitud de los senadores que ahora están descalificando y atacando a México cuando somos el principal país que les ayuda en el combate al fentanilo”, reitera.

Ebrard se refiere a las recientes declaraciones de los senadores Lindsey Graham, republicano de Carolina del Sur, y Bob Menendez, demócrata de Nueva Jersey, así como de los representantes republicanos Dan Crenshaw, John Kelly Kennedy y Mike Waltz, en el sentido de que para detener el tráfico de fentanilo por México el Pentágono debe enviar soldados a enfrentar y desmantelas a los cárteles mexicanos.

“Reciprocidad”

Parece imparable entre la sociedad estadunidense la demanda y consumo de drogas sintéticas elaboradas con fentanilo.

Las más recientes estadísticas de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) sobre el número de muertes en Estados Unidos por sobredosis de consumo de fentanilo exponen un fenómeno de adicción masiva que empeora día con día: de septiembre de 2021 a septiembre de 2022 fallecieron por sobredosis de esta droga 106 mil 840 personas, seis mil 278 muertes más que las registradas de septiembre de 2020 a septiembre de 2021, según el informe de los CDC del 5 de febrero último.

En 2015, cuando los CDC empezaron a recabar la información sobre el fentanilo, morían por sobredosis 130 personas cada 24 horas. En septiembre de 2021 el promedio de fallecimientos era de 275. Para septiembre de 2022 el número se elevó a 292 cada 24 horas, un incremento de 17 personas fallecidas diariamente.

“Nosotros lo vemos como algo alarmante y estamos dispuestos a apoyar como le hemos estado haciendo, pero tiene que haber reciprocidad en el esfuerzo y enfocarse mucho a reducir la tendencia de crecimiento de ese consumo”, dice Ebrard.

La reciprocidad que pide el gobierno de México al de Estados Unidos consiste en detener o disminuir notablemente el tráfico ilegal de armas de norte a sur. “Caso contrario van a seguir aumentando el número de muertos”, advierte el titular de la SRE.

Proceso buscó en los CDC a varios de sus funcionarios para hablar sobre las nuevas estadísticas por muertes a causa de sobredosis de fentanilo, pero la oficina de prensa de esta dependencia federal estadunidense rechazó la solicitud. Argumentó que por ahora no hay autorización para hacerlo.

Campaña binacional

Estados Unidos busca siempre culpables externos a sus problemas internos en materia de drogadicción. Lo hace “por tradición histórica”, enfatiza Ebrard.

La Administración Federal Antidrogas (DEA, por sus siglas en inglés) –que opera en territorio mexicano con 54 agentes-- es una de las dependencias federales que es constante en señalar a México como responsable.

“La insistencia o argumento recurrente de la DEA es que el problema es de México. Ojo: ese no es el argumento del gobierno federal (Casa Blanca)”, matiza el canciller.

El pasado 9 de marzo Elizabeth Sherwood-Randall, asesora del presidente Joe Biden en materia de seguridad nacional, visitó México y se reunió en Palacio Nacional con el presidente López Obrador. Su visión sobre la crisis por el fentanilo contrastó con la de la DEA.

Ebrard informa que en esa reunión “se acordó llevar a cabo la primera campaña binacional para explicar qué es el fentanilo, cómo funciona y cuáles son los daños que causa”.

Para esa campaña binacional, la SRE calcula que cada nación tendrá que gastar 75 millones de dólares para financiarla porque se llevará a cabo tanto en México como en Estados Unidos y será en español e inglés.

La Casa Blanca tendrá que informar a su país de dónde sacará esos 75 millones de dólares para sufragar el costo de la campaña binacional que propuso López Obrador, porque en el proyecto presupuestal que Biden envió la semana pasada al Capitolio para el año fiscal 2024, de los 6.8 billones de dólares en gasto, pidió nada más 40 millones para contener el tráfico, la demanda y el consumo de fentanilo.

“Los 40 millones de dólares que propuso el presidente Biden para el presupuesto fiscal 2024 es muy reducido para el tamaño del problema que tienen”, reconoce el canciller Ebrard.

