Futbol Americano
Ella es Andrea, la futbolista que ahora irrumpe en el futbol americano estudiantil
Andrea Martínez, estudiante de derecho de la UNAM y primera jugadora en la Liga Mayor de la ONEFA, habla con Proceso de su hazaña en Pumas CU, previo a su primer partido contra los Borregos del Tec de Monterrey este sábado 10.De pionera en el futbol soccer profesional de mujeres en México a hacer historia en el deporte de las tacleadas hay sólo una cosa: el deseo. Andrea Martínez, estudiante de derecho de la UNAM y primera jugadora en la Liga Mayor de la ONEFA, concede una entrevista a Proceso para hablar de su hazaña en Pumas CU, previo a su primer partido contra los Borregos del Tec de Monterrey el próximo sábado 10. También charla con este semanario el presidente de la organización deportiva, Alfredo Trejo, quien reconoce que están a la expectativa de lo que ocurra con la jugadora, pues no hay una regla ni indicación para que reciba un trato especial en un juego oficial.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).– Andrea Martínez jugó futbol casi en silencio durante nueve años en los equipos representativos de la UNAM, pero en un dos por tres su nombre ya aparece por todos lados porque será la primera mujer que formará parte de los Pumas CU, el equipo de Liga Mayor de la Organización Nacional Estudiantil de Futbol Americano (ONEFA).
Martínez tiene 23 años y el futbol americano se cruzó en su vida por casualidad hace unos tres meses, cuando el capitán de los Pumas CU, Diego Pareyón, invitó a las jugadoras de un equipo de futbol femenil a probarse como pateadoras, a ver si alguna podía quedarse en el roster de la temporada 2022 de la ONEFA, que arrancará el próximo 10 de septiembre para los felinos ante los Borregos Salvajes del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey.
“Es algo inesperado porque jamás me imaginé jugar futbol americano. No digo que sea un deporte que no me guste, sí me gusta, en realidad es que me atrevo a realizar cualquier deporte, me acoplo y me voy familiarizando. Sí es diferente patear un balón de futbol americano a uno de futbol soccer, pero yo solamente quise probar estar aquí”, dice Martínez a Proceso.
Martínez no recuerda la fecha exacta de cuando su vida deportiva dio un vuelco, pero sí sabe que fue un miércoles cuando escuchó que los Pumas CU estaban buscando a alguien que se encargara de los puntos extra, es decir, de conectar la patada de 20 yardas que se intenta después de un touchdown y que, si se consigue, añade un punto a los seis de la anotación.
“El capitán del equipo nos hizo la invitación a todo el equipo de soccer femenil para que nos viniéramos a probar porque estaban buscando la posición de una pateadora y, precisamente, en esa posición nosotras ya tenemos las herramientas, la técnica.”
Andrea Martínez fue seleccionada de entre 15 futbolistas que durante una semana fueron puestas a prueba en el equipo del head coach José Luis Canales. Primero, sin enseñarles nada les pidieron que patearan el ovoide. Ahí se hizo el primer corte. Después, un entrenador les enseñó la técnica sin balón y luego ya golpeándolo. Su primer intento fue de 10 yardas (9.144 metros). Ella fue la única elegida en el proceso de selección.
“El coach Ronaldo (Zúñiga) y el equipo vieron que lo hacía bien, además de que bajo la presión que tienes al patear necesitas tener mucha confianza, estar muy concentrada. Me dijo que le pegaba bien, que tenía buena altura, que sabía cómo pegarle el balón, que me concentraba mucho cuando lo estaba haciendo.
“Poco a poco voy a ir mejorando porque obviamente no fueron patadas perfectas (las primeras), porque nunca había pateado un balón de futbol americano.
“Todo salió bien cuando estábamos haciendo las pruebas, o sea, cuando empecé a probarme ninguna patada se fue para un lado o no llegó, todas entraron bien. Yo me estaba divirtiendo y dije: ‘Pues voy a patear’. Aún sigo practicando y mejorando la técnica, no puedo decir que pateo perfecto porque hay días en los que alguna patada se me va un poco a la derecha o a la izquierda, pero mi técnica ha mejorado bastante, yo misma ya me puedo dar cuenta de mis errores, como que a veces pongo el pie de apoyo un poco atrás o, incluso, sigo acostumbrándome a pegar con la parte correcta porque se pega diferente. En el soccer metes el empeine o la parte interna y aquí es con el huesito del pie”.
Hasta ahora, la mayor distancia que ha recorrido un balón pateado por Andrea Martínez es de 35 yardas. Sus compañeros Sergio Robles y Juan Pablo Alquicira serán los encargados de hacer las patadas de despeje y los goles del campo.
–¿Por qué Pumas CU estaba buscando una mujer pateadora, si aquí son muchos los jugadores de categoría intermedia que quieren jugar Liga Mayor? Seguramente les sobra quien pueda cubrir esa posición.
