Halterofilia

Halterofilia: La de Alan Miranda, una historia sin final feliz

Ser independiente llevó a Alan Miranda a vivir un viacrucis que duró tres años. La Federación Mexicana de Levantamiento de Pesas siempre lo maltrató y le negó la oportunidad de participar en diversas competencias, excepto en una: el Torneo del Pavo, en el cual conquistó la medalla de oro, en 2019.
domingo, 6 de febrero de 2022 · 14:42

Ser independiente llevó a Alan Miranda a vivir un viacrucis que duró tres años. La Federación Mexicana de Levantamiento de Pesas siempre lo maltrató y le negó la oportunidad de participar en diversas competencias, excepto en una: el Torneo del Pavo, en el cual conquistó la medalla de oro, en 2019, y la de plata, en 2020 en la categoría Máster. “El atleta independiente no existe”, lamenta en entrevista el originario de Chihuahua, estado que tampoco quiso apoyarlo ni reconoce sus logros.

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).– Alan Miranda vivió en total incertidumbre sus andanzas en el deporte de alto rendimiento. Tenaz y sin ayuda, en tres años se erigió como el mejor exponente de la categoría Máster y se proclamó campeón y subcampeón en la única competencia en que la Federación Mexicana de Levantamiento de Pesas (FMLP) le permitió participar, a condición de cubrir sus cuotas de inscripción y aval: el tradicional Torneo del Pavo.

Su exitosa faceta como deportista independiente de alto rendimiento se desarrolló ante la indiferencia de quienes manejan la disciplina. “He pasado inadvertido en toda mi carrera en el levantamiento de pesas. Nadie ha sabido de mí ni se mencionan mis logros en Ciudad Juárez o en mi estado, Chihuahua. A mí nadie me ha dado el reconocimiento de nada.

“Debería estar en la categoría Máster del estado de Chihuahua, pero de mí nunca se ha hablado, ni siquiera en los medios. En realidad se habla más de los jóvenes que compiten por la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, pero en mi categoría nadie conoce ni nombre. No sé cómo usted pudo saber de mí”, dice Miranda, contrariado.

El pesista relata que él mismo costea sus entrenamientos, gimnasio, alimentación, viáticos y hospedajes.

Resignado, está consciente de que cuando se trata de un atleta independiente en México es “casi imposible” hacerse de un sitio en “un círculo tan cerrado como el del levantamiento de pesas”.

Además ha tenido que enfrentar situaciones como la sucedida en diciembre último, luego del repentino cambio de fecha del Torneo del Pavo que organiza la FMLP en San Luis Potosí, en coordinación con la asociación del estado, ciudad natal del presidente de la disciplina, Rosalío Alvarado del Ángel.

La competencia tuvo lugar en el hotel María Dolores, que desde hace años el titular de la referida federación designó sede de los torneos y concentraciones de los seleccionados nacionales.

En México, acusa Miranda, los deportistas independientes “estamos fuera de cualquier apoyo. Ni siquiera me dieron un uniforme para competir, pese a que representé a Chihuahua”.

En diciembre pasado, en un acto impulsivo, Alan protagonizó un insólito revuelo en redes sociales, sin precedente en la historia del levantamiento de pesas. No es para menos. Entre sollozos, por medio de un video con duración de 2.31 minutos, denunció ser víctima de un engaño:

“Es un mensaje para la Federación Mexicana de Levantamiento de Pesas y los organizadores del Torneo Nacional del Pavo, en San Luis Potosí. ¡Se pasan de verg…! La convocatoria decía que (la competencia) en la rama varonil se realizaba el 4 y el 5 de diciembre, ¡Por qué la acortaron, culeros!”

Sin nada que perder, el halterista se desahogó: “Mi nombre es Alan Miranda. Soy un pesista independiente. Era mi última competencia, porque es la única en la que me dejaron competir… Ya estoy grande. ¡Era la última! Hice una preparación muy grande, invertí una gran cantidad de recursos en hospedaje y en pinches viáticos para estar ahí a tiempo el 4 y 5 de diciembre. Y resulta que me entero que cortaron la competencia para el día 3. ¡Ya no la hago, culeros! No tengo cómo ir (llora) … Se pasaron de verg… quien haya sido, el pinche presidente de la federación”.

Apoyo de amigos

En entrevista, Miranda detalla que el video lo grabó en un momento de frustración y enojo. “Sinceramente, no pensé que iba a tener un fuerte impacto”. Pero acepta que tampoco le dejaron otra opción. “Me dije: si me voy a quedar sin competir, lo único que me queda es reclamarles en las redes sociales. Además, ya tenía previsto que sería mi última competencia”.

Antes de experimentar el trago más amargo en su carrera deportiva, el pesista entrenó como nunca: “Como era mi última competencia me propuse ir a dar todo lo que tenía a mis 34 años y luego continuar entrenando en otra faceta, ya no como atleta independiente. Ya no más…”

Como deportista independiente de alto rendimiento vivió en un ambiente de adversidades y sinsabores porque no lo dejaron competir en torneos locales, estatales ni municipales; ni en otra competencia que no fuera abierta, como el Torneo del Pavo. “Bien me lo dijeron: ‘El medio del levantamiento de pesas es una comunidad muy cerrada’, y lo constaté, pues el Torneo del Pavo fue la única oportunidad que tuve”.

