Guaymas

Guaymas: zona de fentanilo y feminicidio

En Sonora los cárteles se disputan el puerto de Guaymas, por donde llegan el fentanilo y sus precursores químicos desde China, así como la ruta hacia Nogales, por donde esa y otras drogas salen hacia EU. Los grupos delictivos también atacan a la población, como ocurrió con Marisol Cuadras.
miércoles, 8 de diciembre de 2021 · 06:36

En Sonora los cárteles se disputan el puerto de Guaymas, por donde llegan el fentanilo y sus precursores químicos desde China, así como la ruta hacia Nogales, por donde esa y otras drogas salen hacia Estados Unidos. Sin embargo los grupos delictivos también atacan a la población, como ocurrió con el asesinato de la joven feminista Marisol Cuadras y otras dos personas el 25 de noviembre, cuando se realizaba una protesta por las desapariciones de mujeres jóvenes de la zona, presuntamente levantadas por la banda autodenominada La Plaza.

GUAYMAS, Son. (proceso).- El 25 de noviembre, a dos horas y media de la presidencia municipal de Guaymas, donde una ráfaga de balas alcanzó a la joven activista Marisol Cuadras, hiriéndola de muerte, la Sedena incautó 105 kilos de fentanilo, droga por la cual diversos grupos del crimen organizado se confrontan en Sonora.

Desde el año pasado la entidad llamó la atención por los enfrentamientos entre dos grupos criminales, además de la quema de vehículos, casas rafagueadas con armas largas y la ejecución de integrantes de uno y otro bandos. La zona centro-este del estado, donde se ubica el corredor Caborca-Puerto Lobos, fue la primera en destacarse públicamente por la ferocidad y brutalidad de la confrontación.

Un año después, la intensidad de la lucha continúa, pero con el asesinato de Marisol Cuadras afloró otro agravio, que parecía aislado y aumentó en 2020: la desaparición de hasta 10 mujeres jóvenes en una misma semana en el corredor Cajeme-Empalme-­Guaymas, según estadísticas del colectivo Guerreras Buscadoras de Sonora. Es el mismo corredor donde el crimen organizado dirime con violencia el control del puerto de Guaymas.

Integrante del grupo Feministas del Mar, Marisol había acudido a las puertas de Palacio Municipal de Guaymas a participar en la toma simbólica en protesta por la desaparición y asesinato de mujeres. “¡Nos queremos vivas!”, rezaba la manta que el grupo colocó en las paredes del ayuntamiento para conmemorar el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres.

La nueva ruta

El 25 de noviembre un hombre llegó al Palacio Municipal pasadas las 19:00 horas, abrió fuego y mató a tres personas. Minutos antes el secretario de Seguridad Pública, el capitán Andrés Humberto Cano Ahuir, y la presidenta municipal, Karla Córdova, se habían tomado la foto con Marisol y algunas integrantes de Feministas del Mar.

Al día siguiente el titular de la Secretaría de Marina, almirante Rafael Ojeda Durán, aclaró que no fue un ataque directo contra la alcaldesa, sino que “iban sobre el capitán, sobre el secretario de Seguridad”.

El capitán de fragata Cano Ahuir, ratificado por la actual administración, asumió la Secretaría de Seguridad en Guaymas el 21 de agosto de 2019. Un año después el titular de la Sedena, general Luis Crescencio Sandoval, dijo que el tráfico ilícito de fentanilo “es muy rentable, requiere de una mínima inversión, tiene altas ganancias, es fácil de ocultar y el tiempo de elaboración es corto”.

Al mes siguiente la Marina ya estaba tomando puertos y aduanas para evitar el ingreso de fentanilo y sus precursores químicos. Los puertos de Manzanillo, Colima, y Lázaro Cárdenas, en Michoacán, dejaron de ser los lugares predilectos de los grupos criminales para introducirlos al país: Guaymas se convirtió en la nueva ruta, detalla el académico José Andrés Sumano Rodríguez, de El Colegio de Sonora, quien estudia la violencia y el crimen organizado en la entidad.

El pasado 21 de mayo Ojeda Durán alertó de las nuevas rutas para traficar fentanilo, a las cuales estaban migrando los grupos criminales “ante el reforzamiento de seguridad en los puertos de Manzanillo y Lázaro Cárdenas”.

Fragmento del reportaje publicado en la edición 2353 del semanario Proceso, cuya versión digital puedes adquirir aquí.

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