–Creo que es un tema de inclusión, pero también creo que quisieron abrirle la puerta a alguna mujer que pueda patear y formar parte del equipo.
–¿Alguna vez pensaste que podrías formar parte de un equipo varonil?
–De futbol soccer sí, pero de futbol americano no. Nunca pasó por mi mente que yo pudiera entrar a un equipo de futbol americano varonil porque sé que este deporte es de contacto, un poco más de alto riesgo que cualquier otro.
–En estos tres meses, ¿cuántas horas has entrenado al día?
–Saliendo de clases, a la una de la tarde (estudia el noveno semestre de derecho), entro al gimnasio y hago la misma rutina que todos los demás, tomamos nuestras proteínas, los suplementos. Después tenemos junta por unidad para ver nuestros errores del día anterior, lo que hicimos bien, lo que nos hace falta. Subimos al campo a las 15:30 horas y el entrenamiento termina a las cinco de la tarde.
–¿Entiendes todas las reglas del futbol americano y cómo se juega este deporte?
–Le entiendo más que cuando vine aquí por primera vez.
–Cuando viniste aquí por primera vez, ¿te gustaba este deporte? ¿Veías los juegos de la ONEFA?
–No era un deporte que me aburriera o que dijera no lo quiero ver. Justo lo veía porque a mi hermano y a mi papá les gusta ver los partidos de la NFL y me fui familiarizando un poco. No le entendía al 100%, pero cuando llegué aquí ya empecé a entender más. Me ayudó mucho también estar coacheando a los niños, porque no solamente yo puedo enseñarles a ellos, ellos en realidad me están enseñando más a mí del deporte que lo que yo les puedo aportar.
–¿Cómo es la convivencia en un espacio donde hay puros hombres?
–Es prácticamente igual aquí que como es en el representativo (de futbol femenil). No cambia absolutamente nada.
–¿Dónde te bañas?
–Tengo mi locker y mi vestidor junto con la doctora del equipo. Tenemos un baño que es solamente para mujeres. En realidad no es que me vaya a pasar algo estando aquí, o sea, estoy protegida porque estoy aquí.
–¿Cómo crees que te van a recibir cuando Pumas CU vaya de visita a otros escenarios y vean que hay una mujer por primera vez jugando en un equipo de hombres?
–Espero que sea un recibimiento muy bueno. A lo mejor y va a haber uno que no sea tan bueno.
–¿Pumas CU contempla poner mujeres en otras posiciones?
–No es algo prohibido. El capitán ha dicho que las puertas están abiertas para cualquier jugadora que quisiera probarse en cualquier posición, pero pues obviamente sabemos las características y las habilidades que se deben de tener para esas posiciones.
–¿Tu presencia provocó celos o molestias en alguien que haya dicho “tengo muchos años jugando y creí que ésta era mi oportunidad en Liga Mayor…”?
–No lo sé, porque nadie se ha acercado a mí y me lo ha dicho. O lo que puedan decir en alguna publicación o en comentarios tampoco me he tomado el tiempo de leerlos para saber quién (se molestó).
–¿Cuál es tu objetivo en la Liga Mayor? ¿Vas a jugar todos los años de elegibilidad?
–Si es posible, sí.
Incógnitas
En el equipo de la categoría intermedia de la Universidad Anáhuac hay una jugadora, María Esquivel, que ocupa la posición de ala cerrada. De acuerdo con el presidente de la ONEFA, Alfredo Trejo, su deseo es subir a la Liga Mayor, pero el director de deportes de la escuela le pidió calma. “La quiere proteger. La ve como una mujer a la que no quiere exponer”, dice en entrevista con Proceso.
Trejo señaló que en la ONEFA no existe ninguna restricción para incluir a una mujer en alguno de los equipos, por lo que, cuando vieron que los Pumas CU pusieron en su roster a Andrea Martínez, la registraron sin problemas.
“Tomamos en cuenta que es estudiante. Para registrar a un jugador en la ONEFA tienen que presentar su certificado escolar, después se va vigilando que vaya avanzando académicamente vía un formato que todas las universidades tienen”, precisa el directivo.
–¿Habrá alguna reglamentación especial para evitar que los rivales la lastimen cuando a ella le toque entrar al campo?
–No la habrá, es un jugador más dentro del campo. Sabemos que al ser una pateadora de puntos extra no entra de manera tan directa al contacto, como sí estaría expuesta en otra posición.
“Hasta el momento todos estamos a la expectativa de qué va a pasar con ella, si se le va el balón atrás, si va a correr el balón; qué va a pasar con el jugador que la va a taclear o el que la va a defender. No sólo se trata de qué le va a pasar a ella, sino también a los demás jugadores.
