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Tras éxito en festivales, Carlos Cuarón estrena “Amalgama”

El tercer largometraje como realizador del también guionista y productor, es sobre todo un acercamiento al comportamiento humano siempre contradictorio, nunca circunscrito sólo al bien y sólo al mal. Para él, más que una historia, importan los personajes.
domingo, 19 de diciembre de 2021 · 15:02

El tercer largometraje como realizador del también guionista y productor, es sobre todo un acercamiento al comportamiento humano siempre contradictorio, nunca circunscrito sólo al bien y sólo al mal. Para él, más que una historia, importan los personajes, y en este filme coescrito con Luis Usabiaga –ganadores al premio a Mejor Guion en Trieste, Italia–, rodado en la Riviera Maya y República Dominicana, junta a tres hombres y una mujer para replantear sus relaciones. La pandemia retrasó el estreno, pero al fin llegó a las salas mexicanas.

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).– Amalgama es el tercer largometraje que dirige Carlos Cuarón: comedia de humor negro donde explora la envidia, la frustración, los celos, el dolor, los egos, la infidelidad, el amor, lo femenino, la masculinidad y el perdón.

Tras su estreno el 9 de diciembre por Cinépolis Distribución en México, Cuarón (Ciudad de México, 1966) menciona vía Zoom que por el covid-19 se estuvo retrasando la salida de Amalgama (México-República Dominicana, 2020) en pantalla. Y resume: “es el filme del cual me siento más satisfecho hasta el momento”.

Pero le produce otra alegría:

“Que mi hijo Mateo, compositor, haya colaborado con una canción que aparece en un momento importante de la trama y que luego se repite en los créditos. Y eso es placentero, es familia. Admiro y adoro a mi hijo”.

Mateo, quien estudió composición musical en el Columbia College Chicago, la Academia de Artes de Florencia y en el London College of Music, escribió y canta “Inland ft. Antal”.

En dos de las películas de dirigió su hermano Alfonso, Carlos ha sido reconocido por Mejor Guión: por Sólo con tu pareja (1991) obtuvo el Ariel, y con Y tú mamá también (2001) logró el León de Plata en el Festival Internacional de Cine de Venecia; además, por esta misma fue nominado al Oscar y a los BAFTA de la Academia Británica de Cine y Televisión.

Amalgama, de 91 minutos, nos presenta una historia de cuatro dentistas (tres hombres y una mujer): Helena (Stephanie Cayo), Hugo (Miguel Rodarte), Saúl (Tony Dalton) y Chema (Manolo Cardona), quienes asisten a un congreso en la Riviera Maya, pero huyen a un lugar paradisiaco, perfecto para sanar cualquier herida y aliviar el estrés. Sin embargo, allí cuestionan su amistad, las relaciones con sus seres queridos y las decisiones que han definido sus rumbos.

La fotografía es de Alfredo Altamirano, la dirección de arte de Gisselle Madera, la edición de Sonia Sánchez y la música de Felipe Pérez Santiago.

Cuarón tardó siete semanas en filmar esta comedia (la cual escribió con Luis Usabiaga), durante cuatro de ellas en la reserva de la biósfera de Sian Ka’an, en la costa caribeña de Quintana Roo, y tres en República Dominicana, tanto en Las Terrenas como en su capital, Santo Domingo.

Egresado de literatura inglesa en la Universidad Nacional Autónoma de México y productor cinematográfico, Cuarón filmó su largometraje inicial en 2008, Rudo y cursi, con guion propio, y el segundo fue Besos de azúcar (2013), donde Usabiaga lo acompañó como coguionista por vez primera.

Un contraste

La idea de rodar Amalgama le surgió hace más de 10 años. Rememora:

“Se asomó al visitar las Islas del Rosario, que es parte de la zona insular de Cartagena de Indias, al norte de Colombia. Fui al Festival de Cartagena a presentar dos cortos y el actor colombiano Manolo Cardona me invitó a conocer ese paraíso. El lugar es hermoso, y enseguida pensé en rodar algo ahí, y cuando regresé a México le platiqué mi planteamiento a Luis Usabiaga: cuatro personajes encerrados en un fin de semana en una isla. Sin embargo, no pude filmar en ellas.”

