Revista Proceso

Filete en la selva y Silencio de las instituciones protectoras

viernes, 15 de diciembre de 2023 · 17:39

Los militares cortaron un filete de unas tres hectáreas en medio de la Reserva de la Biósfera de Calakmul: el Hotel Tren Maya Calakmul, que se construye allí desde enero de 2023, está a sólo diez kilómetros del sitio maya, el cual hasta ahora se encontraba en la zona núcleo de la Reserva y donde la selva seguía completamente intacta hasta ahora.

En enero de 2020 el presidente Andrés Manuel López Obrador había prometido: “La Reserva de Calakmul no se tocará”. Aunque la Reserva sigue existiendo, el gobierno sí ha utilizado un truco para tocarla. La Reserva de la Biósfera de Calakmul es la segunda zona más grande con selva tropical contigua del continente americano después de la Amazonia. Está bajo protección de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), en cooperación con la población local, e internacional de la Unesco. Hasta ahora la Semarnat había autorizado construir en este lugar un alojamiento al personal que da tareas de logística y mantenimiento a la Reserva, mas no un hotel que tiene un impacto ambiental mucho más grande.

La construcción del hotel sorprendió también al ayuntamiento de Calakmul y su presidente municipal, Luis Alvarado Moo, de Morena. Oficialmente se calla. Una fuente dentro del ayuntamiento, que quiere quedar anónima, dice: “Si tú te pones en contra, te van a vetar, te banquean y te desaparecen políticamente. “Yo y el presidente municipal lo vemos malísimo porque, además, ni siquiera han pagado los impuestos que tiene que pagar cualquier otra persona por construcción. Hay un permiso que se saca, es una licencia de construcción en la cual también se nombra un director de obra, un residente que es el responsable de la obra. Y en este caso no se sabe quién es. No se sabe ni la empresa, ni el monto, nada. El problema es que aquí todo se está haciendo bajo el agua.Como ciudadano solicité información al INAI, pero dicen que está reservada”. Y agrega: “La Unesco tendría que retirar el nombramiento que tiene Calakmul como Patrimonio Mundial”. Silencio de las instituciones protectoras. Ni la Unesco ni la Dirección de la Reserva han emitido una declaración oficial respecto de las obras del hotel que ya están en marcha y estrictamente vigiladas por personal de seguridad. Hace dos años el director de la Reserva de Calakmul, José Adalberto Zúñiga Morales, que depende de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) de la Semarnat, se pronunció en una entrevista con la Unesco en México de manera reservada sobre la estación de Xpujil del Tren Maya, que se encuentra cerca, pero fuera de la Reserva: “En términos de lo que establece nuestro programa de manejo es una obra que puede ser autorizada, pero condicionada a que se mitiguen y resarzan los daños causados a la Reserva”. En cuanto a las vías del tren dentro de la Reserva enfatizó que se encuentran en la zona de amortiguamiento, en una subzona de uso intensivo para el desarrollo de las comunidades, y por eso pueden ser autorizados, pero también “favoreciendo la conservación de la Reserva”.

Un paradero y un hotel en esta zona especial se construyeron más tarde, y no se ha pronunciado ni una sola vez. “Los puestos como director de la Reserva son políticos, entonces obviamente obedecen a los intereses de los políticos. El director debe haber recibido alguna instrucción directa”, asume la fuente en el ayuntamiento de Calakmul. El mismo gobierno federal informa en la página web de la Semarnat sobre las Reservas de la Biósfera: “En las zonas núcleo sólo se pueden llevar a cabo actividades de preservación de los ecosistemas, investigación científica, educación ambiental y se prohíben aprovechamientos que alteren los ecosistemas”. Según sus propias pautas ni siquiera serían autorizables las vías del tren porque estipula: “En las zonas de amortiguamiento sólo se pueden realizar actividades productivas emprendidas por las comunidades que ahí habiten al momento en que el área se decretó”

 

Fragmento del reportaje publicado en la edición 0006 de la revista Proceso, cuya edición digital puede adquirir en este enlace.

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