“No sabemos la estrategia que ha armado su equipo. Desconozco qué le han dicho que haga si se le va el balón, ¿la instrucción es que se salga hacia la banda o que tiene que ir por el balón y que corra? No sé cómo lo vaya a manejar Pumas CU.
“Ahora, el jugador que la vaya a taclear va a pensar que es un jugador más. Eso lo vamos a ver en el primer juego. De acuerdo con lo que vayan haciendo los equipos, pueden decir que a la pateadora hay que taclearla. Nosotros nos lo hemos cuestionado, ¿qué va a pasar?”
–¿Algún equipo de otra universidad manifestó inconformidad por la inclusión de una mujer?
–No, no hemos tenido ninguna opinión en contra. Lo único que nos preguntamos es qué va a pasar en ciertas situaciones que se presenten durante los partidos.
Pesadilla celeste
Andrea Martínez nació en la Ciudad de México el 20 de septiembre de 2000. A los siete años comenzó a practicar taekwondo, el primer deporte al que se acercó. Cuando concluyó la primaria practicó otras artes marciales, después boxeo y basquetbol. A los 12 empezó a jugar futbol rápido y de siete, de manera recreativa con niños hasta que a los 14 años llegó el equipo Sub 15 femenil de la UNAM, cuando ya estaba matriculada en la Preparatoria 5.
Su primera entrenadora fue Karina Báez, la actual directora técnica del club Pumas de la Liga MX Femenil. Con ella Andrea Martínez jugaba como mediocampista y aprendió la importancia de la preparación física para ser una jugadora fuerte y que rindiera en la cancha.
“A Karina la conocí cuando tenía como 12 años porque jugábamos juntas en un equipo de amigas y me invitó a venir a hacer pruebas al equipo representativo de la UNAM. Ella me decía que yo era buena, me daba consejos y resaltó mis cualidades para jugar futbol.”
Durante dos años entrenó con Báez hasta que pasó a la Sub 17, donde le tocó que la entrenara Ana Galindo, la actual directora técnica de la Selección Femenil Sub 20, que acaba de participar en el Mundial de la especialidad en Costa Rica.
El sueño de Adriana Martínez era convertirse en jugadora profesional de futbol, lo que logró en 2017 cuando el Cruz Azul la contrató –aunque sin pagarle– para la oncena que integró para participar en la copa de la Liga MX Femenil, el primer torneo de mujeres que 12 equipos disputaron del 3 al 6 de mayo de ese año.
Era febrero de 2017 cuando Andrea se presentó a hacer pruebas con el equipo celeste. Alrededor de mil 500 futbolistas pelearon por una oportunidad para integrarse a un club profesional en la incipiente liga femenil mexicana.
“El filtro duraba una semana, si pasabas las pruebas del lunes mandaban mensaje a tus papás, porque era menor de edad, para avisar que había pasado al segundo filtro. Fueron como cuatro filtros hasta que quedamos como 20 o 22 jugadoras seleccionadas. La transición de estar en un equipo representativo universitario a uno profesional fue complicada porque en un representativo le dan más importancia a la escuela y se preocupan más por tu persona.”
Una vez seleccionada, Martínez se presentó a entrenar en las instalaciones de La Noria, en el sur de la Ciudad de México, donde comenzó con el trabajo de preparación física en el gimnasio. A veces le tocaba ir al campo que el Cruz Azul tiene en la avenida Acoxpa; otras, en Jasso, Hidalgo, donde está la cooperativa.
“Fui recortada después de un año y preferí regresar al representativo. Existía la posibilidad de que nos tuviéramos que ir todas las jugadoras a Hidalgo y tendría que darme de baja de la carrera y yo acababa de entrar a la facultad. Puse en la balanza qué era mi prioridad en ese momento.”
El paso de Andrea Martínez como futbolista profesional no fue como lo imaginó. Jugó gratis los tres partidos que el Cruz Azul disputó y en los cuales no sumó ni un punto. De hecho, fue el sotanero del torneo.
“En la Liga MX Femenil (que arrancó formalmente con el torneo Apertura 2017) ya no participé porque hubo un cambio de entrenadores en el club, y pues pasa que un director técnico conoce a niñas con las que ha tenido una trayectoria y obviamente las invita o las jala, y ahí hacen más recortes.”
–¿Cómo definirías tu paso por el futbol profesional?
–Como realista. Al principio imaginaba que el futbol era un poco diferente, o sea, te diviertes, lo disfrutas, pero también hay otras cuestiones que no sólo consisten en empeñarse todos los días.
–¿Hay favoritismos?
–Sí. No es tanto que les caes bien o no, pero (algunas jugadoras) pueden tener ahí a algún conocido, alguna relación familiar, y eso afecta (a quienes no lo tienen).
(Con información de Ricardo Olín)