Se le pregunta si su propósito era confrontar el paisaje paradisiaco con los cuatro personajes, quienes poco a poco revelan sus lados más negativos y secretos, y conversa:

“Sí, a mí me gusta navegar entre lo rudo y lo cursi, el primer amor y Tepito. Justo era contrastar la belleza de una isla arquetípica en el siglo XXI y la oscuridad de los conflictos interiores y exteriores de los personajes, pero sobre todo los interiores.

“Desde que se me ocurre el concepto, no la historia, porque no la tenía ( esa se fue elaborando con Luis Usabiaga), pensé en el roce de los egos de los personajes, quienes al mismo tiempo intentan resolver sus conflictos personales.”

Resalta que en su carrera el principal énfasis son precisamente éstos:

“La trama puede ser más o menos compleja, pero mi principal objetivo es la construcción de los personajes, no como seres cinematográficos, sino como seres humanos. Para ello, uno los debe dotar de lo que poseemos todos nosotros. Somos seres muy complejos, multidimencionados. Cargamos el brillo de la luz en nuestra sombra, y la oscuridad y la profundidad de la sombra en nuestra luz. Somos incongruentes y contradictorios. Y esta historia me daba una enorme oportunidad para meterme a explorar eso y el absurdo de la condición humana al final del día.”

Jubiloso, enfatiza:

“Es el retrato del comportamiento humano que es parte de lo que me gusta realizar. Al momento se vuelve irónico porque somos unas bestias encantadoramente divertidas, absurdas y bobas, pero también malévolas. Somos muy complejos. Somos una mezcla, por eso se titula Amalgama. Los personajes son construidos de muchas cosas y al mismo tiempo hay la cuestión de que son dentistas.

“Y el tema central es el dolor, de donde se desprenden los demás tópicos, como la masculinidad o nuestra dependencia a la tecnología, en este caso a los celulares, y a la señal de los celulares, como ya la vivimos a principios de octubre pasado cuando se cayó WhatsApp, Instagram y Facebook por siete horas y el servicio de mensajería sufrió un colapso mundial. Y todos andaban histéricos. Bueno, eso también les pasa a los personajes en la película.”

Ni buenos ni malos

Estaba consciente desde la escritura de que nadie fuera bueno o malo si bien el filme contiene drama, pero al cual se agrega mucho sentido del humor:

“En el drama el villano es uno mismo, los personajes son villanos de sí mismos, pero no hay buenos y malos porque todos somos buenos y malos en la vida real, y lo que me interesaba era exactamente efectuar ese examen de la realidad humana.”

–¿Siempre fue su intención sólo integrar a una mujer? ¿Por qué no tres mujeres y un varón?

–Primero pensé únicamente en cuatro hombres, y me dio flojera. Me faltaba la energía femenina. Yo no entiendo al planeta Tierra sin las mujeres. Enseguida dije: ‘Que sean dos mujeres y dos varones’, pero era demasiado equilibrio y debía romper ese equilibrio. Y comprendí que debían ser tres hombres y una mujer. Era más interesante.

En la 36 edición del Festival de Cinema Ibero-Latinoamericano de Trieste, Italia, que se efectuó del 6 al 15 de noviembre pasado, Amalgama ganó el reconocimiento a Mejor Guion. Cuarón destaca que en los festivales de cine la película ha sido bien recibida:

“No hemos podido asistir a todos, porque uno no siempre puede ir, y dos, no nos lo permitió la pandemia. Pero han sido muy positivas las funciones. En el Festival de Málaga, España, tuvimos al final un momento conmovedor, en la que la audiencia se juntó abajo del balcón donde estábamos y nos brindaron un aplauso. Se siente muy bonito. Espero siga así. Ojalá y exista la conexión con el público en general. El galardón en Trieste habla de que la película proporciona algo. Han reconocido la pluma de Luis y mía, y eso lo agradecemos muchísimo.”

La cinta –producida por Manolo y Juancho Cardona, y el mismo Cuarón, con Soul Pictures a cargo de las ventas internacionales– estuvo invitada a festivales en Latinoamérica, y seguirá participando en ellos, a decir del realizador, quien anexa que “ahí van las ventas” en los distintos territorios, por lo que “todo suma y todo es importante, ya que al final lo que mejor hace sentir a uno es justamente que tu trabajo pueda exponerse lo más que se pueda”.  

Reportaje publicado el 12 de diciembre en la edición 2354 de la revista Proceso cuya edición digital puede adquirir en este enlace.

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