Sostiene que México combate al tráfico de fentanilo no nada más porque se lo pide la Casa Blanca, sino porque López Obrador quiere impedir el consumo de esa droga en la sociedad mexicana, y si Washington quiere la colaboración, entonces debe responder el favor apoyando la contención del tráfico de sus armas que empoderan a los cárteles.

“Con cada kilo de fentanilo incautado se pueden hacer un millón de pastillas. Eso significa que esos seis mil 400 kilos confiscados serían seis mil 400 millones de pastillas. Para hacer esas incautaciones, a México le ha costado 75 bajas de todas las corporaciones: Ejército, Marina, Guardia Nacional y policías estatales”, explica Ebrard.

Las rutas del opioide

Bajo el Entendimiento Bicentenario, la herramienta bilateral de cooperación sobre seguridad y combate al narcotráfico y al crimen organizado, México ha tomado varias iniciativas concretas para disminuir el trasiego de fentanilo, de acuerdo con el titular de la SRE.

Por ejemplo, la Marina asumió el control de los puertos marítimos del país, se reformó la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios (Cofepris) y la Secretaría de la Defensa Nacional maneja las aduanas terrestres y cuenta con un sistema digital para la evaluación de precursores químicos que se importan de Asia.

“Hay que tomar en cuenta que la mayor parte de los precursores químicos que sirven para elaborar el fentanilo están en el mercado legal, por eso la complejidad para controlarlos. Muchos o varios de estos precursores químicos llegan de Asia primero a Estados Unidos y luego a México y eso ya se los hemos hecho notar de muchas formas”, anota Ebrard.

Cuestionado sobre los cárteles mexicanos con mayor control en el trasiego transnacional de fentanilo, Ebrard señala al Cártel de Sinaloa, con acento especial en la fracción que controlan los hijos de Joaquín el Chapo Guzmán.

“El marco principal está en la ruta Jalisco-Nayarit y Sinaloa-Sonora. Por eso la Sedena tenía como alta prioridad la detención de Ovidio Guzmán López. Pero no quiere decir que sea solamente ese cártel, también están metidos los del Cártel de Jalisco Nueva Generación”, aclara Ebrard.

Para el crimen organizado es altamente redituable la elaboración de fentanilo y de drogas sintéticas que contienen está sustancia letal porque es muy barata y porque en Estados Unidos la demanda está imparable.

“Lo que estamos tratando de hacer es desmantelar los laboratorios clandestinos, detener a las personas que están involucradas, controlar los puertos. México está trabajando con varios países que producen varios tipos de precursores químicos: Corea del Sur, India, China. Trabajamos con diferentes naciones al mismo tiempo para aumentar nuestro control”, insiste el canciller.

Pero la pandemia del fentanilo en Estados Unidos tiene un sello indeleble que sus autoridades y legisladores federales no aceptan, como lo expone Ebrard: “Que no baja su consumo y que el fentanilo circula en todo su territorio con facilidad”.

Agrega que “va a ser muy difícil controlar el crecimiento del tráfico de fentanilo porque si las autoridades estadunidenses van a tomar medidas, deberían empezar por desmantelar a sus cárteles que las transportan, trafican y venden. Han desmantelado muchos laboratorios, eso nos dicen las agencias federales estadunidenses a cargo de eso. Laboratorios sofisticados, no estoy hablando de los clandestinos o caseros”.

Además de la campaña binacional de educación y salud pública para reducir la demanda y consumo de fentanilo, los gobiernos de México y Estados Unidos realizarán una sesión de alto nivel para diseñar otras estrategias en las que participarán las dependencias a cargo de la seguridad.

“Va a haber una reunión del gabinete de seguridad en Washington coordinada por Rosa Icela Rodríguez (secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana) para darle seguimiento a la reunión con Sherwood-Randall y visualizar qué más se puede hacer. La reunión va a llevarse a cabo en abril”, adelanta el secretario de Relaciones Exteriores.

Fragmento del reportaje publicado en la edición 2419 de la revista Proceso, cuya edición digital puede adquirir en este enlace.

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