En poco tiempo se acostumbró a escuchar las mismas versiones apenas incursionó en la halterofilia: siempre le señalaron que su edad era un inconveniente. Le dijeron que ya estaba demasiado grande y, por si fuera poco, le limitaron las opciones de competir, con el argumento de que tampoco formaba parte de algún equipo o representativo municipal, estatal o nacional.

“Cuando eres atleta independiente tampoco tienes el aval de un entrenador que te inscriba y te lleve a los torneos. De nada sirvió el esfuerzo individual, pese a que fui invencible en mi primera participación en el Torneo del Pavo: gané la medalla de oro en 2019 y al año siguiente me quedé con el subcampeonato, aunque no se habló nada de mí. No tuve nada por ser deportista independiente.”

Ni siquiera en Ciudad Juárez, donde nació, recibió la atención que su actividad y los logros deportivos ameritaban. “La ayuda nada más se la brindan a los deportistas que representan a la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez o a la Universidad Autónoma de Chihuahua”, dice. No obstante, el sueño de Alan era pelear arriba siempre, sin importar las condiciones de su deporte. Finalmente logró participar en el Torneo del Pavo edición 2021. Gracias a su denuncia, amigos y conocidos lo apoyaron económicamente para que cumpliera su objetivo.

Para entonces el pesista ya había cubierto todos los gastos antes de que el comité organizador modificara el programa de la competencia. “Hice la preparación durante un año por mi cuenta y a nadie le interesó, como a nadie le importaron mis medallas de oro y plata”. De acuerdo con sus cálculos, para el Torneo del Pavo invirtió 50 mil pesos. Además, pagó 500 pesos por el aval a la Asociación de Levantamiento de Pesas de su estado y otros 500 pesos para la inscripción.

En México, asegura, “el atleta independiente no existe. En cambio, cuando se es parte de un equipo se va protegido por todas partes. En ese sentido, los delegados y los entrenadores se encargan de todas las necesidades de los deportistas. En mi caso, uno se avienta solo esos trámites”.

Retiro

Sin el respaldo de algún equipo, el atleta independiente de alto rendimiento siempre pasa inadvertido. Miranda lamenta que en México hay más deportistas en esa misma situación. “Si no tienes a nadie que te apoye y esté conectado en el medio de tu disciplina, la sorteas solo y vas a batallar. Siempre será un calvario a donde vayas.

“Como atleta independiente sale bastante caro practicar el deporte de alto rendimiento. Por ejemplo, nunca tuve un contacto, ni siquiera una invitación o información de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, o de un entrenador de esa institución, a quienes conozco. Nunca me tomaron en cuenta.”

Si bien en 2021 se fue con las manos vacías de la única competencia en la que pudo participar, en diciembre último, se despidió del deporte de alto rendimiento plenamente convencido de sus alcances.

“Lo puedo decir con absoluta certeza: a mis 34 años sigo siendo el mejor exponente de la categoría de 96 kilos del estado de Chihuahua. No hay una persona que me gané en esa división, en la que obtuve medalla de oro en 2019 y segundo lugar en 2020. Sólo me ganaron en 2021 jóvenes de otros estados, pero de Chihuahua no ha habido alguien que llegue a mis números”, asegura.

También es el único pesista que sumó títulos en su condición de atleta independiente, al menos del estado de Chihuahua. Se trata de una historia de superación que no suele presentarse con frecuencia en el deporte nacional de alto rendimiento.

Luego de confirmar que no seguirá en el deporte de alto rendimiento, Alan Miranda relata otro detalle particular: “Ya me convencí de que no le van a dar luz verde a gente que se haya iniciado tarde en el deporte y en categorías grandes”.

Alan recuerda lo difícil de su experiencia desde que decidió incursionar en el levantamiento de pesas. En 2019 contactó al presidente de la federación, Rosalío Alvarado, por medio de un correo electrónico; Alvarado  lo remitió con el presidente y delegado de la Asociación de Levantamiento de Pesas de Chihuahua, Daniel Palma.

“Palma, quien ha sido mi aval, me llamó y me dijo que la halterofilia no se maneja como en el crossfit –su disciplina anterior–, ‘pero ya estás grande de edad y tienes pocas posibilidades de competir. Además, las categorías Máster en las que podrías participar no tienen mucha relevancia, pero hay un Torneo del Pavo que es abierto y ahí puedes participar, ya que no puedes hacerlo en algún torneo estatal o nacional, nada más que en el Torneo del Pavo’. Y hasta ahí me quedé en mis aspiraciones.”

Ahora Miranda intenta convencer a sus conocidos interesados en esta disciplina sobre lo que les espera. “Les pido que se pongan las pilas porque, la verdad, está muy difícil el ambiente, sobre todo acá en el estado de Chihuahua, donde todo lo que tenga que ver con levantamiento de pesas está muy cerrado.

“Mi experiencia –cuenta– ha sido muy complicada, pero al final de cuentas ha sido satisfactoria (ríe). Ha sido difícil los tres años que estuve compitiendo en levantamiento de pesas en el Torneo del Pavo, al tener que moverme solo, buscar los canales de comunicación, estructurar todo un plan, una logística, pero cuando ya todo termina y ves los resultados, ahora sí que ha sido satisfactoria pese a los imponderables.”

Reportaje publicado el 30 de enero en la edición 2361 de la revista Proceso cuya edición digital puede adquirir en este enlace.

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