Rafael Caro Quintero estaba en la mira de la justicia estadunidense no sólo por el secuestro y asesinato del agente antinarcóticos Enrique Camarena y el piloto Mexicano Alfredo Zavala. En 2020 también se mencionó su nombre en una acusación de “narcoterrorismo” enderezada contra el presidente venezolano Nicolás Maduro.

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Antes de su recaptura, acusado del secuestro y homicidio del agente de la DEA Enrique Kiki Camarena, el gobierno de Estados Unidos preveía solicitar la extradición de Rafael Caro Quintero, entonces líder y fundador del Cártel de Guadalajara. Aparte de los delitos que se le imputan, el sinaloense fue mencionado en una acusación de narcoterrorismo en 2020.

En más de tres décadas de litigio, el expediente contra Caro Quintero cuenta con 240 tomos de pruebas que el “capo de capos” reunió a su favor, sin que le sirvieran para evitar la condena por aquel crimen, cometido en marzo de 1985.

Fuentes judiciales confirman a Proceso que sólo 220 tomos de estas pruebas forman parte del expediente principal por el que un juez federal de Jalisco condenó a Caro Quintero a 40 años de prisión, por el secuestro y homicidio del agente Camarena y del piloto mexicano Alfredo Zavala.

Otros 12 tomos forman parte de las apelaciones que se presentaron en el asunto, nueve de ellos en el amparo directo contra la sentencia condenatoria en el que, en 2013, se dictó la libertad inmediata del “capo de capos” al considerar que el caso debió ser llevado en el fuero local y no en el federal.

De seis tomos más consta el recurso de revisión ante la Suprema Corte de Justicia en el que los ministros revocaron el amparo que le fue concedido, resolución que derivó en que el juez de origen de Puente Grande, Jalisco, emitiera una orden de reaprehensión que desde 2015 y hasta el pasado 15 de julio, cuando fue recapturado en Choix, Sinaloa, no había podido ser cumplimentada.

Actualmente Caro Quintero permanece interno en el penal federal de máxima seguridad El Altiplano, en Almoloya de Juárez, Estado de México.

Fuentes federales confirmaron que el cabecilla fue sometido a revisión médica por parte del doctor adscrito al penal, quien confirmó recientemente que el narcotraficante necesita atención médica especializada para su hipertensión, afecciones renales y un problema de la próstata, que lo aquejan desde hace años.

Este texto es un adelanto del reportaje publicado en el número 2389 de la edición impresa de Proceso, en circulación desde el 14 de agosto de 2022.