Jesuitas
450 años de "obras" de la Compañía de Jesús en México
El trabajo pastoral de la Compañía de Jesús en la región de la Tarahumara empezó en 1611, aunque entonces sólo duró alrededor de tres décadas. Volvió a retomarlo en 1900; desde entonces ha trabajado en esa zona del norte del país.CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).–El trabajo pastoral de la Compañía de Jesús en la región de la Tarahumara empezó en 1611, aunque entonces sólo duró alrededor de tres décadas. Volvió a retomarlo en 1900; desde entonces ha trabajado en esa zona del norte del país.
Esa es una de las actividades que en México realiza esta congregación religiosa y que abarca distintos ámbitos: derechos humanos, educativo, migrantes, pueblos originarios, refugiados, laboral, reconstrucción del tejido social, medio ambiente y economía social.
Actualmente los jesuitas operan 43 “obras” –como llaman a sus distintas organizaciones con funciones muy específicas–, de las cuales 13 pertenecen al “sector de educación” (universidades y colegios), 16 al sector de “pastoral” y 14 al “sector social”, según información oficial de la congregación a la que pertenece el Papa Francisco.
En el sector educativo, por ejemplo, los jesuitas llevan décadas gestionando la Universidad Iberoamericana, una red de cinco universidades privadas: las “Ibero” de la Ciudad de México, Puebla, León, Torreón y Tijuana. Éstas además trabajan con “colegios asociados” donde se imparte educación secundaria y preparatoria.
Cuentan también con el ITESO-Universidad Jesuita de Guadalajara, la cual tiene presencia sobre todo en el centro del país.
Para los sectores populares y grupos indígenas tienen dos centros de estudio de nivel superior: el Tecnológico Universitario de Chalco, ubicado en ese empobrecido municipio mexiquense; y el Instituto Superior Intercultural Ayuuk-Jaltepec, el cual se encuentra en el municipio de Magdalena Jaltepec, en la Mixteca Oaxaqueña, donde llegan a estudiar indígenas de diferentes zonas de Oaxaca, Guerrero y Veracruz.
La orden de los jesuitas maneja también distintas fundaciones dedicadas a labores sociales. Tal es el caso de la Fundación Justicia y Amor, destinada a impartir talleres a jóvenes vulnerables o de escasos recursos que habitan en las periferias de algunas ciudades.
Aparte tiene “obras” de defensoría en materia de derechos humanos. La más conocida es el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Prodh), fundada en 1988 –en honor a su mártir del mismo nombre, fusilado durante la Guerra Cristera– con el objetivo de defender los derechos de los grupos en situación de vulnerabilidad o de pobreza. Por citar sólo un caso representativo, el Prodh ha apoyado a los familiares de los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa.
Tiene además el Centro de Derechos Humanos Juan Gerardi, en Coahuila; el Centro de Derechos Indígenas, ubicado en Bachajón, Chiapas; los Centros Culturales Jesuitas de la Tarahumara; el Centro de Reflexión y Acción Laboral, enfocado a defender los derechos de los trabajadores.
Los jesuitas trabajan igualmente con migrantes de otros países que llegan a territorio mexicano en busca de mejores condiciones de vida, para quienes han abierto dos importantes “obras”: el Servicio Jesuita a Migrantes y el Servicio Jesuita a Refugiados.
Lo mismo han instalado estaciones de radio comunitarias en algunas zonas rurales, como Radio Huayacocotla, en Veracruz, y Radio Bachajón, en Chiapas. Además, “radios universitarias” en algunas de sus universidades.
A raíz del avance del narcotráfico crearon recientemente la “obra” denominada Jesuitas por la Paz, con el fin de reconstruir el tejido social de comunidades afectadas por la violencia y, por lo tanto, encaminada a la pacificación.
En 1572, hace 450 años, la Compañía de Jesús llegó al entonces territorio novohispano. Ahora, encabezados por su provincial en México, Luis Gerardo Moro Madrid, hay alrededor de 300 jesuitas en el país, según los datos proporcionados por su oficina de Comunicación Social.
Y quien lidera a los 14 mil 439 miembros de la Compañía que hay a nivel mundial es el actual “padre general”, el venezolano Arturo Sosa Abascal, radicado en Roma, desde donde dirige a toda esta congregación fundada en 1540 por el militar español Ignacio de Loyola.
A la Compañía también pertenece el Papa Francisco, el argentino Jorge Bergoglio, quien asumió el trono pontificio en marzo de 2013. Ante el asesinato de los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales, de 79 años, y Joaquín César Mora Salazar, de 80, el pasado lunes en la sierra Tarahumara, el Papa exclamó: “¡Cuántos asesinatos hay en México!”. Y añadió: “La violencia nunca resuelve los problemas, sólo aumenta el sufrimiento inútil”.