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Los "gemelos astrales" con manos de seda

Ramón Urías, un viejo exbeisbolista amateur de Magdalena de Kino, Sonora –donde ningún político es más grande que el beisbol– está orgulloso de sus hijos Ramón y Luis, dos jóvenes que desde siempre supieron que iban a ser peloteros profesionales.
domingo, 17 de octubre de 2021 · 11:56

Ramón Urías, un viejo exbeisbolista amateur de Magdalena de Kino, Sonora –donde ningún político es más grande que el beisbol– está orgulloso de sus hijos Ramón y Luis, dos jóvenes que desde siempre supieron que iban a ser peloteros profesionales. Hoy, esos “gemelos astrales”, como él los llama –ambos nacieron un 3 de junio, con tres años de diferencia–, alinean como infielders en las Grandes Ligas: el primero con los Orioles, el segundo con los Cerveceros.

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).– El municipio sonorense de Magdalena de Kino apareció en el radar de los mexicanos en 1994, cuando el candidato presidencial Luis Donaldo Colosio, oriundo de ese lugar, fue asesinado. Antes de ese homicidio sólo los fanáticos del beisbol que idolatraban a Sergio El Kalimán Robles, el increíble cátcher de los Diablos Rojos del México, sabían de ese lugar fronterizo donde apenas residen unas 30 mil personas.

De Magdalena de Kino, uno de los ciento y tantos pueblos mágicos que hay en México, ya se dice que es la cuna de los Urías –Ramón y Luis–, los infielders con manos de seda y guante mágico que en la temporada 2021 de las Grandes Ligas se consolidaron como la cuarta pareja de hermanos mexicanos en pertenecer a un club ligamayorista.

Ramón y Luis Urías se unen a Vicente El Huevo Romo (1968-1982) y su hermano Enrique (1977-1982), a Bobby (1968) y Alex Treviño (1978-1990), y a Adrián (2004-2018) y Édgar González (2008-2009). Los Urías, que desde niños pintaron para peloteros, hicieron sus pininos en la liga de beisbol local cuando ésta se llamaba Luis Donaldo Colosio. Ahora lleva el nombre de Kalimán Robles, porque en Magdalena de Kino ningún político es más grande que el beisbol.

Ramón Urías padre se casó en segundas nupcias con María Trinidad Rodríguez Esquer cuando él mismo era un pelotero de ligas municipales, de esos que ya saben que no van a ser profesionales, pero cómo gozan estar en el diamante. Esa mujer parió dos varones en la misma fecha, pero en diferente año: el 3 de junio.

Ramón nació en 1994, el año en el que en Magdalena de Kino las lágrimas de muchos seguían bañando el sepulcro de Colosio; tres años después su regalo de cumpleaños fue su hermanito menor, El Wicho, quien nació con los ojos claros, igual que él, pero con pelito rubio.

Desde plebes los hermanos Urías se han querido un montón. Jugaban beisbol en la calle por pura diversión. A los cinco años Ramón empezó en una liga y Luis se le unió poco tiempo después. La verdad es que El Wicho no quería ir. Decía que le iba a dar vergüenza si lo ponchaban o si se le iba la pelota, pero su papá y su hermano lograron convencerlo.

Derroche de talento

Los Urías ya eran peloteros cuando en la liga donde jugaban había tan poquitos equipos que los niños grandes tenían que enfrentar a los chicos porque no se completaban ni dos equipos de la misma categoría. Al fin sonorenses, su talento siempre les dio un lugar en las selecciones estatales y a todos lados donde iban a jugar, sobre todo en los torneos de la Olimpiada Nacional, dejaban a medio mundo con la boca abierta.

Ramón y María Trinidad se repartían a los chamacos. Él viajaba con Ramón y ella con El Wichito. Esta pareja de maestros que forman parte del magisterio nacional se gastaban su salario en todo lo que sus hijos necesitaran para triunfar en el beisbol, porque los dos desde siempre supieron que iban a ser peloteros profesionales.

Fragmento del reportaje publicado en la edición 2346 de la revista Proceso, cuya edición digital puede adquirir en este enlace.

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